Si has llegado hasta aquí es porque tienes o vas a tener una mascota nueva en casa o, quizá, alguien te ha recomendado que cambies la correa de tu perro.
Te habrán contado, habrás oído o incluso visto que los collares ahogan al perro y los arneses sujetan mejor. Vamos a ver que hay de cierto.
Cada vez son más los profesionales que recomiendan el uso de arnés para perros, y no de collar. Esto es debido, sobre todo, a la presión que el collar ejerce sobre la tráquea. No obstante, muchos defienden que para algunos tipos de perros el collar puede seguir siendo la mejor opción.
Si eliges collar debes saber…
Los collares son la solución habitual para pasear con el perro. Vienen en una amplia variedad de estilos y permiten llevar la identificación del animal visible. Algunos están intencionalmente diseñados para restringir o causar malestar cuando un perro tira, como un medio de entrenamiento. Sin embargo, dado que, como vemos en nuestros cursos de educación y adiestramiento canino, hay otras opciones de entrenamiento que usan refuerzo positivo en su lugar, cada vez menos profesionales lo recomiendan y mucho menos lo emplean.
Un collar puede ser una opción aceptable para perros que no tienen problemas respiratorios y no son propensos a tirar de correas. También pueden ser más cómodos para algunos perros, especialmente si van a usarse durante largos periodos de tiempo, ya que un arnés no es, por lo general, tan cómodo para usarlo todo el día.
Por otra parte, si el perro tiene el pelo largo puede que le convenga más el collar, ya que en el arnés podría quedarle atrapado el pelo y causarle molestias. Sin embargo, para los perros que tiran fuerte durante las caminatas, un collar puede aumentar el riesgo de lesión en el cuello, debido a que la presión prolongada en el cuello puede provocar lesiones.
Además, si el perro lleva puesto un collar y de repente corre tras algo, cuando llegue al final de la correa, se verá empujado hacia atrás y recibirá toda esa presión en el cuello. Un arnés puede ser la mejor opción en esos casos.
Si eliges arnés debes saber…
Los arneses son cada vez más populares. Son excelentes herramientas de entrenamiento para los cachorros y permiten tener un poco más de control. Los arneses no ayudan a tirar y permiten evitar que el perro intente saltar sobre extraños o salir corriendo sin preocuparse por ahogarse. Los perros en arneses también son menos propensos a enredarse en la correa accidentalmente.
Otra ventaja del uso de arnés para perros en lugar de los collares es que reducen el riesgo de lesiones en el cuello. También causan menos restricciones para las razas que son propensas a padecer problemas respiratorios o colapso traqueal. Los collares también pueden hacer que los globos oculares de ciertas razas sobresalgan de sus órbitas si se aplica demasiada presión sobre el cuello.
Los arneses pueden ser de fijación frontal o de fijación trasera. Los arneses de fijación frontal son efectivos para perros más grandes, ya que van desde el frente, mientras que un arnés de sujeción trasera no permite tener tanto control y puede llevar a un peor comportamiento de tracción, ya que el perro no siente la orientación necesaria para entrenamiento. Los arneses de sujeción hacia atrás se recomiendan para razas pequeñas, ya que son más sensibles a la presión y un arnés de sujeción frontal puede ser doloroso para ellos.
El peligro de las correas extensibles
Las correas extensibles son traíllas bien con forma de hilo de nylon o de cinta de 3 a 8 metros de longitud, que se estira o encoge en función de la tracción ejercida por el perro. Cuando esta correa se retrae, se guarda en la carcasa con forma anatómica desde donde el dueño la sujeta.
El tamaño del artículo varía en función del tamaño del can y en ocasiones disponen, además, de receptáculos para guardar las bolsas higiénicas. Habitualmente se utilizan en perros de pequeño tamaño.
Pero donde los dueños ven una manera de tener controlado a su perro sin soltarlo, en realidad se pueden esconder riesgos por un mal uso, y provocar algunos problemas en el perro:
- Lesiones músculo-esqueléticas: cuando el perro va corriendo y se acaba la correa a desenredar, se produce un tirón brusco que repercute directamente en la columna vertebral del animal.
- Cortes y heridas: si el perro se enreda con la correa de hilo y de manera descuidada damos un tirón, podemos provocar una abrasión por rozamiento.
- Huidas en perros asustadizos: en ocasiones, el ruido que produce la carcasa al caer al suelo, aumenta el nivel de nerviosismo del perro asustadizo que sale corriendo, provocando el golpeteo de la correa y aumentando el temor del can. Un círculo vicioso.
- Refuerzo de conductas erróneas: con este tipo de correas el perro no aprende a pasear al lado de su dueño sin tirar de la correa, lo que el Abc del adiestramiento canino.
Y en las personas, estos pueden ser los peligros provocados por las correas extensibles:
- Control sobre el perro: por su longitud no permite un control eficaz sobre el perro, para prevenir riesgos propios o ajenos.
- Quemaduras: al igual que nuestros canes, estamos sujetos al riesgo de abrasiones causadas por la correa de hilo de nylon.
- Tropiezos: este tipo de correas suele ser popular entre personas mayores cuya agilidad está disminuida, para que sus perros puedan correr aunque ellos no lo hagan. La invisibilidad de algunos cordones puede provocar caídas tanto en ellos como en otros viandantes.
Tampoco debemos demonizar al extremo este tipo de correas, pues al final también se pueden utilizar en adiestramiento canino pero, como profesionales del mundo canino, deberemos formarnos en la correcta utilización de las mismas, para después “educar” a los dueños de los animales en la conveniencia de su uso.
Por ejemplo, en determinados entrenamientos o ejercicios de agility, como la realización por parte del perro de una carrera con lazos hacia delante, el profesional, puede ayudarse de esta correa hasta fijar las órdenes en la memoria de nuestro peludo colaborador.
personalmente pienso que el collar de perro es algo menos incómodo para ciertas situaciones, pero un arnes de segurdad según como esté diseñado puede ser muy cómodo y reparte mejor los puntos de presión a la hora de sujetar con fuerza al perro si es preciso. En cuanto a gatos por ejemplo, no creo que sea necesario un arnés ya que son animales de poco eso,
No estoy de acuerdo con los todos los comentarios de Eva María.
El arnés es un instrumento que hace que el perro se encuentre cómodo tirando y si el perro tira y el dueño tira ¿quien gana?… el perro.
Existen los arneses que a la vez giran la cabeza o comprimen las patas delanteras evitando que tiren. Eso vale para las personas que son incapaces de sujetar al perro por condicionantes físicos, pero no para enseñar.
El perro con arnés no aprende ó en el mejor de los casos le cuesta muchísimo aprender.
Si el perro lleva collar no debe tirar puesto que se produce el mismo efecto de antes el perro tira … el dueño tira… ¿quien gana?… nadie, por que entonces el perro puede verse dañado en la tráquea ó el cuello (ahí si que tiene razón Eva María).
Mi opinión es la de usar collar para adiestrar al perro pero su uso siempre dependerá del perro, de su raza y su carácter y sabiendo hacerlo, para lo cual lo mejor es consultar a un adiestrador, él te dirá cómo y cuando hacerlo.
Hola Jose. En primer lugar agradecerte tu comentario y tu argumentación ya que si bien es cierto que cada tándem guía-perro es un caso, también es correcto afirmar que el arnés previene problemas laríngeos y traqueales. El hecho no es tanto qué es mejor, que lo será en función de cada caso, sino en cómo se aplica la técnica correcta para enseñar al perro a no tirar. Y cuando tenemos perros que tiran, los arneses son más seguros para evitar problemas de salud.
Gracias
Hola, estoy de acuerdo por experiencia. No soy entrenadora, pero leo, veo y estudio, y aunque no tengo mascota, me han dejado al cuidado dos, en ocasiones de vacaciones, ambas personas sin conocimientos y ambas mascotas halando siempre, y con arnés. Apliqué el conocimiento con el collar y en solo 3 dias ninguno, en diferentes tiempos y diferentes razas, haló mas. Por supuesto que corregir es tener paciencia y repetición y mantener la calma. Al final el collar es menos molesto porque se supone que estará entrenado. En un aparente descontrol, el collar va a impedir un accidente mayor de ataques, peleas o incluso ser atropellado.. es mejor una halada de collar al inicio porque finalmente la actitud de la masccota es responsabilidad absoluta de quien lo tenga, que debe estar entrenado también para ser quien dirija.