Quiromasaje para la dorsalgia
Terapia manual sobre las dorsales

Quiromasaje para la dorsalgia

Aunque la dorsalgia es menos frecuente que la cervicalgia o la lumbalgia, afecta aproximadamente a la mitad de la población adulta al menos una vez en la vida.

El término dorsalgia alude al dolor en la zona dorsal de la espalda y las personas afectadas suelen explicar su localización como “dolor entre las escápulas”. En este artículo te explicamos las estructuras implicadas, los tipos de dorsalgia, causas posibles y el abordaje desde el quiromasaje para aliviar el dolor.

Estructuras implicadas en el dolor dorsal

La dorsalgia se refiere al dolor que implica el segmento dorsal de la columna, desde la unión entre la última vértebra cervical y la primera vértebra dorsal (charnela cervicotorácica C7-T1) hasta la unión toracolumbar (T12-L1) o a la parte posterior del tórax.

Las vértebras torácicas están articuladas con las costillas formando parte de la caja torácica y son las que presentan menor movilidad.

La músculos implicados son los siguientes: trapecio, dorsal ancho, romboides mayor y menor, elevador de la escápula, serrato posterosuperior, serrato posteroinferior, redondo mayor y menor, infraespinoso y músculos espinales del estrato profundo.

Tipos de dorsalgia

La dorsalgia puede ser unilateral, cuando solo afecta a unos de los lados de la zona dorsal, o bilateral, cuando el dolor invade ambos lados.

Estructuralmente, hablamos de dorsalgia estructural rígida, que afecta a adultos mayores afectados por artrosis o dorsalgia estructural flexible, que afecta a personas con alteraciones estructurales como la falta de curvatura.

Por último, clasificamos la dorsalgia a nivel funcional, distinguiendo entre dorsalgia mecánica, el dolor se manifiesta más intensamente de día al realizar actividades y estar en movimiento, y dorsalgia inflamatoria, cuando el dolor aumenta al estar la persona en reposo, normalmente al final del día y por la noche.

Cuando la dorsalgia se prolonga más de tres meses e incluso durante años, se considera crónica.

Posibles causas de la dorsalgia

La dorsalgia puede deberse a muchas causas distintas e incluso, en ocasiones, concurren más de una. 

Es importante que el médico realice la anamnesis, la exploración y las pruebas de imagen pertinentes para descartar alguna patología grave que pueda ser la causa primaria: infección raquídea, tumores, afecciones viscerales torácicas o abdominales, afecciones neurológicas como la compresión medular, enfermedades autoinmunes como la psoriasis reumatoide. 

No obstante, la mayoría de las dorsalgias deben su origen a las posturas inadecuadas que adoptamos en nuestro día a día. 

Te detallamos las causas más comunes:

  • Posturas inadecuadas. Trabajos que impliquen pasar muchas horas sentados o estando parados de pie incrementan la carga sobre los discos intervertebrales y dan lugar a muchas dorsalgias.
  • Hernias discales dorsales. Los procesos degenerativos de los discos intervertebrales dorsales son los más infrecuentes en comparación con las zonas cervicales y lumbares.
  • Estrés. La tensión y la rigidez muscular generadas en una situación mantenida de estrés son causa de molestias y dolores musculares, entre ellos las dorsalgias.
  • Las personas con alteraciones estructurales tienen más posibilidades de sufrir esta afección.
  • La dorsalgia también puede derivarse de una patología crónica como la artrosis o las enfermedades autoinmunes.
  • Consecuencia de una caída, un esfuerzo o un golpe en la zona dorsal.
  • Resultado de una fractura vertebral causada por osteoporosis.
  • Dolor dorsal derivado de problemas musculares o de los ligamentos.
  • A consecuencia de un estilo de vida sedentario que implica una musculatura débil y flácida que protege menos la estructura.
  • El sobrepeso y la obesidad implican una carga mucho mayor de la región dorsal y pueden desencadenar una dorsalgia.

Tras el diagnóstico de la dorsalgia, el tratamiento médico habitual se basa en la toma de analgésicos para el dolor y relajantes musculares y antiinflamatorios que reducen la tensión muscular. 

La práctica del quiromasaje ayuda a la persona aquejada de dorsalgia a aliviar el dolor y acelerar la recuperación. Te contamos cómo.

Síntomas propios de la dorsalgia

La sintomatología de la dorsalgia es un dolor constante en la zona comprendida entre las escápulas con episodios de dolor agudo y punzante que puede irradiar a los hombros, al cuello, a las costillas e incluso dificultar la respiración. 

El dolor puede presentarse solo o asociado a otro dolor. Tal suele ser el caso de dorsalgias debidas a disfunciones viscerales, en las que, además del dolor en la zona dorsal, la persona manifiesta otra sintomatología propia de la afección primaria.

Cuando se trata de una dorsalgia de tipo inflamatorio, el dolor suele presentarse en el centro de la espalda y mejora con el reposo. 

La dorsalgia causada por problemas musculares afecta más a un costado y suele aliviarse al presionar la zona con fuerza.

La dorsalgia es especialmente dolorosa al realizar algunas posturas y puede llegar a ser muy invalidante.

Quiromasaje para la dorsalgia muscular

El tipo de masaje más indicado para aliviar a la persona afectada por contracturas musculares dorsales es el masaje descontracturante. Con este masaje conseguimos aliviar la tensión muscular, mejorar la circulación sanguínea de la zona dorsal y aminorar el dolor. 

Ejemplo de protocolo de masaje para la dorsalgia:

  • Iniciamos con pases magnéticos sedantes.
  • Continuamos con vaciado venoso para drenar.
  • Amasamientos digitales y digitopalmares.
  • Amasamiento pulpo pulgar en la musculatura paravertebral.
  • Pinzado rodado para liberar adherencias.
  • presiones vertebrales.
  • Vibraciones.
  • Tecleteos.
  • Finalizamos con un nuevo vaciado venoso.
  • Relajamos con pases magnéticos sedantes.

Aplicamos el masaje descontracturante, más profundo e intenso,  en las zonas afectadas y trabajamos el resto de la espalda con  maniobras relajantes para aumentar la analgesia.

Completamos el protocolo de quiromasaje efectuando estiramientos de las cadenas cruzadas para flexibilizar la zona y de la cintura escapular para liberar la zona de la escápula y traccionar toda la musculatura interescapular.

Asimismo, aconsejaremos cuidar los hábitos posturales y evitar el sedentarismo. Otras terapias indicadas son la terapia miofascial y el tratamiento de los puntos gatillo.

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