La anamnesis es una herramienta esencial para un quiromasajista profesional. La información que contiene asegura que cada usuario recibe la modalidad de masaje adecuada a sus circunstancias, necesidades y preferencias, de forma segura y efectiva.
En ocasiones, al usuario puede parecerle que no es necesario realizar la anamnesis pues, por ejemplo, solo quiere un masaje para relajarse. Sin embargo, es necesario explicarle que puede existir alguna contraindicación que no permita la práctica o alguna condición que haya que tener en cuenta, como una alergia a algún tipo de aceite o loción de masaje.
Por ello, debemos decirle que la anamnesis es la mejor forma de entender sus necesidades y adaptar el masaje a las mismas para obtener todos sus beneficios, evitando cualquier posible complicación.
Qué es y para qué sirve la anamnesis
El término anamnesis deriva del griego antiguo ἀνάμνησις (anámnēsis) que significa recuerdo. Desde el siglo XIX, cuando se empezaron a archivar las historias clínicas de los hospitales, se utiliza en el ámbito de la salud para referirse a la información aportada por el paciente o usuario mediante el interrogatorio que efectúa el profesional que le atiende.
En el área de las terapias y de manera concreta, para el quiromasaje, la anamnesis forma parte de la historia clínica de cada usuario, junto a la exploración física (visual y palpatoria) a menudo realizada al mismo tiempo que la anamnesis, y el diario clínico, en el que el terapeuta anota la fecha y el trabajo realizado en cada una de las sesiones y las incidencias que puedan ir surgiendo.
Veamos todos los aspectos que hacen de la anamnesis un paso imprescindible.
Seguridad del usuario
La realización de la anamnesis permite conocer condiciones que pueden suponer una contradicción absoluta de la práctica del masaje, como una fractura reciente, la presencia de una infección o una trombosis venosa profunda, o bien que hagan necesaria la adopción de precauciones o modificaciones en el protocolo de masaje a seguir.
Asimismo, conocer la existencia de alergias a productos tópicos, medicamentos, alimentos u otros alérgenos es necesario para prevenir reacciones no deseadas por el uso de una loción o aceite de masaje determinados.
Personalización de la práctica
El interrogatorio profesional permite al quiromasajista comprender e ir más allá de las explicaciones del usuario para, en muchas ocasiones, poder identificar la raíz de la molestia o dolor que refiere. Por ejemplo, ante una contractura dolorosa causada por estrés o por malos hábitos posturales, además de atender la consecuencia puede asesorar acerca de cómo solucionar la causa que la provoca.
La anamnesis es clave para determinar qué tipo de masaje, técnicas y profundidad de las maniobras son las más adecuadas para cada usuario.
Mayor eficacia
La anamnesis es fundamental para identificar los diversos factores que contribuyen al malestar del usuario y plantear el protocolo de masaje que sea más conveniente. Además, la información sirve como punto de referencia para ir evaluando la eficacia de las sesiones e ir realizando, si cabe, modificando o cambiando las pautas a seguir para lograr mejores resultados y un mayor bienestar para el usuario.
Construcción de la relación usuario – terapeuta
El momento de la anamnesis es una oportunidad para crear un espacio de atención y escucha, estableciendo una buena relación terapéutica entre el usuario y el quiromasajista que fomente la comunicación y la confianza entre ambos.
El usuario debe sentirse escuchado y comprendido para iniciar la sesión de masaje en un estado de mayor comodidad y relajación. El quiromasajista debe explicar de forma clara el procedimiento adecuado (tipo de masaje, técnicas a utilizar, ventajas y posibles efectos secundarios si los hay y si existen otras alternativas).
Aspectos legales
La información recogida en la anamnesis es confidencial y se acoge a la ley de protección de datos. En el formulario de consentimiento informado el usuario declara haber proporcionado una información veraz y completa como respuesta al interrogatorio, haber recibido y entendido los beneficios y posibles riesgos y autorizar la práctica del masaje.
Qué información debe recoger la anamnesis
Existen muchos modelos de anamnesis. Estos son los datos que no pueden faltar en una ficha de interrogatorio para quiromasaje.
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- Datos básicos: nombre y apellidos / DNI / fecha de nacimiento / dirección /
teléfono de contacto / correo electrónico / profesión. - Motivo de la consulta: razón de la visita / tipo de molestias o dolor que siente / características (localización de las molestias o dolor, desde cuándo las siente) / intensidad del dolor (escala del 1 al 10) / situaciones en las que la sintomatología empeora o mejora (descanso, actividad, mañana, noche, etcétera).
- Historial de salud: enfermedades crónicas / lesiones o cirugías recientes / medicación actual / alergias / en el caso de las mujeres, hay que preguntar si está embarazada.
- Hábitos cotidianos: práctica de actividad física o deporte / hábitos nocivos / patrón de sueño / nivel de estrés / si ha recibido masajes anteriormente y cómo fue la experiencia.
- Exploración física: observación postural (vista antero/posterior – vista sagital) / palpación de zonas de tensión / rangos de movimiento / otras observaciones.
- Tratamiento propuesto: zonas a tratar / técnicas a utilizar.
- Consentimiento informado
- Firma del usuario y del quiromasajista
- Fecha de la anamnesis
- Datos básicos: nombre y apellidos / DNI / fecha de nacimiento / dirección /
Cada terapeuta adapta el modelo de ficha para anamnesis a su conveniencia, en función de la terapia o más de una terapia que recomiende aplicar, pudiendo incluir otras preguntas como peso, altura, tensión arterial, hernias discales, desviaciones de columna o cuestiones de salud psicoemocional.
En todo caso, es fundamental realizar una anamnesis a cada usuario para que la práctica de la terapia sea más segura, efectiva y el usuario la perciba como una experiencia positiva.







