Muchos de los tratamientos potencialmente infecciosos que se llevan a cabo en una clínica dental incluyen manipulaciones quirúrgicas. Todos estos tratamientos quirúrgicos deben de seguir un protocolo en lo que se refiere a medidas de higiene y esterilización con el objetivo de evitar la infección e, incluso, el fracaso de la intervención.
No hay que perder de visa que la cirugía oral es una cirugía con más riesgo de infección. Esto se debe a las características propias de la boca, en la que hay presencia constante de bacterias que viven en todos los tejidos bucales expuestos. Por ello el equipo de la cínica dental debe ser muy cuidadoso a la hora de realizar la preparación quirúrgica del gabinete, la preparación paciente y la del propio equipo humano.
Elementos de intervención quirúrgica en la clínica dental
Una cirugía oral adecuada que ayude a mejorar la cicatrización debe constar de los siguientes elementos:
- Esterilización y desinfección para evitar y/o eliminar gérmenes contaminantes.
- Eliminación de la flora patógena intraoral y antibioterapia profiláctica electiva del paciente.
- Cirugía traumática, con incisiones limpias y sin desgarros.
- Hemostasia y sutura cuidadosas para el control de la hemorragia.
- Uso de una técnica anestésica adecuada.
- Utilización de cuantos medios humanos y técnicos necesarios sean necesarios.
- Mantenimiento postquirúrgico.
Es obligatorio el uso exclusivo de material estéril, libre de contaminación bacteriana, en cualquier cirugía oral. La cadena de higiene del instrumental quirúrgico utilizado en la clínica dental para realizar cirugías orales debe respetar una cronología adecuada, a saber: desinfección, lavado, secado, embolsado, sellado, esterilizado y almacenado.
Por otra parte, es recomendable reservar un lugar determinado con unas características adecuadas para la realización de la cirugía oral, que cuenta con todos los elementos necesarios para la intervención en condiciones de calidad e higiene.
Preparación del gabinete dental para la realización de cirugías orales
Usar un gabinete dental para la realización procedimientos odontológicos habituales hace que esta estancia se convierta en un elemento de riesgo para las infecciones cruzadas, en la que la desinfección es más difícil, debido al uso habitual de aparatos o la presencia de microorganismos en los tubos de aspiración del equipo.
Debido a esto, cuando se use un gabinete dental para una cirugía, hay que prepararlo como mínimo 24 horas antes de la intervención mediante desinfección mecánica y química para el lavado minucioso de todas las superficies expuestas. Una vez preparado el gabinete para la cirugía debe permanecer clausurado hasta la finalización del procedimiento quirúrgico para el que se haya preparado.
De este modo, solo el paciente o las personas que vayan a llevar a cabo la cirugía podrán entrar en el gabinete, vestidos adecuadamente y con calzas cubriendo su calzado para evitar la contaminación cruzada.
Por otra parte, antes de llevar a cabo la cirugía oral, el personal auxiliar realizará el cubrimiento de todas las áreas que pueda convertirse en fuentes de contaminación. Para ello utilizarán campos quirúrgicos estériles, de modo que todas las zonas cercanas al campo quirúrgico quedan cubiertas con materiales estériles. Es fundamental implementar unas barreras físicas que separan el área estéril de todo lo demás, que se considera potencialmente contaminante.
Cabe destacar que todas las zonas son susceptibles de ser protegidas, como, por ejemplo, el sillón dental (incluido reposacabezas y posabrazos), las asas de la lámpara, las mangueras de aspiradores o el instrumental rotatorio, así como utensilios informáticos.
Además, todos los integrantes del equipo quirúrgico estéril deben de cumplir un protocolo de limpieza y desinfección antes de entrar en el gabinete para la intervención quirúrgica, empezando por por un lavado de manos con jabón quirúrgico, su posterior secado posterior con toalla estéril y la aplicación de líquido desinfectante.