Seguro que en muchas ocasiones has oído o leído consejos sobre cómo proteger el sistema inmunitario. Periódicamente, en primavera y otoño, los medios de comunicación nos recuerdan la importancia de mantener fuertes nuestras defensas, sobre todo en las estaciones que suponen cambios de hora y de hábitos.
Entre otras recomendaciones están las de seguir una dieta equilibrada que incluya todos los nutrientes necesarios, mantenerse activo y huir del sedentarismo, dormir suficientes horas y evitar los hábitos tóxicos como el tabaco o el alcohol. Nosotros incluimos una recomendación más: incluir el masaje en el cuidado de tu organismo.
¿Sabías que el masaje tiene la capacidad de influir de manera positiva en el sistema inmunitario fortaleciendo la respuesta del organismo contra las enfermedades? En este artículo hablamos sobre el sistema inmunitario, cómo funciona y porqué el masaje es una excelente contribución para mantener fuertes tus defensas.
¿Qué es el sistema inmunitario?
El sistema inmunitario es el escudo protector de nuestro organismo. Está formado por elementos biológicos especializados (células, tejidos, órganos y las sustancias que éstos producen) capaces de reconocer agentes externos nocivos, como los microorganismos patógenos de origen biológico (virus, bacterias, hongos, parásitos) o agresiones fisicoquímicas (contaminación, radiación). También combate las agresiones internas, generadas en el propio organismo (células cancerosas), y reacciona para combatir la enfermedad.
El sistema inmunitario o inmunológico está formado por moléculas solubles en fluidos como la sangre y la linfa y por células originadas en diversos órganos. Te los citamos de forma breve:
- Adenoides. Glándulas situadas detrás de la nariz, por encima del paladar.
- Médula ósea. Tejido esponjoso del interior de algunos huesos (cráneo, escápulas, costillas, pelvis, fémur y columna vertebral) en el que se producen las células sanguíneas.
- Ganglios linfáticos. Son órganos pequeños y redondeados que filtran la linfa.
- Vasos linfáticos. Conductos que conectan los ganglios linfáticos y transportan la linfa.
- Placas de Peyer. Tejido linfático situado en el intestino delgado.
- Bazo. Es el mayor de los órganos del sistema linfático y cumple con funciones importantes como filtrar y destruir células sanguíneas dañadas o envejecidas y producir linfocitos.
- Timo. Es un órgano glandular situado entre el corazón y el esternón cuya función principal es madurar los linfocitos T, células especializadas que actúan como mediadoras de la respuesta inmune celular.
- Amígdalas. Son una agrupación de ganglios linfáticos a cada lado de la garganta. Atrapan gérmenes que entran por la boca y contribuyen a evitar infecciones.
- Apéndice. Es un reservorio de bacterias saludables que forman y regulan la microbiota intestinal y produce anticuerpos.
¿Cómo funciona el sistema inmunitario?
La función del sistema inmunitario es mantenernos sanos combatiendo los posibles agresores del organismo. Cuando el sistema inmunitario reconoce una sustancia dañina o extraña (antígeno) genera dos tipos de respuesta a la agresión. Una primera respuesta rápida e innata y una segunda respuesta más lenta y adaptativa, específica para cada patógeno y capaz de recordar el antígeno. De este modo, si este antígeno vuelve a aparecer, el sistema inmunitario lo reconoce y envía los anticuerpos determinados. Esta protección es la inmunidad.
Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario cuya función es neutralizar las sustancias extrañas. Lo hacen detectando partes concretas del elemento considerado dañino, uniéndose a ellas y generando una serie de reacciones para destruir el antígeno.
¿Qué debilita el sistema inmunitario?
Son varias las causas por las que el sistema inmunitario es menos eficaz en su función protectora del organismo. Citamos las más comunes.
- Enfermedad crónica. Determinadas patologías como algunos tipos de cáncer, enfermedades autoinmunes o diabetes, entre otras, afectan el funcionamiento del sistema inmunitario y aminoran la capacidad de reacción ante las agresiones al organismo.
- Estrés crónico. Cuando la situación de estrés es mantenida en el tiempo, la respuesta química del organismo debilita la respuesta inmunitaria.
- Mala alimentación. Una dieta desequilibrada y deficiente en nutrientes esenciales afecta el mantenimiento y correcto funcionamiento del sistema inmunitario.
- Falta de sueño. Dormir poco o tener un mal patrón de sueño es una de las causas más comunes que debilitan nuestras defensas. La falta de horas de sueño continuadas produce alteraciones neuroinmunoendocrinas.
- Exposición a contaminantes y toxinas. Un medio ambiente contaminado o el consumo de sustancias como el alcohol o el tabaco alteran el correcto funcionamiento del sistema inmunitario y aumenta la probabilidad de padecer infecciones y manifestaciones atópicas como el asma o el eccema.
- Envejecimiento. Al igual que todo el organismo, el sistema inmunitario envejece y se deteriora afectando su funcionamiento contra las agresiones.
El sistema inmunitario es muy complejo y en muchas ocasiones convergen varios factores que le afectan. Es muy habitual que una persona habituada a un alto nivel de estrés, se alimente y duerma mal y, además, consuma determinados medicamentos o sustancias tóxicas como el tabaco que debilitan las defensas y aumentan el riesgo de enfermar.
¿Qué señales nos indican que nuestro sistema inmunitario está debilitado?
Al igual que las causas que lo debilitan, son varias las señales que lo indican.
- Cansancio continuado. Es la señal más evidente. Si una persona se nota cansada al despertar y levantarse y se agota durante el día al realizar algún esfuerzo o actividad cotidiana, probablemente las defensas están afectadas.
- Infecciones frecuentes. Si de forma recurrente se padecen resfriados, diarrea, infección de orina o inflamación de encías, posiblemente se tenga un sistema inmunitario débil.
- Cicatrización lenta. Cuando el sistema inmunitario tiene dificultades para defender correctamente al organismo, una de las señales es que los cortes o heridas tardan demasiado en cicatrizar y duelen.
- Caída del cabello. Aunque el cabello se pierde por múltiples razones, una de ellas puede ser la afectación del sistema inmunitario.
¿Cómo contribuye la terapia de masaje a mantener un sistema inmunitario fuerte?
Incluir el quiromasaje en los hábitos de cuidado de nuestro organismo aporta muchos beneficios a nivel corporal, mental y emocional. El bienestar que se logra contribuye a mantener un sistema inmunitario fuerte. Te contamos por qué.
- Reduce la tensión muscular. Las distintas maniobras y técnicas que emplea el quiromasajista consiguen relajar los tejidos y deshacer nudos y contracturas, favoreciendo una buena postura y la disminución de las molestias físicas.
- Mejora de la circulación sanguínea y linfática. El quiromasaje activa la circulación de la sangre y la linfa aumentando el transporte de oxígeno y nutrientes a todas las células y ayudando a eliminar toxinas del organismo.
- Reduce el estrés. El quiromasaje logra disminuir los niveles de estrés y ansiedad. El contacto de la piel genera bienestar y relaja, cambiando la respuesta bioquímica para producir hormonas como la serotonina.
- Mejora la calidad del sueño. Todos los anteriores beneficios del masaje contribuyen a lograr un sueño más claro y reparador.
Existen diversos estudios científicos sobre cómo el quiromasaje puede influir en el estado del sistema inmunitario. En uno de los estudios, llevado a cabo en la Universidad de Emory, en Atlanta (Estados Unidos), se analiza el modo en que sesiones periódicas de quiromasaje sueco influyen en el sistema hormonal y el sistema inmunitario.
El estudio, publicado en la revista The Journal of Alternative and Complementary Medicine, concluye que el masaje sueco tiene efectos positivos que contribuyen a fortalecer el sistema inmune:
- Desciende la presencia de citoquinas proinflamatorias. Estas proteínas controlan el crecimiento y la actividad de algunas células del sistema inmunitario y sanguíneo. Cuando se liberan, es una señal para activar el sistema inmunitario.
- Disminuye la presencia de la hormona arginina-vasopresina. Esta hormona colabora en la regulación de la tensión sanguínea.
- Disminuyen los niveles de cortisol, la hormona relacionada con el estrés.
Otro estudio plantea que recibir sesiones de quiromasaje de manera periódica incrementa la capacidad y el funcionamiento del sistema inmunitario:
- Aumenta el número de células que se encargan de la primera línea de defensa.
- Aumenta el nivel de la hormona serotonina.
Un tercer estudio compara los resultados entre dos grupos de mujeres embarazadas. El primer grupo recibió masaje cada quince días (duración de 70 minutos con aceite de lavanda), mientras que el segundo grupo no recibió masaje. Los resultados demuestran los beneficios del quiromasaje sobre el sistema inmunitario:
- Descienden los niveles de cortisol.
- Mejoran los niveles de marcadores inmunitarios mejorando el funcionamiento del sistema.
Estos y otros estudios indican que el quiromasaje influye de forma positiva en nuestro sistema inmunitario, además de reducir los niveles de estrés y mejorar el descanso, lo que también contribuye a mantenerlo sano y fuerte.
Incluir la terapia de quiromasaje en un estilo de vida saludable es beneficioso para nuestras defensas.