Sesamoiditis: el dolor que impide caminar
Sesamoiditis: el dolor que impide caminar 1

Sesamoiditis: el dolor que impide caminar

La sesamoiditis es una afección particularmente molesta que puede llegar a ser muy incapacitante e impedirnos realizar deporte, subir escaleras o simplemente andar con normalidad. Te contamos en qué consiste exactamente esta dolencia y que podemos hacer para aliviarla.

¿Qué es un hueso sesamoideo?

Generalmente, un hueso sesamoideo es un hueso pequeño, de forma más o menos redondeada, que suele estar situado en los lugares en los que un tendón pasa por encima de una articulación. De este modo actúa alejando el tendón del centro de la articulación con el fin de favorecer su movimiento y deslizamiento.

Encontramos huesos sesamoideos en la rodilla (patela), en las manos (dos de ellos en la articulación metacarpofalángica del dedo pulgar), en los pies (dos huesos sesamoideos en la articulación metatarsofalángica del dedo gordo del pie) y, más raramente, en otras zonas como el tendón del bíceps braquial, el tendón del psoas mayor o el tendón del gastrocnemio.

En ocasiones, los huesos sesamoideos menos comunes son confundidos con entesofitos, proyecciones óseas (calcificaciones) que se forman en las inserciones de algunos tendones.

En este artículo nos ocupamos de dos de estos pequeños huesos que tenemos detrás del dedo gordo de cada pie y que pueden causar molestias muy inhabilitantes.

Huesos sesamoideos del pie

Los huesos sesamoideos del pie se localizan bajo la cabeza del primer hueso metatarsiano, cerca de la articulación metatarsofalángica. Están recubiertos por la cápsula articular y por tres tendones: el flexor corto, el abductor y el aductor del primer dedo. Su función es modificar la presión y reducir la fricción de los tendones de varios músculos que recorren la planta del pie.

La articulación metatarsofalángica es la que une el dedo gordo del pie con el primer hueso del metatarso y cumple funciones muy importantes:

  • Ayuda a sostener el cuerpo y posibilita que podamos mover el dedo gordo del pie hacia arriba y hacia abajo.
  • Contribuye en la acción de impulsarnos hacia delante actuando como un punto de empuje cuando caminamos o corremos.

¿Qué es la sesamoiditis?

Como nos indica el sufijo -itis, la sesamoiditis es una inflamación que afecta a los huesos sesamoideos y a los tendones que los envuelven, normalmente por sobreuso del dedo gordo del pie.

La inflamación se produce en las estructuras que los recubren, es decir, la cápsula articular y el cartílago como resultado de una presión excesiva de estos pequeños huesos contra el suelo al caminar, correr, saltar o llevar a cabo cualquier actividad que implica impactos fuertes sobre el suelo.

¿Qué provoca la sesamoiditis?

Como hemos indicado, esta dolencia está causada por una excesiva presión sobre los huesos sesamoideos del pie al absorber parte de la fuerza que se ejerce al impactar contra una superficie. Estos son los principales desencadenantes:

  • Esfuerzo súbito. Ocurre cuando empezamos a ejercer una actividad de impacto de forma brusca sin realizar un aumento gradual del esfuerzo. Por ejemplo, pasar de una situación de sedentarismo a un sobreesfuerzo sin que los músculos y tejidos blandos estén suficientemente preparados.
  • Uso de zapatos de tacón. El uso habitual de calzado con más de cinco centímetros de tacón cambia el centro de gravedad y el peso del cuerpo pasa a la parte delantera del pie deformando los ligamentos.
  • Microtraumatismos repetidos. Un estrés continuado sobre la zona causa irritación e inflamación. La sesamoiditis es habitual en corredores, bailarines y jugadores de baloncesto o de fútbol.
  • Tener los pies cavos. La inadecuada distribución de fuerzas asociada a esta condición puede ser motivo de sesamoiditis.
  • Infecciones.
  • Enfermedades degenerativas como la artrosis.

La sesamoiditis puede a su vez dar pie a otras patologías podológicas, pues para evitar en lo posible el dolor evita apoyar la parte delantera del pie.

¿Cuáles son los síntomas de la sesamoiditis?

El dolor incapacitante debajo del dedo gordo del pie es el principal síntoma de la sesamoiditis. Otros síntomas indicativos son:

  • Aumento gradual del dolor. Empieza como una molestia y empeora con el tiempo.
  • Dolor localizado en el área de unión del dedo con la planta del pie.
  • Hinchazón y rojez
  • Durezas bajo la cabeza del primer metatarsiano.
  • Mayor temperatura en la zona afectada debido a la inflamación.
  • Rigidez y limitación para mover el dedo gordo del pie.
  • Dificultad para estar de pie o caminar.

¿Qué podemos hacer para aliviar los síntomas de la sesamoiditis?

La sesamoiditis es una afección muy molesta e invalidante, así que el principal objetivo es paliar el dolor. Según el grado de inflamación alcanzado cuando nos planteamos remediarla, nos costará más o menos reducir la inflamación y recuperar una movilidad normal del pie.

Se diagnostica en base a los signos y síntomas, realizando las pruebas pertinentes para descartar infecciones o fracturas.

El primer paso es el reposo de la zona, es decir, cesar de realizar actividades que causen impacto en el área metatarsofalángica (correr, saltar, bailar o salir a andar). Evidentemente, dejar de usar zapatos de tacón y, si es necesario, poner un apósito acolchado en la parte anterior del pie para amortiguar la presión sobre los huesos sesamoideos. Si la causa es genética, como los pies cavos, deberemos consultar a un especialista en medicina podiátrica.

Para rebajar la inflamación haremos uso de la crioterapia. También podemos utilizar algún vendaje compresivo para mantener la posición de la estructura y evitar movimientos indeseados.

Poner el pie en alto es otra de las medidas que ayudará a rebajar la inflamación y el dolor.

Cuando remita el episodio de dolor más agudo, podemos practicar un masaje suave en la planta del pie, trabajando el área afectada para descomprimir y aliviar toda la estructura.

En casos más graves, es posible que se requiera algún tratamiento médico invasivo como las infiltraciones y, en raras ocasiones, la cirugía.

La duración varía según el grado de afectación. En los casos más leves y aplicando las medidas para aliviarla podemos remitir el dolor y la inflamación en unas dos semanas, aunque el proceso puede alargarse si ha ocurrido alguna fractura o se trata de un proceso infeccioso. 

La mejor forma de prevenir este trastorno metatarsofalángico es no calzar tacones demasiado altos de forma habitual, cuidar la práctica deportiva y utilizar las zapatillas más adecuadas y, si ya hemos padecido sesamoiditis con anterioridad, seguir los puntos indicados nada más empezar las molestias.

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