Camilla de masaje: qué hay que tener en cuenta al elegirla
Camilla de masaje: qué hay que tener en cuenta al elegirla 1

Camilla de masaje: qué hay que tener en cuenta al elegirla

La camilla de masaje es un elemento esencial para los terapeutas manuales. Es fundamental que el usuario esté cómodo durante la sesión y también que el quiromasajista o terapeuta manual pueda adoptar una postura correcta y tener accesibilidad total al cuerpo de la persona que va a recibir la terapia.

Al elegir una camilla de masaje, son varios los factores a tener en cuenta. En este artículo explicamos los beneficios de una buena camilla de masaje, qué tipos de camilla existen y cómo escoger la camilla más adecuada.

Beneficios de una buena camilla de masaje

Trabajar con una buena camilla de masaje aporta beneficios tanto para el usuario como para el terapeuta.

Veamos cuales son las ventajas para el usuario:

  • Una camilla de masaje adecuada ayuda a una relajación más profunda, reduciendo el estrés y la tensión.
  • La persona se siente más cómoda y segura mientras recibe la sesión de terapia.
  • La experiencia es más gratificante y contribuye a un mayor aprecio del trabajo del terapeuta.

Por su parte, contar con una buena camilla de masaje añade valor y facilidad de movimiento a la labor del terapeuta:

  • Trabaja de manera más cómoda, pudiendo enfocarse en las técnicas y maniobras de cada tipo de masaje con la confianza de que el usuario se sentirá cómodo y seguro en todo momento.
  • Permite guardar una correcta postura corporal sin tener que adoptar posiciones forzadas.
  • A corto plazo disminuye la fatiga muscular y, a medio y largo plazo, previene lesiones debidas a las malas posturas.
  • Puede acceder a las diversas áreas corporales sin dificultad.
  • Otorga una imagen profesional y de confianza.
  • Una camilla de buena calidad es una inversión duradera.

Características ergonómicas convenientes en una camilla de masaje

Las características de la camilla de masaje que se escoja deben contemplar la salvaguarda del bienestar y la salud física del terapeuta y de la persona que va a recostarse en ella. 

Las características de diseño y funcionalidad idóneas para ello son las siguientes:

  • Poder regular la altura de la camilla. La posibilidad de ajuste en altura, permite adaptarla a la estatura del terapeuta y a las necesidades posturales que demandan las diversas técnicas de masaje.
  • Contar con orificio facial. Es un elemento fundamental para que el usuario adopte una posición relajada en decúbito prono, pudiendo apoyar la cabeza sin ejercer tensión en el cuello.
  • Incluir soporte lumbar para evitar una curvatura excesiva de esta zona de la espalda.
  • Un cabecero reclinable posibilita una mayor comodidad del usuario al ampliar el rango de movimiento del cuello y los hombros. 
  • Al añadir los reposabrazos acolchados, el receptor de la terapia puede mantener confortablemente los brazos relajados.
  • El tapizado debe ser de alta densidad para garantizar la comodidad del usuario a lo largo de toda la sesión.

Tipos de camillas de masaje

Las camillas de masaje no tienen una medida estándar determinada. El largo de las camillas acostumbra a medir entre 180 y 200 cm y la anchura oscila entre 60 y 75 cm. Respecto al peso máximo que soportan, suele estar entre 150 y 200 kilogramos, aunque algunos modelos de camillas especialmente reforzadas pueden sostener hasta 300 kg de peso.

Los principales tipos de camilla de masaje son los siguientes.

  • Camilla fija. Como su nombre indica, este tipo de camilla está pensado para permanecer siempre en un mismo lugar. Puede ser articulada en dos, tres o cuatro partes y disponer de un sistema de regulación de altura que no precise esfuerzo físico.  
  • Camilla plegable. Este modelo de camilla es perfecto para aquellos profesionales que se desplazan al domicilio del usuario o que trabajan en más de un centro. Sus características facilitan el transporte de un lugar a otro.
  • Camilla articulada. La camilla articulada en dos o más partes partes facilita situar al usuario en diferentes posturas conforme a las necesidades de la terapia.
  • Camilla eléctrica. Este tipo de camillas permiten regular la altura o la disposición de las partes mediante un sistema eléctrico.
  • Camilla hidráulica. Las camillas hidráulicas permiten ajustar la altura simplemente accionando una palanca o pedal, sin realizar ningún esfuerzo ni depender de ningún cable enchufado a la corriente.

Cómo elegir la camilla de masaje ideal

Tras conocer los beneficios y las características ergonómicas que debe tener una camilla más los tipos que existen, detallamos los factores a considerar en la adquisición de una camilla de masaje.

  • El uso que se le va a dar. Según se utilice siempre en el mismo sitio o haya que desplazarla, escogeremos un tipo u otro.
  • El tamaño de la estancia. Si optamos por una camilla fija, hemos de tener en cuenta sus medidas respecto al lugar en el que se ejerza la terapia. Es fundamental que sea accesible desde todos los lados.
  • El presupuesto. Los precios de las camillas varían mucho, desde las más básicas hasta las que incorporan un sistema eléctrico o hidráulico, que puedan articularse en dos o más partes o que, en función de su diseño, incorporan estantes, cajoneras e incluso luces led.

Recomendaciones para un buen uso de la camilla de masaje

Una vez decidida la camilla más adecuada, es importante utilizarla de forma correcta, tanto desde el punto de vista ergonómico como del propio mantenimiento del producto.

  • La altura debe ajustarse de manera que el terapeuta no tenga que encorvarse para trabajar. Asimismo los pies deben estar separados al ancho de los hombros y mantener las rodillas ligeramente flexionadas.
  • La cabeza, el cuello y los hombros se trabajarán desde la cabecera de la camilla, sin forzar posturas
  • Es recomendable disponer de un taburete con respaldo para las técnicas que no precisan que el terapeuta esté de pie.
  • El autocuidado del terapeuta manual es imprescindible para evitar lesiones. Preparar los músculos y articulaciones al principio de la práctica y relajar la mente entre sesiones son algunos de los hábitos necesarios.
  • Es recomendable el uso de una camilla articulada y regulable en altura para evitar esfuerzos físicos innecesarios, así como disponer de los accesorios adecuados, como cojines y rodillos, para facilitar la práctica de la terapia.
  • Por higiene y mantenimiento de la camilla es imprescindible el uso de rollos de papel camilla o sabanillas. Tras cada sesión y antes de poner papel o una sábana limpia, debemos limpiar y desinfectar la camilla y los accesorios que se hayan utilizado con un producto adecuado que no estropee el revestimiento ni el relleno. 
  • No utilices nunca la camilla sin protegerla. Los aceites y cremas para masaje utilizados en las terapias pueden filtrarse y manchar el revestimiento, afectando su durabilidad.
  • Periódicamente, hay que limpiar y revisar el chasis de la camilla para evitar que la suciedad se incruste y mantener su durabilidad, así como engrasar los puntos de articulación para evitar chirridos y asegurar un correcto funcionamiento.

La camilla de masaje es una inversión a largo plazo para la que debes considerar todos los factores mencionados, a fin de adquirir aquella que se adecúe más a tus necesidades. No necesariamente la camilla más cara o con más prestaciones es la más conveniente si éstas no son útiles para la práctica de la terapia. Igualmente, precipitarse y comprar una camilla más barata puede causarnos problemas más adelante si no responde a nuestras necesidades. El coste de la camilla es uno de los gastos a tener en cuenta para saber cuánto cobrar por una sesión de masaje.

Es recomendable tomarse el tiempo necesario para valorar las diferentes marcas y opciones que ofrece el mercado antes de decidirse.

Ver todos los artículos de Salud y Bienestar

Deja un comentario