Pequeños mamíferos, como el hurón, son parte destacada en las clínicas veterinarias. Cada día son más las consultas sobre estos animales, incluso en centros no especializados en exóticos.
Por ellos es tan importante la formación especializada en competencias como esta, para poder atender correctamente en aspectos tan básicos como la alimentación, el mantenimiento o el cuidado.
Medicina preventiva en el hurón
El hurón (Mustela putorius furo) es un mustélido del orden Carnivora y es uno de los mamíferos exóticos más habituales en la clínica. Su carácter curioso y juguetón, junto con su sencillo mantenimiento le ha llevado a ser una de las mascotas más populares.
Alimentación
Los hurones y sus parientes salvajes más cercanos, se alimentan de forma natural con pequeñas presas como: pequeños mamíferos, aves, huevos, anfibios, reptiles, crustáceos, peces, gusanos e insectos.
Como carnívoro obligado, su dieta debe contener un elevado porcentaje de proteína de origen animal. Los hurones son incapaces de digerir la fibra y no metabolizan los carbohidratos de forma eficiente. Una dieta rica en azúcares y carbohidratos puede predisponer al desarrollo de una neoplasia pancreática conocida con el nombre de insulinoma.
Una estrategia de alimentación en hurones se basa en ofrecer diferentes tipos de presa entera o administrar en crudo huesos rodeados de carne, músculos y vísceras de pollo, conejo o codorniz principalmente. Este modelo de alimentación conocido como dieta BARF (Bones and Raw Food) promueve el desarrollo de conductas naturales (morder, desgarrar y esconder la comida), es una dieta alta en proteína y baja en carbohidratos y se asocia en menor medida con la presencia de enfermedad periodontal. No obstante, el no procesar los alimentos crudos puede ser de riesgo por la contaminación de los mismos con bacterias como Salmonella sp., Campylobacter jejuni y Escherichia coli, entre otras.
Un gran número de hurones se alimenta con pienso seco en formato extrusionado o croqueta. Los piensos comerciales deben de contener altos niveles de proteína cruda garantizando al menos un 35% de proteína de origen animal de calidad y un 15-20% de grasa.
Piensos formulados con un alto porcentaje de proteína de origen vegetal pueden no satisfacer las necesidades en aminoácidos y predisponer a la formación de cálculos en vías urinarias, por lo que no son recomendables.
Existen pocos piensos en el mercado específicos de hurón y formulados correctamente para hurones. Tradicionalmente se han alimentado con piensos de gato con alto porcentaje en proteína de origen animal o incluso con proteínas noveles como las que provienen de la carne de pavo o de venado. Este tipo de alimentación podría satisfacer sus necesidades de mantenimiento pero podrían ser insuficientes para animales en gestación, lactación o crecimiento.
Una opción de alimentación consiste en ofrecer pienso entre dos o tres veces al día, combinado con presa entera al menos una vez a la semana o pequeñas cantidades de carne o vísceras de dos a tres veces por semana.
El aporte de agua fresca se puede realizar en bebederos de tubo, como los de conejo, o bien en tazones pesados que no puedan volcar. Muchos hurones disfrutan jugando con el agua.
Vacunación en hurones
Los hurones son animales especialmente sensibles al virus del moquillo canino. En España no se dispone de vacuna específica para el hurón por lo que se emplean generalmente vacunas comercializadas para la especie canina, tomando exclusivamente la fracción frente a moquillo canino.
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El inicio de la primo vacunación frente a moquillo canino podría realizarse a partir de las ocho semanas de vida con un total de dos separadas en 21 días, con una revacunación anual.
La vacuna contiene el virus de moquillo vivo atenuado, por lo que podría reactivarse y causar la enfermedad, sobre todo en animales inmunodeprimidos. Esta reacción postvacunal ha sido descrita en raras ocasiones.
Otra de las vacunas que puede precisar con obligatoriedad, según la normativa autonómica, es la vacuna frente a la rabia. El inicio de la vacunación frente a la rabia se recomienda a los 3 meses de edad con una revacunación anual. Existen vacunas autorizadas para su uso en hurones, tratándose de una vacuna inactivada.
En el hurón se pueden observar reacciones vacunales tanto con la vacuna del moquillo como con la de la rabia. La mayoría se relacionan con una reacción de hipersensibilidad tipo I. Pueden aparecer de forma inmediata tras la vacunación por lo que se recomienda mantenerlo en observación durante al menos 30 minutos. Pueden presentar signos digestivos o respiratorios e incluso shock anafiláctico.
En los animales que ya han presentado reacciones vacunales se ha de valorar el riesgo beneficio de la propia vacunación. Una opción sería la administración de antihistamínico (difenhidramina subcutánea) quince minutos antes de la vacuna.
El desarrollo del sarcoma vacunal en el punto de inoculación de la vacuna también ha sido descrito en hurones aunque con menor incidencia que en la especie felina.
Controles parasitarios y desparasitaciones
Parásitos internos
Las parasitosis gastrointestinales son más frecuentes en hurones jóvenes recién adquiridos y se consideran poco comunes en los adultos.
Coccidiosis:
La infestación por diferentes especies de Isospora se observa generalmente en hurones jóvenes de entre 6 a 16 semanas de edad. Se pueden identificar los ooquistes de este protozoo en los análisis coprológicos rutinarios. La presentación es muy variada, con animales asintomáticos, con heces blandas o diarrea sanguinolenta.
Es recomendable examinar siempre las heces de individuos jóvenes y recién adquiridos.
Giardiosis:
La giardiosis es una enfermedad parasitaria identificada ocasionalmente en hurones. Se pueden identificar quistes de Giardia sp. o sus trofozoitos en el examen fecal en fresco, mediante técnicas de concentración o test de ELISA.
Cryptosporidiosis:
Cryptosporidum sp. puede afectar a los hurones sobre todo en animales inmunocomprometidos. Los ooquistes de Cryptosporidium sp. son de pequeño tamaño (3-5 µm) y son difíciles de identificar en las heces, incluso tras la tinción de las mismas con tinciones ácido alcohol resistente.
Dirofilariosis:
La dirofilariosis causada por Dirofilaria immitis puede parasitar a los hurones sobre todo en áreas endémicas. Los gusanos se albergan en el lado derecho del corazón y arterias pulmonares pudiendo desarrollar signos de fallo cardíaco congestivo.
Un reciente estudio realizado sobre 186 hurones en la provincia de Valencia muestra una seroprevalencia frente a Dirofilaria immitis del 14,51% (Villanueva-Saz S et al, 2022). Es por ello por lo que, es recomendable tratar preventivamente a los hurones en áreas endémicas con pipetas de moxidectina o selamectina.
Leishmaniosis:
La leishmaniosis, enfermedad parasitaria transmitida por vectores producida por Leishmania infantum, ha sido descrita por primera vez, como causante de enfermedad clínica en un hurón (Giner et al, 2020).
En un estudio realizado recientemente en 102 hurones (Alcover MM et al, 2022) se evaluaba la prevalencia de anticuerpos de Leishmania en una zona endémica de nuestro país. Como resultado se obtuvo que un 28.4% de los animales presentaban anticuerpos frente a la enfermedad, lo que indica que los hurones están expuestos a repetidas inoculaciones del parásito.
Parásitos externos
Pulgas:
Los hurones pueden infestarse por pulgas, principalmente Ctenocephalides felis, sobre todo si están en exterior o conviven con perros y gatos.
Se puede observar en estos animales prurito y eritema en el dorso cervical e interescapular y en algunos casos alopecia. Al igual que en perros y gatos se puede llegar a observar las pulgas adultas o sus heces entre el pelaje.
Los hurones también pueden desarrollar signos de hipersensibilidad a la picadura de la pulga, con el desarrollo de una dermatitis papulocostrosa pruriginosa sobre la base de la cola, abdomen ventral y en la cara caudomedial de las extremidades.
Acariasis:
La otoacariasis producida por Otodectes cynotis es una parasitosis común en hurones.
Esta especie de ácaro infesta también a otras especies como el perro y el gato, pudiéndose transmitir ente especies en hogares donde conviven de forma estrecha.
Generalmente se aprecia en el pabellón y en el canal auditivo una abundante secreción cerosa marronácea oscura, sin que se acompañe siempre de prurito, junto con signos de otitis externa. Algunos hurones pueden permanecer asintomáticos.
Los ácaros son fáciles de identificar en el microscopio examinando directamente el exudado, así como sus huevos.
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Garrapatas:
Los hurones pueden presentar garrapatas con mayor facilidad si viven en exterior o tienen contacto con otros animales domésticos como son los perros y los gatos.
Las garrapatas se pueden extraer de la misma manera que hacemos en perros y gatos. En áreas con elevada población de garrapatas podemos emplear tratamiento mensual preventivo con fipronilo.
Enfermedades endocrinas
Hiperestrogenismo en huronas:
Las hembras de hurón son poliéstricas estacionales, una vez entran en celo se mantiene de forma persistente en el caso de que no haya monta y se produzca la ovulación.
El mantenimiento de altos niveles de estrógenos durante un celo prolongado provoca depresión de la médula ósea, con el desarrollo de pancitopenia, y alopecia en el tronco.
Por este motivo, la esterilización se recomienda en las hembras que no van a criar. Más adelante discutiremos sobre cuál es el método indicado de esterilización.
Enfermedad de la glándula adrenal: Hiperadrenocorticismo
La enfermedad de la glándula adrenal (EGA) es una patología frecuentemente diagnosticada en hurones esterilizados de forma temprana. Las glándulas adrenales pueden evolucionar hacia la hiperplasia, desarrollar un adenoma o un adenocarcinoma con el consiguiente hiperadrenocorticismo. La afección puede ser de una o de ambas glándulas.
![Medicina preventiva en el hurón 4 Medicina preventiva en el hurón 4](https://www.cimformacion.com/blog/wp-content/uploads/2022/12/adrenalectomia-min.jpg)
La presentación se produce entre los tres y seis años de edad. Dentro de los signos más frecuentes encontramos la alopecia progresiva desde la base de la cola hasta el tronco, en algún caso pruriginosa, y el agrandamiento vulvar en las hembras.
![Medicina preventiva en el hurón 5 Medicina preventiva en el hurón 5](https://www.cimformacion.com/blog/wp-content/uploads/2022/12/hiperadrenorticismo-min.jpg)
Insulinoma:
Los insulinomas son tumores de pequeño tamaño (0.5-2mm) que se originan en las células beta del páncreas. Se presenta con una media de edad de cinco años, afectando por igual tanto a machos como a hembras.
![Medicina preventiva en el hurón 6 Medicina preventiva en el hurón 6](https://www.cimformacion.com/blog/wp-content/uploads/2022/12/pancreas-huron-min-1.jpg)
Las células beta del páncreas son las productoras de insulina. En los casos de neoplasia, la insulina se libera de forma autónoma independientemente de los valores de glucemia.
Una característica de esta elevación de la insulina sanguínea es la presentación de hipoglucemia crónica e incluso crisis hipoglucémicas.
Su etiología es todavía desconocida aunque se sospecha de un componente genético. Además, una dieta rica en carbohidratos se considera un factor predisponente del desarrollo de esta patología.
Esterilización
La esterilización quirúrgica temprana en los hurones se relaciona con el desarrollo de enfermedad de la glándula adrenal por lo que no se suele recomendar en una primera instancia.
![Medicina preventiva en el hurón 7 Medicina preventiva en el hurón 7](https://www.cimformacion.com/blog/wp-content/uploads/2022/12/deslorelina-min.jpg)
Una opción de esterilización, y de esta manera también mitigar el olor derivado de la secreción sebácea de la piel, consiste en la administración de análogos de la GnRH (hormona liberadora de gonadotropina) como la deslorelina en implante con una duración variable de 1,5 a los 3 años .
Bibliografía
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