Las enfermedades más habituales de los caballos
Caballo sentado en el suelo
Foto: Soledad Lorieto en Unsplash

Las enfermedades más habituales de los caballos

Al igual que el resto de los animales domésticos, los caballos poseen algunas enfermedades que se deben conocer para apreciar los síntomas a tiempo y actuar en consecuencia.

En general, los caballos poseen unos síntomas claros que nos pueden hacer sospechar que le ocurre algo como por ejemplo: temperatura superior a 38° C, un pulso por encima de 36-42 latidos por minuto, más de 12 inspiraciones por minuto, abatimiento o apatía, cabeza baja y orejas hacia atrás, salivación excesiva…

Si observamos alguno de estos síntomas en el animal, lo mejor será siempre llamar al veterinario, que hará una valoración más exhaustiva y algunas pruebas que confirmarán su estado y la enfermedad a tratar.

A continuación vemos algunas de estas enfermedades más habituales de los caballos, sus síntomas más básicos y tratamientos.

Tétanos

Es una enfermedad causada por una toxina que penetra en el organismo del animal por una zona lesionada, y se instala en su tracto intestinal.

Las esporas de esta toxina se encuentran en el suelo y son viables durante años, así que el método más eficaz para evitarla es la vacunación anual, o la inyección de antitoxina tetánica si el animal posee alguna herida o si ha sido sometido a una cirugía.

Los síntomas más llamativos del tétanos son que el animal dobla su espina dorsal hacia atrás hasta 45 °C y sufre espasmos en el cuello y convulsiones.

Esta enfermedad suele ser tratada con suero antitetánico o con tetraciclina y penicilina, pero por lo general suele acabar con la vida del animal.

Influenza equina o gripe

Afecta al sistema respiratorio y es altamente contagiosa. Pese a ser una enfermedad bastante leve, pueden aparecer complicaciones con facilidad.

El síntoma principal es la tos, aunque además, los caballos pueden dejar de comer y poseer una secreción nasal abundante. Suele aparecer fiebre hasta 41 °C, debiendo remitir antes de 5 días (en caso contrario sospecharíamos de complicaciones).

Se aplicarán antibióticos, vitamina C y antisépticos broncopulmonares si la fiebre persiste. Con reposo absoluto (hasta una semana después de desaparecer los síntomas) y un cuidado apropiado, los animales deberían recuperarse en 10 días.

Rinoneumonitis equina

Esta enfermedad incluye dos tipos de virus que afectan al sistema respiratorio y pese a causar síntomas y señales distintas, ambas se conocen con este nombre. Estos virus pueden provocar que los potros desarrollen pulmonías y a las yeguas preñadas pueden provocarles abortos.

Se caracteriza por una secreción purulenta de color amarilla en las fosas nasales. Los potros pueden presentar fiebre, conjuntivitis, rinitis y tos.

Suele tratarse con antibióticos para impedir una complicación, pero los pronósticos suelen ser favorables y generalmente no quedan secuelas. Los animales afectados deben ser aislados de otros por su alto peligro de contagio. Se recomienda la vacunación previa, sobre todo, a yeguas y potros.

Estos son solo algunos ejemplos de las enfermedades que pueden tener nuestros compañeros equinos. La sintomatología es variables así que obviamente, si notas algo inusual o un cambio de carácter en tu animal, ponte inmediatamente en contacto con un veterinario. Esto evitará complicaciones y gastos extra posteriormente.

Estrangula o moquillo equino

La estrangula o moquillo equino es un gran problema en la población equina mundial y es la enfermedad infecciosa diagnosticada con más frecuencia. La estrangula  es una infección bacteriana de los ganglios linfáticos en la garganta de un caballo provocada por la bacteria Streptococcus equis que provoca una infección bacteriana de los ganglios linfáticos en la garganta de un caballo.

Los ganglios linfáticos infectados se hinchan y revientan. Cuando los ganglios infectados revientan, liberan pus que sale por la nariz del caballo y debajo de sus mandíbulas. Los ganglios linfáticos inflamados y reventados ahogan al caballo infectado.

El tratamiento puede incluir sacar el pus de los ganglios linfáticos con un endoscopio y luego tratarlo con un antibiótico tópico. Sin embargo, antes de que esto sea necesario, los veterinarios a menudo prescriben medicamentos antiinflamatorios a los caballos para reducir la fiebre y hacer que se sientan lo suficientemente bien como para comenzar a comer nuevamente.

Las compresas calientes en los ganglios linfáticos y la alimentación con alimentos húmedos en el piso también ayudan a que los abscesos se drenen y se rompan. Ocasionalmente, los veterinarios prescriben un ciclo de antibióticos.

Cólico

De las muchas enfermedades comunes de los caballos, el cólico es la más mortal. Hay que tener en cuenta que el término «cólico» se usa ampliamente para describir varias dolencias estomacales equinas.

Algunas de las causas comunes de los cólicos son los gases, la impactación intestinal, el exceso de cereales, la ingestión de arena y las infecciones parasitarias. Si sospechas que tu caballo tiene cólico, verifica  sus signos vitales, mantenlo de pie y llama al veterinario. No permitas que el caballo coma o beba hasta después de hablar con el veterinario.

Los caballos con cólico se comportan de manera diferente. Algunos de los síntomas más comunes que muestran los caballos cuando tienen cólicos son estos:

  • pérdida de apetito
  • patean  el suelo
  • Miran  hacia atrás a su flanco
  • Se acuestan
  • desplazamiento excesivo en estado de agitación: levantarse y acostarse repetidamente o caminar en círculos
  • curvan  su labio superior
  • patadas en su estómago
  • ruedan por el suelo
  • transpiración
  • aumento de la frecuencia cardíaca
  • vientre hinchado
  • apenas defecan (o no defecan nada) o tienen diarrea

Debido a que el cólico es un término tan general  es fundamental determinar la causa para aplicar el tratamiento adecuado. La mayoría de los tipos de cólicos se pueden tratar con medicamentos, pero los cólicos graves, como las impactaciones y las torceduras intestinales, requieren cirugía.

Es fundamental que un veterinario evalúe al caballo lo antes posible para que pueda determinar el tratamiento correcto. El veterinario a menudo puede administrar medicamentos o usar un tubo para aliviar los gases para tratar los cólicos.

Laminitis

La laminitis es una de las enfermedades más comunes de los cascos de los caballos. Es una afección insoportable y con frecuencia recurrente que afecta los tejidos que unen la pared del casco con el hueso del ataúd (el hueso más grande del casco, también conocido como pedal).

La enfermedad es causada por la interrupción del flujo sanguíneo a las láminas, que aseguran el hueso del ataúd a la pared del casco. El trastorno causa inflamación y debilita las láminas y la unión a la pared del casco.

Cuando se pierde el vínculo, el hueso del ataúd puede girar dentro de la pata del caballo, hundirse y salir por la planta de la pata del animal. La laminitis afecta con mayor frecuencia a las patas delanteras.

La laminitis es una enfermedad progresiva que conduce a la cojera. Es esencial conocer los primeros signos para que pueda contraer la enfermedad mientras tiene la oportunidad de recuperarse. Si crees que tu caballo está desarrollando laminitis, habla con el veterinario de inmediato.

Algunos de los  primeros signos comunes de laminitis incluyen:

  • Aumento del pulso digital en los pies
  • Calor en las patas de los caballos
  • Anillos inusuales en la pared del casco
  • Cambio de peso frecuente
  • Ensanchamiento o sangre en la línea blanca (el punto donde se unen la pared del casco y la suela)
  • Cambio de paso
  • Dolor en la punta del casco
  • Inclinarse hacia atrás sobre los talones

En los casos graves de laminitis se necesita un tratamiento de emergencia, pero incluso en los casos leves, cuanto antes se comience el tratamiento, mayores serán las posibilidades de recuperación. El tipo de tratamiento depende de las características específicas de cada caballo, pero normalmente incluye medicamentos, hielo, restricciones dietéticas, aceite mineral, reducción de la presión del pie y drenaje de abscesos.

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