Si tu perro salta hacia ti cuando llegas a casa, es posible que te preguntes por qué y qué puedes hacer al respecto. De hecho, es algo habitual. Uno de los problemas que más tienen los clientes que acuden a los entrenadores caninos es que su perro les salta cuando llegan a casa.
Este problema aparentemente parece no ser muy grave, pero se acentúa con el paso del tiempo y puede resultar incómodo cuando llegamos a casa cargados con la bolsa del súper, con el niño en brazos o con invitados.
Aunque el animal solo lo hace por alegría, esto a veces es molesto para sus dueños, que buscan la solución más rápida, encerrarlos o atarlos, y sin embargo es equívoca.
Los perros saltan para saludar por varias razones y, en su mayor parte, se trata razones positivas. Es un instinto y un comportamiento natural, una herramienta para detectar tu paradero y emoción de estar en casa.
Es agradable ser recibido y bienvenido a casa, pero si tienes un medio a un perro de gran tamaño, esto podría ser incómodo y problemático. Tu perro puede tirarte las cosas de las manos, derribarte si no estás preparado, o podría aprender este comportamiento como aceptable para todos los que entran por la puerta y asustar incluso lastimar a tus amigos o familiares.
Sin embargo, como los perros ven este comportamiento como amoroso, no siempre es fácil abordar su extinción. Si no quieres que tu perro salte, hay algunas maneras de manejarlo.
¿Por qué salta mi perro?
Las posibles razones por las que tu perro salta sobre ti, cuando llegas a casa, es que ha aprendido que recibe recompensas por hacerlo, está emocionado, quiere algo de ti o que necesita más entrenamiento.
Además, en la mayoría de los casos se debe a un estrés acumulado por el perro a lo largo del día, y tras la aparición de su dueño, la tensión se canaliza hacia las muestras de alegría como saltar, lamer o ladrar lastimosamente.
Lo primero que debemos valorar es cuánto tiempo pasa el dueño fuera de casa, que a veces es gran parte del día, como ocho, doce o más horas. Los perros que además se quedan solos en un piso, o en una terraza o finca de escasos metros, son los que más sufren de estrés. Otros animales se encuentran en fincas más amplias, pero existen detalles que se deben tener en cuenta.
Por ejemplo, las fincas con verjas o vallados que dejan ver hacia el exterior (es decir, sin ningún tipo de seto de ocultación artificial o natural), provocan un estrés añadido al animal a lo largo del día, puesto que este observa pasar otros perros, caballos, bicicletas y coches, que se mueven, pero no pueden salir hacia ellos.
Por muy grande que sea una finca, no debemos olvidar que el perro recorre a lo largo del día el mismo espacio y se acerca a oler el mismo árbol o la misma esquina, con lo cual, se aburre de la misma manera.
Posibles soluciones
La falta de largos paseos diarios, de caricias y de atención, son otros añadidos a todo lo comentado. Esto se acumula en nuestro animal y el resultado es ese nerviosismo que posee cuando llega su dueño a casa.
La manera de combatir esta situación no siempre es fácil. Lo mejor es valorar todo lo comentado anteriormente y encontrar los puntos problemáticos. Los deportes caninos suelen dar buenos resultados en estos temas debido al gasto energético que le supone la disciplina deportiva al animal.
Alargar los paseos o aumentar su número diario, o simplemente jugar durante bastante tiempo cuando nos encontramos con él, suele aliviar también la tensión.
Algunas ideas sencillas de implementar que puedes poner en práctica cuando llegas a casa para evitar que tu perro salte sobre ti son las siguientes:
Evita alentar el comportamiento
Es posible que, sin darte cuenta o de forma consciente, estés alentando el hecho de que tu perro salte sobre ti cuando llegas a casa. Por eso, en vez de recompensarlo cuando se tira sobre ti, hazlo cuando no salte. Así dejas de prestarle atención cuando hace lo que no quieres. Espera a que deje de saltar para prestarle atención.
Entrenamiento de refuerzo positivo
También podría entrenarlo para no saltar usando entrenamiento de refuerzo positivo. Aquí es donde lo recompensas cuando no salta y dejas de recompensarlo cuando lo hace de manera más sistematizada.
Para utilizar el entrenamiento de refuerzo positivo para que el perro deje de saltar haz lo siguiente:
- Consigue algunas golosinas que le gusten a tu perro
- Pídele que se siente y dile que se quede así y luego espera un segundo de darle la recompensa. La idea es recompensarlo por permanecer sentado y mantener su atención en ti para que quieras recompensarlo antes de que tenga la oportunidad de fracasar.
- Haz lo mismo que antes, pero aumenta la duración cada vez que lo consigues.
- Cuando tu perro es capaz de quedarse durante más de 15 segundos comienza a introducir distracciones como el chirrido de un juguete. Comienza con distracciones menores como simplemente mostrarle el juguete y luego pasa a otros más intensos como rodar el juguete delante de él. Prémiale cuando no se distraiga con el juguete.
- Cuando lo consigas solo tendrás que pedirle al perro que se siente cuando llegues para que no te salte encima. No olvides premiarlo por ello.
Redirige su enfoque
Si es posible, también podrías tratar de redirigir el enfoque del perro en otra cosa antes de que empiece a saltar hacia ti con el fin de evitar que lo haga y sacarlo del hábito de saltar.
Proporciónale oportunidades de ejercicio
Para mantener a tu perro completamente estimulado y reducir ese ímpetu que le hace saltar cuando te ve, es buena idea asegurarse de que el perro es capaz de obtener la cantidad diaria de ejercicio que necesita.