La leishmaniasis: cómo se transmite y métodos para combatirla
Mosquito de la leishmania
Foto: James Gathany en Pixnio

La leishmaniasis: cómo se transmite y métodos para combatirla

La leishmaniasis es una de las enfermedades más comunes que afectan a los perros que puede ser fatal para ellos. Se trata de una enfermedad producida por protozoos del género Leishmania, que se presenta en Europa, principalmente en la cuenca mediterránea, de forma endémica con bajas tasas de prevalencia humana. Se estima que aproximadamente en España, el 7% de la población canina está infectada, aunque existen regiones donde llega hasta un 35%. Estos datos confirman, que actualmente, es una enfermedad de la que debemos proteger a nuestros perros, dado que se extiende cada vez más.

Esta enfermedad  causa calvas, llagas en la piel, insuficiencia orgánica como infartos, inflamación e hinchazón. La leishmaniasis es causada por un parásito protozoario que se encuentra en perros y algunos roedores. El parásito se transmite por la picadura de un mosquito infectado o por transfusiones de sangre.

La leishmaniosis canina es una zoonosis endémica importante en más de 89 países. Es frecuente en Europa, África, Asia y América del Sur y Central y se transmite verticalmente de un perro a otro en los EE. UU. También es motivo de preocupación en países no endémicos donde las enfermedades importadas constituyen un problema veterinario y de salud pública.

Causas: transmisión de leishmaniasis en perros

La leishmaniasis es una infección zoonótica que es contagiosa y puede ser fatal. Puede transmitirse a otros animales y humanos, pero los perros son el principal reservorio y no hay predilección por raza, género o edad.

El parásito difásico completa su ciclo de vida en dos huéspedes:

  • Moscas de arena que alberga la forma de promastigote extracelular flagelado
  • Mamífero donde se desarrolla la forma del parásito amastigote intracelular.

La transmisión de la leishmaniasis canina a los perros es un proceso complejo.  La transmisión vertical congénita es posible, donde una madre infectada pasaría la enfermedad a su descendencia, pero es poco común. Otros contraen leishmaniasis a través de transfusiones de sangre, así como por transmisión de perro a perro.

La transmisión directa también es posible. Un perro puede contraer enfermedades parasitarias a través de la ingestión o el olfateo de tierra, heces, comida y agua infectada.

Signos y síntomas

Es importante tener en cuenta que la transmisión de la leishmaniasis en perros puede provenir de caninos sintomáticos y asintomáticos. El período de incubación de la leishmaniasis puede variar de un mes a años. Es posible que algunos perros tengan el parásito durante largos períodos de tiempo antes de que aparezcan signos o síntomas clínicos (asintomáticos). La enfermedad permanecerá inactiva hasta que una enfermedad o el estrés la desencadenen. Generalmente, el período de incubación en humanos es de alrededor de 2 a 6 meses. En los perros, puede tardar desde tres semanas hasta siete años.

En la mayoría de los perros sintomáticos, el primer signo de enfermedad aparece entre 2 y 4 meses después de la infección inicial. Los síntomas pueden incluir llagas en la piel, descamación, úlceras, pérdida de peso, parches de calvicie, conjuntivitis, ceguera, secreción nasal, atrofia muscular, inflamación, hinchazón e insuficiencia orgánica, incluidos ataques cardíacos leves.

Es importante tener en cuenta que tanto los perros asintomáticos como los sintomáticos son capaces de infectar a los flebótomos y propagar la enfermedad.

Los síntomas de leishmaniasis cutánea son los siguientes:

  • Hiperqueratosis: con descamación epidérmica excesiva con engrosamiento, pérdida del color de la piel y grietas en las almohadillas de las patas y el hocico.
  • Alopecia: el pelaje se seca y se vuelve quebradizo con la caída del cabello.
  • Se desarrollan nódulos en la superficie de la piel.
  • Posibilidad de nódulos y úlceras intradérmicas.
  • Uñas inusualmente largas y quebradizas.

Los síntomas de leishmaniasis visceral son:

  • Pérdida del apetito que conduce a una pérdida de peso grave.
  • Diarrea y/o vómitos.
  • Sangrado de nariz.
  • Intolerancia al ejercicio.
  • Melena: heces con sangre u oscuras, alquitranadas (menos común)

Otros síntomas relacionados con la leishmaniasis canina son estos:

  • Linfadenopatía (más común)
    Adelgazamiento
  • Neuralgia: un trastorno doloroso de los nervios.
  • Dolor en las articulaciones e inflamación de los músculos.
  • Lesiones osteolíticas
  • Fiebre con agrandamiento del bazo
  • Inflamación de los huesos que lo recubren

¿Se puede tratar la Leishmaniasis canina?

La Leishmaniasis canina. De hecho, existen diferentes tratamientos en función de su gravedad y de los síntomas que presente el perro. Pero, dado que se trata de una infección zoonótica, los parásitos de las lesiones pueden transferirse a los humanos. Esos organismos nunca se eliminarán por completo. La recaída y el tratamiento son inevitable. La buena noticia es que existen medicamentos para tratar los síntomas y la enfermedad en sí.

Además, hay forma de prevenir la Leishmaniasis canina. Una de estas formas de prevención es a través de la vacunación, de aparición reciente. Sin embargo, la efectividad de las vacunas no es del 100% y puede tener importantes efectos secundarios, por lo que es importante informarse. Algunas personas usan repelentes de insectos y mantienen a sus perros controlados en interiores si tienen que ir a un lugar donde la leishmaniasis está activa.

La influencia del cambio climático

Mapa leishmania en espana

Los motivos son varios, siendo uno de los más importantes, el aumento de la distribución de los mosquitos (aunque realmente son moscas) que actúan como vectores transmisores (Phlebotomus perniciosus y Phlebotomus ariasi, que inoculan el protozoo al perro tras haberse alimentado de otro animal infectado) debido al cambio climático global.

Para entender la enfermedad, debemos hacer un resumen del ciclo biológico del protozoo que lo transmite:

  • La hembra del flebotomo se alimenta de la sangre de un animal infectado, el protozoo pasa al insecto y comienza a madurar y multiplicarse en su tubo digestivo.
  • Una vez listo para invadir a un animal sano, las formas inmaduras del protozoo se sitúan en su aparato bucal, esperando un nuevo hospedador.
  • El insecto pica a otro perro para alimentarse de su sangre y la Leishmania es introducida en su piel, donde se multiplica rápidamente y migra a otros órganos, completando su ciclo y dejando en las células del perro individuos inmaduros, actuando así como nuevo reservorio para volver a comenzar el ciclo.
  • Los perros infectados pueden tardar entre una semana y un año en comenzar a mostrar síntomas, y de no ser tratados a tiempo, la enfermedad será mortal.

Alejar la enfermedad

Para evitar la enfermedad, podemos usar pipetas, collares, insecticidas, etc. que nos podrá recomendar nuestro veterinario, pero no estaría de más, conocer al vector de transmisión (el insecto que inocula la enfermedad) para saber dónde y cuándo aparece.

Los flebotomos son frecuentes entre los meses de junio y septiembre (pero dependiendo de la zona, así que englobaremos de marzo a diciembre en las más cálidas), con máxima actividad entre el atardecer y el amanecer, picando durante la noche para regresar a su nido a realizar la puesta, así que serán los momentos en los que estaremos más alerta.

Para su desarrollo necesitan unas temperaturas moderadas, altitud máxima de 1000 m sobre el nivel del mar, poca luz, alta humedad relativa y alto contenido de materia orgánica, así que viven en huecos de muros, leñeras, jardines, alcantarillas, cuevas, madrigueras, establos y corrales.

Las medidas estructurales que podemos tomar para dificultarle la llegada a nuestro animal serán por ejemplo mallas mosquiteras con trama adecuada, tostadores eléctricos de insectos, eliminar acúmulos de basuras, restos de vegetación, mantillos, tapar agujeros y oquedades en muros, entre otras.

Actualmente disponemos de una vacuna que previene la leishmaniosis canina, que puede administrarse a partir de los seis meses de edad. El programa completo de vacunación consiste en tres dosis administradas a intervalos de tres semanas y proporciona una defensa interna prolongada contra la enfermedad. Solo se necesitan revacunaciones anuales para mantener la protección inmunitaria del perro.

Recordad mantener a vuestro perro protegido de esta enfermedad ya endémica en España para evitar seguir sumando incidencia y mortandad.

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