Las manipulaciones en quiropraxia: concepto, técnica y tipos
Quiropráctico realizando un test dorsal
Foto: sunlight19 en Shutterstock

Las manipulaciones en quiropraxia: concepto, técnica y tipos

Las manipulaciones en quiropraxia son maniobras o técnicas que, junto a las movilizaciones, pretender hacer desaparecer los signos de sufrimiento cutáneo o muscular detectados en cuello o espalda, incluso a distancia en los dermatomas correspondientes al nivel donde asienta la disfunción vertebral responsable.

La importancia de las manipulaciones reside tanto en su acción curativa a nivel físico como en su repercusión psicológica sedante, ya que tranquilizan al cliente sobre la habilidad manual del terapeuta en cuyas mayor confía su cuerpo.

Qué es una manipulación en quiropraxia

La manipulación quiropráctica es la aplicación de presión a la columna vertebral de una persona u otras partes de su cuerpo por un médico quiropráctico o quiropráctico calificado. Esta presión permite que un quiropráctico ajuste y corrija la alineación.

La manipulación quiropráctica tiene como objetivo reducir el dolor y mejorar la función mecánica, o la forma en que una persona se mueve.

Manipulaciones en quiropraxia

Según R. Maigne, las manipulaciones son movimientos forzados que llevan bruscamente los elementos articulares al límite de su juego fisiológico normal, sin sobrepasar el límite que impone su movimiento anatómico.

Para De Winter, las manipulaciones son breves y rápidas variaciones isométricas en una dirección privilegiada de fuerzas aplicadas (habitualmente con las manos), a un sistema cinético en general complejo.

En general, podemos decir que las manipulaciones son técnicas que tratan pasivamente la columna vertebral, es decir, las maniobras que utilizan una impulsión extremadamente rápida y breve cuando se ha obtenido el bloqueo articular.

Para la realización de las manipulaciones en quiropraxia hay que tener en cuenta que primero se hace la puesta en tensión y, a continuación, tras haber realizado la regla del no dolor, se lleva a cabo el gesto manipulativo.

Tipos de manipulaciones

Hay tres tipos de manipulaciones en quiropraxia: manipulaciones directas (las clásicas del quiropráctico), manipulaciones indirectas y manipulaciones semi-indirectas

Las manipulaciones directas

Se producen cuando los puntos de apoyo están en el mismo nivel de la región que debe tratarse. Estas manipulaciones consisten en presiones directas sobre las zonas bloqueadas y se practican con talón mano de forma rápida, breve y seca, seguidas de relajación (lo que se denomina rebote). Se hacen al final de la espiración, es decir, en el momento de máxima relajación.

Las manipulaciones indirectas

Se hacen utilizando los brazos de palanca naturales (cabeza, hombros, pelvis y piernas) para mover el raquis. Estas manipulaciones se realizan a distancia y permiten manipular  en todos los sentidos la totalidad de los segmentos vertebrales con una fuerza dosificable. Además, cabe destacar que se pueden hacer movilizaciones repetidas para acabar haciendo la manipulación.

Manipulaciones semi-indirectas

Hay un punto de apoyo que está a la altura de la zona que hay que manipular y el otro a distancia. Son las manipulaciones indirectas en las que el terapeuta coge un punto de apoyo directo a nivel del segmento a manipular con una mano, su rodilla, o su pecho. El primer gesto manipulativo se realizará por maniobra, ya que la segunda vez probablemente haya una resistencia involuntaria por parte del cliente.

Movilizaciones

Las movilizaciones implican poner en movimiento una articulación, produciendo un relajamiento general en todas las direcciones, sea cual sea la técnica empleada. Se llega hasta la puesta en tensión.

Las movilizaciones son movimiento ágiles y elásticos que se pueden repetir varias veces, tantas como el terapeuta considere oportuno. Esto se debe a que, al tratarse de estiramientos, la repetición no es perjudicial. No obstante, las movilizaciones no se podrán realizar en el caso de pinzamiento vertebral.

Examen manipulativo en quiropraxia

Los buenos quiroprácticos hacen todo lo que está a su alcance para ayudar a aliviar los síntomas de sus pacientes lo más rápido posible, con la menor cantidad de tratamientos posibles. También dan consejos sobre cómo evitar futuros episodios de dolor. Pero es necesario saber qué pasa realmente.

En quiropraxia, el examen manipulativo es un proceso importante para determinar cuál es el problema que tiene el sujeto.  Este examen está basado en la estructura y la función de la columna vertebral. Este examen es fundamental hacerlo antes de la manipulación vertebral.

Cuando se busca hacer un diagnóstico, hay varios síntomas que pueden estar presentes en diferentes dolencias o problemas de salud. Por eso no es solo importante saber qué duele, sino de dónde viene el dolor y por qué. De ahí la importancia del examen manipulativo en quiropraxia.

El examen manipulativo consta de tres partes: interrogatorio  o anamnesis, examen clínico y exámenes complementarios.

Como paso previo a la manipulación vertebral, como consecuencia del examen manipulativo, el quiropráctico debe ser capaz de encontrar la causa que provoca las molestias y de localizar localizar con precisión los niveles responsables. Además, es preciso detectar las contraindicaciones de la técnica manipulativa, así como determinar la maniobra más apropiada maniobra que debe realizarse.

Interrogatorio o anamnesis

Para esta primera parte no hay que tener prisa. Es necesario saber cuestiones importantes que solo el sujeto puede contestar, como qué le ocurre, por qué acude a la consulta, desde cuándo experimenta las molestias y dónde.

Algunas de las cuestiones que hay que aclarar respecto al dolor son las siguientes:

  • Localización origen del dolor.
  • Posibles irradiaciones
  • Intensidad del dolor: escala del 1 al 10
  • Naturaleza o tipo de dolor.
  • Circunstancias de la aparición del dolor.
  • Tratamientos realizados previamente y sus resultados.
  • Antecedentes: frecuencia e intensidad de esas crisis.

Examen clínico

El examen clínico es la segunda parte del examen manipulativo en quiropraxia. Este examen tiene las siguientes partes:

  • Inspección de los problemas estáticos y palpación para situar el nivel o punto afectado de forma aproximada.
  • Estudio de la dinámica vertebral. Este estudio incluye movimientos activos y movimientos pasivos con apoyo de la mano en la zona analizada.
  • Localización del sufrimiento vertebral.
  • Análisis de la movilidad segmentaria.
  • Investigación de las manifestaciones clínicas de la lesión segmentaria vertebral.
  • Localización de la topografía del dolor (trayecto).
  • Localización de los signos de sufrimiento muscular.
  • Análisis de los reflejos osteotendinosos.
  • Análisis de la sensibilidad ósea.

Exámenes complementarios

Los exámenes complementarios son indispensables en todo examen clínico vertebral. El motivo es que dicho examen clínico no puede, por sí solo, ser capaz de precisar la naturaleza de los trastornos observados.

Los exámenes complementarios más importantes para completar el examen manipulativo son los siguientes:

Exámenes de laboratorio y pruebas radiológicas

Si las circunstancias lo justifican deben de pedirse, aunque hay que tener en cuenta su coste económico. Los indicadores relevantes en este tipo de análisis serán:

  • V.S.G. (velocidad de sedimentación globular): se pide si hay sospecha de enfermedad infecciosa, inflamatoria o tumoral.
  • Proteinograma electroforético o inmunoelectro-forético: para descartar un tumor o un mieloma.
  • Balance fosfocálcico sanguíneo y urinario: cuando hay una desmineralización importante.
  • Fosfatasas alcalinas: un nivel elevado de este indicador implica una fase activa de destrucción ósea.

Otras pruebas que solicitarse son:

  • Exámenes radiológicos: para tener una idea exacta sobre el estado del sistema osteoarticular vertebral.
  • Electromiografía: para el estudio del lugar y de la importancia del sufrimiento radicular o sobre una posible hiperexcitabilidad neuromuscular.
  • Gammagrafía ósea: si hay sospecha de afección tumoral.
  • Doppler de las arterias del cuello junto a una ecografía para descubrir una insuficiencia vertebrobasilar.
  • Densitometría: para evaluar el grado de osteoporosis (descalcificación ósea).

Estos análisis no hay que pedirlos siempre, solamente cuando haya sospecha y/o sea necesario saber si existen algún problema que implica contraindicaciones en las técnicas que se vayan a aplicar.

Ver todos los artículos de Salud y Bienestar

Deja un comentario