En muchas de las disciplinas deportivas que incluyen obediencias, como el ODU, el Mondioring, o el RCI, uno de los ejercicios que aparecen desde el primer nivel es el rechazo de alimento.
El perro se sienta al lado de su dueño o cerca de él (o en ausencia del mismo en niveles avanzados) y un juez le ofrece una pieza de alimento que el animal no debe tan siquiera olisquear. Mucha gente no entiende el porqué de este ejercicio o no se imagina el valor que tiene en la vida real.
Existen casos de robos en casas, donde los ladrones, con la finalidad de evitar el ataque del perro de la casa cuando realicen el hurto, ofrecen alimentos envenenados al animal para dormirlo, o matarlo.
Encontramos también casos de animales que son envenenados por represalias contra sus dueños u otros que tras ingerir comida que encuentran en su paseo cotidiano, fallecen ante la impotencia de sus dueños. Pues bien, estos casos podrían evitarse si el perro estuviera educado en el rehúse de comida no brindada por su dueño.
Ejercicios para enseñarle
Para aprender este ejercicio, debemos utilizar siempre métodos positivos, con premio tipo alimento, a ser posible, que guste más al perro que el que deba rechazar.
Para comenzar el aprendizaje, nos acercaremos a nuestro ayudante (con el perro atado a nuestra vera) y nos pararemos ante él. Le daremos la orden (como por ejemplo “no come”), así el perro empezará a aprender el ejercicio sabiendo, las veces siguientes, de antemano en qué consiste.
Empezando por lo fácil
El ayudante sacará un trozo de comida y se lo acercará al morro, obviamente, las primeras veces el animal hará el ademán de cogerlo y rápidamente, daremos el aviso de “eh” o “no”, para indicarle que no puede; le ofreceremos nuestra comida, llevándonoslo mientras nos lo coge, de delante del ayudante y su comida.
Nunca le daremos nuestro premio si (por despiste nuestro o por su velocidad) consigue comer el alimento que ofrece el ayudante y reñiremos la acción. También cambiaremos al ayudante, siendo más efectivo si éste no pertenece siquiera al núcleo cercano al animal.
Progresivamente, el perro empezará a entender que el ejercicio del “no come” significa que si no ingiere, ni se acerca al alimento del extraño, recibirá algo mejor de su dueño.
La dificultad va en aumento
El ayudante puede ofrecerle el alimento o dejárselo al lado, y nuestro perro no puede cogerlo, recibiendo como siempre, algo mejor de nuestra parte. También se le puede dejar quieto y se le tira el alimento o el ayudante se lo ofrece con palabras amigables como “toma”. Cuando el ejercicio está completamente entendido pasamos a la realización del mismo sin previo aviso, sin darle la orden.
Si todo ocurre de la forma correcta, de nuevo recibirá un premio y querrá decir que el perro prefiere rehusar la comida de otra persona, para obtener un alimento exquisito de nuestra parte. Puede realizarse también dejando en un campo un trozo de alimento y posteriormente pasando con el perro por su lado. Como siempre si intenta comerlo, se le riñe y si no lo hace, se premia directamente y se le aleja del mismo con nuestro propio alimento.
Este ejercicio requiere paciencia por nuestra parte y debe repetirse cada cierto tiempo tras su aprendizaje para evitar que se le olvide, pues recordad que podemos evitarnos un susto o incluso su muerte con un poco de educación.