Preparación y el aseo diario de los gatos
Gato siendo peinado en la peluquería
Foto: prostooleh en Freepik

Preparación y el aseo diario de los gatos

El aseo y la preparación no solo hacen que tu gato se vea bien, sino que también tiene muchos beneficios para la salud del felino. Lo cierto es que los gatos son conocidos por lo minuciosos que son en su propio aseo, y rara vez necesitan que alguien se ocupe de ello. No obstante, todavía hay mucho que se puede hacer por ellos.

La preparación y aseo regular de los gatos les ayuda a estimular la circulación, mejora el tono del pelaje y minimiza las bolas de pelo en el estómago al eliminar los pelos sueltos. El aseo también suaviza la piel y estimula las glándulas que actúan para impermeabilizar el pelo. La preparación también separa el sebo (aceite natural que protege e impermeabiliza el cabello y la piel) en todo el pelo.

Si bien un gato es capaz de asearse, involucrarse en ello te da la oportunidad de comprobar si tiene parásitos externos y heridas en la piel. Comenzar con el aseo del gato cuando este es pequeño ayudará a que dicho aseo forme parte de una rutina regular y reforzará los vínculos entre ambos.

Los gatos necesitan bañarse

Cuando los gatos se hacen mayores pueden tener dificultades para asearse ellos mismos. Lo mismo le puede ocurrir a los gatos con sobrepeso o con alguna enfermedad que les dificulte la tarea. Pero incluso cuando los gatos se pueden asear, un baño de vez en cuando no les viene mal.

¿Qué ocurre si se mete en algún lugar extremadamente sucio o se encuentra con algo realmente maloliente? Para facilitar que el gato se deje bañar en estos casos, lo mejor es acostumbrarlo desde que es pequeño. Debemos introducir estas dinámicas como parte del aseo diario de los gatos.

Para el baño, usa un champú apto para gatos. Los champús para perros no sirven. Tampoco los champús para humanos.

Bolas de pelo

La mayoría de los dueños de gatos están acostumbrados a encontrar a sus gatos vomitando bolas de pelo en el suelo, las alfombras, los zapatos… Se trata de algo muy desagradable al ver lo mal que lo pasa nuestro amigo felino pero, también es algo natural.

Los gatos se han acicalado a sí mismos durante años y su sistema digestivo está diseñado para digerir ese pelo y expulsarlo por el lado opuesto al que utilizó para entrar. Cuando este mecanismo de control deja de funcionar bien, el pelo trepa a través del tubo digestivo y provoca el vómito del gato, dando lugar a una bola de pelo.

Causas de la aparición de las bolas de pelo

Las bolas de pelo pueden causarse por diferentes razones:

  • Alteraciones de la motilidad gastrointestinal: Inflamación del intestino, parásitos intestinales, pancreatitis, hernias, obstrucción por cuerpos extraños…
  • Ingerir más pelo de lo habitual: En ocasiones, los parásitos externos o los problemas dermatológicos hacen que los gatos se laman con más frecuencia de lo habitual para calmar los picores. También les puede llevar a ello el estrés, el aburrimiento o patologías tan diferentes como la artrosis (tratan de liberar más endorfinas que calmen su dolor mediante la estimulación corporal que les produce el acicalamiento).

Si nuestro cliente felino presenta estos problemas, primero deberá verlo un veterinario, pero, si su dueño nos comenta alguna dificultad puntual durante una visita a nuestra clínica veterinaria o nuestra peluquería canina y felina, podemos hacerle algunas sugerencias:

  • Añadir fibra y compuestos de malta a la dieta: ambos elementos contribuyen a barrer el pelo del tracto intestinal en el sentido correcto. Elegir aquella presentación que sea mejor aceptada por nuestro peludo amigo.
    En ocasiones puede deberse a alergias o intolerancias a determinados alimentos. Es entonces cuando recomendaremos una dieta hipoalergénica.
  • Aumentar el número de cepillados por semana: si retiramos el exceso de pelo mediante el cepillo, evitaremos que lo trague él mientras se lame.

Además de evitar que se trague tanto pelo y que se le forman bolas, el cepillo debe formar parte del aseo diario de los gatos. Hacerlo con regularidad te ayudará a mantener todo ese pelo bajo control, lo que te ahorrará tiempo y energía a la hora de limpiar tu casa.

Debes tener en cuenta que el cepillado debe hacerse con un cepillo especial para gatos. Si usas un cepillo para cabello humano, solo cepillarás la capa superior, ya que estos cepillos no alcanzan la capa inferior.  Esto es especialmente importante para los gatos de pelo largo, que pueden desarrollar esteras si sus capas inferiores no son cepilladas.

Cómo cortar las uñas de los gatos

Desde pequeños, los gatos aprenden rápido todo lo que pueden hacer con sus uñas. Pero también deben aceptar que esas uñas hay que recortarlas, aunque para muchos de sus dueños las sesiones de recorte sean todo menos agradables. No obstante, la buena noticia es que no siempre ha de ser así.

Normalmente, los gatos tienen sus uñas retraídas. Sin embargo, que tengan sus uñas escondidas no es algo que ocurra siempre. Cortar las uñas del gato cada pocas semanas es la mejor manera de protegerse de los efectos de los arañazos.

Lo primero que tienes que conseguir antes de comenzar es que el gato se sienta cómodo en la posición de recorte. Una vez logrado, debes sacar las uñas. Otra cuestión de gran importancia es que el gato no sienta miedo con el cortauñas, que no se asuste al verlo u oírlo.

  1. Elije una silla en una habitación tranquila, donde puedas sentarte cómodamente con el gato en tu regazo, recostado sobre su espalda. Hazlo cuando esté relajado e incluso somnoliento (por ejemplo, después de la comida). Es importante que en ese momento no pueda ver a otros animales por la ventana, ni que haya otras mascotas en la habitación.
  2. Coge con suavidad una de las patas del gato entre los dedos y dale un pequeño masaje. Si quita la pata, no la aprietes o la pellizques, solo sigue con ese gesto, manteniendo un contacto suave. Cuando esté quieto de nuevo, dale un poco de presión a la almohadilla para que la uña se extienda. Después, suelta su pata y dale un premio inmediatamente. Haz esto cada dos días en un dedo diferente hasta que hayas conseguido sacar todas las uñas.
  3. Tu gato debe sentirse a gusto con el sonido de las tijeras antes de intentar recortarle las uñas. Para ello, siéntalo en tu regazo, pon un pedazo de espagueti sin cocer en las tijeras y mantenlo cerca de tu gato. Luego, mientras masajeas uno de los dedos del gato presionando suavemente su almohadilla, cuando la uña se extiende, recorta los espaguetis con las tijeras mientras sigues sosteniendo la pata de tu gato con cuidado. Después suelta su dedo y dale un premio rápidamente. Haz esto durante varias sesiones. Cuando se familiarice puedes empezar a cortarle las uñas.
  4. Cuando le cortes las uñas al gato, ten cuidado de no cortar la parte rosada de la uña, ya que esta zona tiene nervios y vasos sanguíneos, por lo que es muy sensible. Corta solo la parte blanca de la uña. No hace falta cortar todas las uñas el mismo día. Empieza poco a poco, premiando cada éxito.

Lo mejor es empezar a cortar las uñas al gato cuando es cachorro. Cuanto antes aprendan, más fácil será convertir el recortado de uñas en una experiencia gratificante. Y si no te atreves o no lo consigues, siempre puedes recurrir a tu peluquería de confianza.

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