Aunque el trabajo en una peluquería canina es esencialmente técnico y el objetivo del mismo es proporcionar cuidados higiénicos y estéticos a los perros asegurándonos de su bienestar, del mismo modo que el trabajo da comienzo cuando se recibe al perro, esta tarea no finaliza hasta que el propietario se marcha del establecimiento con su perro.
Hasta entonces, aunque el trabajo profesional sí haya sido completado, todos los clientes confían que su mascota va a ser tratada con cariño y va a estar en un sitio seguro hasta que sea recogida.
Todo comienza con una llamada o una visita del propietario para pedir una cita.
Cuando el animal llega a las instalaciones de la peluquería canina, lo habitual es acordar el trabajo a realizar. Tenemos dos opciones:
- Que se trate de un cliente habitual, por lo que ya sabremos cómo quiere que quede el perro.
- O que sea un cliente nuevo, por lo que debemos preguntar qué trabajo quiere y qué resultado espera.
La hora de recogida
Cada raza tiene un tiempo estimado de trabajo. Pero, como las sesiones de peluquería canina pueden ser más largas o más cortas, dependiendo del estado general del perro, si no estamos seguros de cuánto tiempo nos va a llevar, es recomendable indicar una hora de recogida aproximada, ya que en estos casos nos arriesgamos a no cumplir con la hora pactada, por lo que el cliente tendría que esperar.
Por otro lado, en algunas ocasiones el animal podría necesitar unos cuidados extra por causas que no conocíamos. Por ejemplo, podría tener pulgas y necesitar un baño especial antiparasitario o un champú anti pulgas.
Esto puede que nos obligue a dedicar más tiempo y recursos al animal, lo que también supondrá un incremento del precio. Debemos explicarlo al cliente.
A algunos clientes no les importa esperar e incluso les gusta ver el proceso de trabajo, pero esto es desaconsejable para evitar que el perro se ponga nervioso.
Algunas peluquerías tienen grandes ventanales que dan a la calle y desde donde se puede ver el proceso de corte y peinado. Esta es la mejor opción si algún propietario quiere verlo. Amablemente le pediremos que vuelva cuando le avisemos, pero que si quiere verlo puede hacerlo desde la calle.
En los casos que la duración de la sesión de peluquería es evidente, sí que es muy aconsejable pactar una hora de recogida y ser puntual a la hora de la entrega. Esto facilitará que podamos tener más perros en una jornada de trabajo. Anotarlo todo en la agenda será esencial para una buena organización y rendimiento del trabajo.
En cualquier caso, lo mejor es avisar al propietario por teléfono una vez terminado el trabajo o falte poco para ello para que acuda a recoger a su mascota.
Otros establecimientos utilizan también la opción del SMS o del mensaje a través de Whatsapp. El inconveniente, en estos dos casos, es que nunca estaremos seguros de que el cliente ha leído el mensaje. Con la llamada, nos aseguramos de transmitir el mensaje.
Últimos detalles
Los perros pueden sufrir cierto estrés durante el proceso de corte, lavado y sobre todo durante el secado, por lo que los últimos detalles sirven para bajar la tensión a la que ha estado sometido.
En este momento, se pueden utilizar productos para facilitar el desenredado, potenciar el brillo del pelaje o intensificar su color.
Cuidado del perro
Cada peluquería tiene unas dimensiones y recursos particulares. No todas tienen mucho espacio y no todas tienen muchos empleados, por lo que el proceso ha de adaptarse en función de estas capacidades.
Para evitar que un perro tenga que esperar hasta que se termina de arreglar al de la cita anterior es muy importante ajustar bien el tiempo de trabajo según la raza o arreglo que necesite.
Pero, en ocasiones, quien se retrasa es el propietario. Para ese tiempo de espera, algunos establecimientos cuentan con una habitación limpia en la que poder dejar a las mascotas, siempre con sujeción. Otras optan por introducirlos en grandes jaulas. Puede resultar chocante, pero es la mejor forma de tenerlos controlados. En estos casos hay que tener en cuenta que se hace por su seguridad
No obstante, es importante hacer sentir al perro que no está solo, porque podría empezar a ladrar o llorar hasta que llegue su dueño.
Lo ideal es que la mascota pase sólo el tiempo imprescindible en el establecimiento. Todo el tiempo extra, supone más trabajo y posibles complicaciones.
Por ello, hay que avisar al propietario lo más pronto posible. Si los recursos del centro lo permiten, sería bueno avisar cuando se inicia el secado o se están aplicando los últimos detalles.
Espera del propietario
Una vez el propietario llega al establecimiento, debe realizarse la entrega de su mascota lo más pronto posible. Al fin y al cabo, este proceso debería ser muy rápido: llegar, recoger y pagar.
Todo el tiempo de espera de más, sólo provocará hastío en el cliente.
Entrega de la mascota
El perro, al verse liberado, estará feliz y saltará al ver su dueño. No hay que soltar nunca la correa hasta que el propietario la tenga bloqueada con sus manos.
De no hacerlo así, las consecuencias podrían ser variadas. La puerta del establecimiento podría estar abierta, podría haber otros perros o personas que no toleran el contacto con perros.
Tras la entrega de la mascota, el propietario echará un vistazo general a su perro y, si no aprecia nada reseñable, efectuará el pago sin reservas.
Es este el momento idóneo para explicar las particularidades de lo que ha supuesto la sesión. Si ha tenido un buen comportamiento, si se ha encontrado algo reseñable en el manto o en la piel del perro y si debería realizarse un mantenimiento más seguido o algún tratamiento específico.
¿Y si el cliente no está satisfecho?
Hay que atender las apreciaciones del cliente e incluso estar preparados para las críticas. Este podría no estar satisfecho con el resultado final, pero si crees que el trabajo ha sido bueno, hay que explicar con calma y detalladamente el motivo por el que se han aplicado ciertas técnicas.
Es recomendable tener los precios de los servicios a la vista o informar del coste cuando el cliente deja al perro en la peluquería, para evitar posibles malentendidos en la entrega.
Complementos y pago
Antes de llegar al pago por los servicios, es buen momento para recomendar al propietario los productos que creamos necesarios para mantener la higiene del perro.
Por ejemplo, si tiene la piel reseca, si debería utilizar un producto especial para los nudos o algún protector para la piel.
Buena parte de los ingresos de un negocio llegan de las ventas de productos relacionados. Pero esta recomendación debe ser veraz, ya que si el propietario percibe que se le está tratando de engañar o comprueba que los productos comprados no son necesarios, podría decidir no volver más
Nueva cita y despedida
Según el tipo de pelo, el cuidado y la raza del perro, este necesitará visitar la peluquería canina con más o menos asiduidad. Es muy importante que el pelo y la piel de la mascota mantengan unas condiciones de higiene aceptables, ya que los nudos y el pelo enmarañado no sólo perjudican su salud, sino también la de quienes viven con ellos.
La suciedad almacenada en los nudos del pelo se acaba transmitiendo a todos los objetos del hogar con los que entre en contacto, alfombras, suelos, camas, sofá, etc.
Para evitarlo, lo mejor es programar con antelación las visitas a la peluquería canina. El mejor momento para hacerlo es justo antes de marcharse, cuando el cliente comprueba el buen resultado del trabajo realizado.
Es importante tratar de conseguir esta cita. Primero porque asegura un nuevo consumo y segundo porque muchas personas se olvidan o van dejando el tema hasta que la suciedad del manto, el mal olor y los nudos inciden ya sobre el bienestar del propio animal.