La otitis consiste en una inflamación del canal auditivo externo (CAE), normalmente de componente infeccioso. Aún cuando en muchos casos los agentes infecciosos no son los responsables primarios, acaban siendo los auténticos protagonistas del proceso inflamatorio, del dolor y del mal olor así como de la descarga de cerumen y secreción purulenta.
Aproximadamente el 80% de las otitis caninas se dan en las razas de orejas grandes y caídas debido a la mala aireación del oído.
El canal auditivo externo se compone de dos partes: una primera, vertical, y luego una segunda, horizontal ,que lo conduce hasta al tímpano. Esta forma de L provoca una pobre aireación del canal y hace imposible la evacuación natural de las sustancias patológicas hacia el exterior y explica su acumulación. La piel del CAE es rica en glándulas sebáceas y sudoríparas, responsables de la producción de cerumen.
Los pelillos que se encuentran a menudo en el canal auditivo externo pueden ser muy densos, variando según la raza y los individuos.
Los signos clínicos de la otitis externa suelen incluir sacudidas de cabeza y el rascado del oído afectado debido al dolor intenso. El perro a menudo inclina o lleva la cabeza hacia abajo en el lado afectado y lloriquea o se queja cuando se toca o inspecciona la oreja. En algunos casos la audición puede verse afectada.
Causas de la otitis en perros
Las causas de las otitis pueden ser muy numerosas en el perro. Veamos a continuación las más comunes:
Otitis parasitaria
Causada por Otodectes cynotis, un ácaro muy frecuente y que causa aproximadamente el 10% de las otitis externas. Cursa con hiperproducción de cerumen que se observa además de abundante, de un color chocolate hasta negruzco.
Otitis alérgica
En un 50% de los perros diagnosticados de dermatitis atópica, dermatitis por hipersensibilidad alimentaria y trastornos queratoseborreicos suelen presentar otitis bilateral. Podría ser la inflamación de oídos más común en perros.
Otitis infecciosa
Su forma aguda generalmente está causada por estafilococos que ocasionan una descarga húmeda y pardusca. Además suelen involucrarse otras especies bacterianas, y sobre todo levaduras, lo que acaba complicando en algunas ocasiones el tratamiento.
Otitis traumática
La entrada de agua en el baño, el uso de instrumentos inadecuados (bastoncillos de algodón introducidos profundamente,…) o sustancias irritantes (alcohol, éter,…) durante la limpieza de los oídos es causa frecuente de otitis.
También pueden ocurrir por la entrada de un cuerpo extraño como una espiga o cardillo o por una maraña de pelos que obstruye el canal evitando la aireación y favoreciendo la maceración de la piel. En los perros que presentan muchos pelillos los peluqueros caninos suelen depilarlos con cierta frecuencia para airear el CAE y evitar un ambiente húmedo que predispone a las infecciones.
Tratamiento de la otitis
Antes de iniciar cualquier tratamiento es indispensable conocer la causa para poder atacar la otitis de forma adecuada. Es imprescindible una valoración veterinaria con el otoscopio y, si es necesario, un estudio al microscopio del cerumen y la secreción.
Normalmente con un antiparasitario tópico o sistémico (en pipeta) es suficiente para acabar con los ácaros en las otitis parasitarias, mientras que las gotas con antibióticos y antifúngicos se reservarán para las otitis infecciosas.
Antes de iniciar cualquier tratamiento, es importante depilar el canal y limpiarlo con productos comerciales. Con una toallita se recoge el cerumen sucio y evitaremos introducir ningún instrumento. Una vez limpio se inicia el tratamiento adecuado según la causa.