¿Sabías que en uno de cada cuatro hogares hay un perro? Eso son mucho perros. De hecho, en muchas ciudades y localidades españolas hay censados más perros que niños, en algunas incluso el doble. Estos datos implican muchas cosas.
Una de ellas es que los servicios relacionados con el cuidado y también con la educación de los animales son muy necesarios. Y en una sociedad en la que cada estamos más acostumbrados a pagar por todo aquellos que nos facilite la vida, mucho más aún.
Aquí es donde entran los adiestradores de perros, un perfil profesional cada vez más demandado y valorado que poco a poco se va a abriendo camino. Pero, ¿qué requisitos son necesarios para trabajar como adiestrador de perros? ¿Hay alguna titulación específica necesaria para ser adiestrador canino? ¿Está regulado el trabajo de los adiestradores de perros?
Requisitos para ser adiestrador canino
Más allá de titulaciones y formaciones, una cuestión muy importante que hay que considerar a la hora de trabajar como adiestrador de perros es si se cuenta con los requisitos personales necesarios para desarrollar esta profesión.
Porque una cosas es que te gusten los perros y que se te dé bien (dos requisitos imprescindibles, por supuesto) y otra muy distinta que estés preparado y capacitado a nivel personal para realizar ese trabajo. A modo de ejemplo: no olvides que, entre otras cosas, educar perros implica tratar con sus dueños, algo que puede ser mucho más complicado de lo que parece.
Por eso, si quieres dedicarte a trabajar como adiestrador y educador canino deberías contar con las siguientes habilidades personales:
- Deben gustarte mucho los perros, más aún, deben apasionarte.
- Debes tener buenas habilidades para la comunicación y relación con las personas, ser empático, expresarte con claridad y fluidez y dominar tu lenguaje y actitud corporal. Además, debes saber manejar conflictos de forma eficaz.
- Debes ser flexible para ser capaz de acomodarte a los diferentes tipos de perros, dueños y situaciones. No siempre se darán las condiciones ideales para trabajar, y debes tenerlo asumido y aceptarlo con la misma ilusión.
- Debes ser paciente, tanto con los perros como con sus dueños. Además, debes ser ordenado y metódico.
- Debes ser capaz de controlar tus emociones y de gestionar el estrés.
Además, en algunas comunidades autónomas como la Valenciana, Galicia y País Vasco, cuentan con registro de adiestradores caninos, que funcionan como base de datos para regular su situación de estos profesionales ante la consejería competente en la materia
Trámites para trabajar como adiestrador por tu cuenta
Si quieres es ejercer la profesión trabajando y prestando servicios por tu cuenta, debes hacer es lo siguiente:
- Alta en la Agencia Tributaria: debes presentar la declaración censal de alta de empresarios profesionales o retenedores (Modelo 036 o Modelo 037 en su versión simplificada). Selecciona tus obligaciones fiscales y el epígrafe 979.4 del IAE (Impuesto sobre Actividades Económicas), que corresponde a Adiestramiento y cuidados de animales.
- Alta como autónomo: has de afiliarte en la Tesorería General de la Seguridad Social, en el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos), mediante el Modelo TA0521 con alta en el epígrafe 96.09 (Otros servicios personales n.c.o.p.).
Este trámite te permite trabajar como adiestrador de perros, auxiliar de centros de adopción de perros, auxiliar de perreras, auxiliar de tiendas de venta de perros y auxiliar de residencias caninas.
Estudiar para ser adiestrador de perros
Actualmente existe una amplia oferta formativa para convertirse en educador o adiestrador canino. Lo ideal es no decidirse por la primera que encontremos, sino investigar y comparar los programas, así como los docentes y los lugares donde se realiza. Por ejemplo, en CIM Formación cuentas con docentes profesionales, con una carrera experimentada y que trabajan en centros de adiestramiento.
Conocimientos de anatomía canina
El educador canino debe tener ciertos conocimientos sobre anatomía canina para poder desarrollar bien su labor. En este sentido, es importante tener en cuenta que el perro adulto es un animal limitado por su evolución y su desarrollo anatómico.
Observando la fisonomía del perro podemos ver que cada parte anatómica tiene una función específica, que se ha desarrollado evolutivamente de acuerdo a sus necesidades.
Las extremidades están especializadas para largas carreras a gran velocidad. Gracias a ellas, los perros pueden aguantar persecuciones a velocidades que, en algunas razas, alcanzan los 60 km/h, durante largas distancias. Las extremidades se apoyan sobre dígitos (dedos), lo que les permite lograr un mayor rendimiento y velocidad.
En este punto es importante saber que cuanto más apoyo plantar exista también habrá un mejor equilibrio, incluso a dos pata, aunque también habrá menor velocidad. Por otra parte, la movilidad de los perros está restringida hacia los lados debido a los músculos y la piel que sujetan la espalda. Esto solo permite movimientos hacia delante y atrás
En cuanto a las manos y pies de los perros, sus dígitos son pocos y cortos, lo que les impide realizar manipulaciones complicadas, entre otros motivos porque carecen de un ‘pulgar’ y de un ‘dedo gordo’ en el pie. Estos dedos fueron atrofiados en la evolución hace millones de años, dando lugar a los espolones. Sin embargo, esta falta de dedos se ve compensada en un aumento de la velocidad.
En cuanto a sus mandíbulas, cabe destacar que los perros no tienen labios móviles, lo que les limita ciertas funciones en la alimentación. Sin embargo, la dentadura de los perros está muy especializada. Además de ser muy eficaz a la hora de romper huesos y desgarrar carne, también les sirve como arma para defenderse, atacar, y atrapar y transportar sus presas y sus cachorros.
Los sentidos caninos
Los perros no perciben el entorno del mismo modo que los humanos, por lo que les afecta de manera diferente. De hecho, el mundo sensorial de los perros es tan distinto al nuestro, que aun
compartiendo el mismo espacio, vivimos en mundos sensoriales diferentes. Por eso hay que tener en cuenta que el perro reacciona basándose en las impresiones sensoriales que le
provoca su entorno, que son diferentes a las que nos provoca a los humanos.
Los perros huelen, oyen, ven y sienten de manera diferente a los humanos porque sus receptores son diferentes. Por eso, para encontrar sentido a su conducta y para educarlo debemos tener en cuenta cómo percibe el entorno.
El olfato
El tabique nasal olfatea el aire creando remolinos dentro de la cavidad nasal. Cuando el olor le llama la atención, retiene en ese lugar el aire durante algunos segundos, interrumpiendo del ritmo respiratorio, produciendo de 3 a 7 inhalaciones.
Después el perro graba lo que le interesa y lo almacena en su memoria permanente. Dependiendo de la información obtenida por el olfato, el actuará de una manera o de otra.
El oído
El oído canino escucha sonidos imposibles de detectar por el oído humano, sobre todo si se trata de sonidos de frecuencia alta. Por eso se utilizan ‘silbatos silenciosos’, que solo oyen los perros, para los entrenamiento. El oído también funciona como un ‘archivo’ que almacena y clasifica las distintas vibraciones.
La vista
La vista no es el sentido más importante del perro. De hecho, son un poco miopes en lo que se refiere a contrastes de colores y definición. Además, no perciben los detalles con la precisión y definición de los humanos. Por otra parte, su visión cromática es limitada.
Sin embargo, tienen un ángulo de visión que oscila entre los 250 y los 290 grados (el ojo humano tiene 210). Además, los perros perciben cualquier movimiento dentro de un radio de 350 metros de distancia.
El gusto
Entre todos los sentidos del perro, el ‘gusto’ es el menos investigado. Hasta el momento se estudia como complemento del olfato. Al igual que la vista y el olfato, el sabor también guarda recuerdos.
El tacto
Los únicos órganos táctiles de los perros son los labios, la lengua y las almohadillas plantares. Estas últimas tienen percepción incompleta: a través de ellas solo pueden percibir presión, frío, calor, dolor y el llamado sentido muscular. Sin embargo, las almohadillas tienen una sensibilidad especial, que pueden detectar hasta las más insignificantes vibraciones del suelo.
Me gusta muy interesante
Hola. Mi duda es si para trabajar con perros de terapia -en centros geriátricos, por ejemplo- siempre es el adiestrador el que lleva su propio perro ya preparado. Es decir, ¿existe la posibilidad de que una institución sea la propietaria de un perro y requiera los servicios de un educador/adiestrador para preparar al animal para el trabajo terapéutico, y que, por tanto, el adiestrador no tenga su propio perro?
Muchas gracias
Hola María. Normalmente los equipos de trabajo en terapias asistidas tienen ellos sus propios animales (perros, gatos, conejos, caballos,…) ya que debe establecerse un fuerte vínculo entre el técnico y el perro. Piensa siempre que es un equipo trabajando en común. Estos centros además no tienen dónde alojar a los animales.