Los ganglios linfáticos se observaron por primera vez en el año 450 a.C., cuando Hipócrates descubrió este sistema a través de disecciones.
Hoy en día, sabemos que el drenaje linfático es una de las terapias complementarias más apreciadas, debido a sus beneficios y resultados a corto y largo plazo, tanto en cuestiones estéticas, pero sobre todo en relación con la salud y calidad de vida.
En este artículo, vamos a hacer un breve repaso de la historia y el origen de drenaje linfático.
Origen del drenaje linfático
Aunque Hipócrates, conocido como el padre de la medicina, se dio cuenta de la existencia del sistema linfático en el año 450 a.C, fue mucho más tarde cuando el profesor italiano Gaspar Asseli, junto con algunos otros anatomistas, fueron capaces de confirmar esta observación de una manera científica y desarrollar sus estudios a través observación de las venas en los animales.
Más tarde, en 1651, un médico francés se dedicó al estudio de los conductos linfáticos y descubrió un sistema situado cerca del ombligo humano en el lado izquierdo del abdomen. Su nombre era Pecquet y este sistema fue nombrado en su honor (cisterna del quilo, también llamada cisterna de Pecquet).
Otros anatomistas que contribuyeron al desarrollo de linfograf?a fueron Bartholin y Rudbeek, ambos consolidaron la idea que tenemos hoy en día del sistema linfático.
En 1892 el drenaje linfático manual se hizo conocido como masaje para drenar el exceso de líquidos, que causaban inflamación y edemas, pero sólo comenzó a ser utilizado en Europa en 1932.
Un médico, el Dr. Emil Vodder y su esposa Estrid, trataban personas afectadas por resfriados y sinusitis estimulando la linfa presente en sus cuellos. Observando los excelentes resultados obtenidos con este procedimiento, la pareja terminó creando un método más completo y eficaz, que sigue siendo utilizado hoy por terapeutas manuales de todo el mundo y recomendado por cirujanos y especialistas.
El drenaje linfático en España
En España, la técnica fue utilizada inicialmente sólo con fines estéticos, con el fin de contener la obesidad y la reducción el volumen del cuerpo.
Pero en la actualidad se recomienda ya para tratar otros problemas como la hinchazón durante el embarazo y el postparto, síntomas de retención de líquidos, post-cirugías, dolores y cansancio extremo.
Drenaje linfático manual: principales aspectos anatómico-fisiológicos
Gracias al drenaje linfático se mejora la resistencia del organismo, ya que los productos tóxicos y restos celulares son filtrados en los ganglios y las células de los tejidos son bañadas por el plasma renovado que les aporta oxígeno y nutrientes. Además, al ser un masaje lento, suave y rítmico, el drenaje linfático tiene efectos relajantes y calmantes.
La linfa
La linfa o tejido linfoide es un líquido incoloro que se origina a partir del plasma sanguíneo. Esta carece de glóbulos rojos y plaquetas. Por otra parte, su contenido proteico es menor que el de la sangre. Pero, al igual que ésta, la linfa tiene en su composición macrófagos y linfocitos, lo cuales maduran en los ganglios linfáticos.
El plasma sanguíneo transportado por los capilares sale al exterior de los mismos formando el líquido intersticial de los tejidos que baña todas las células del organismo. Parte de este líquido intersticial, también llamado linfa intersticial, vuelve a los capilares sanguíneos. Sin embargo, parte del mismo no es recogido por el sistema venoso, sino por los capilares del sistema linfático y, a través de los vasos del mismo, la linfa es transportada de retorno a la sangre.
Por tanto, la linfa recoge el excedente de líquidos y productos de desecho de los tejidos, que se purifica de tramo en tramo. Además, el plasma es un líquido rico en grasa que provienen de la absorción intestinal.
Sistema linfático
Es sistema linfático es una red de órganos, ganglios linfáticos, conductos y vasos linfáticos que producen y transportan linfa desde los tejidos hasta el torrente sanguíneo.
Las funciones del sistema linfático son las siguientes:
- Conservación de la concentración de proteínas del líquido intersticial y la eliminación de los excedentes del mismo que pudieran existir en los tejidos.
- Absorción y transporte de las grasas desde las vellosidades intestinales, ya que éstas no pueden ser recogidas por los capilares sanguíneos.
- Maduración de linfocitos y filtración de bacterias y toxinas, siendo por tanto un sistema de defensa.
Órganos linfáticos
En el ser humano, los órganos linfáticos del sistema linfático son el bazo y el timo. Los tejidos linfáticos son la amígdala, las placas de Peyer, los ganglios linfáticos y la médula ósea.
Este sistema funciona como un circuito de retorno paralelo al aparato circulatorio, cuya misión es conducir la linfa de los tejidos a la sangre. Además, es importante tener en cuenta que el sistema linfático no posee un órgano motor como el corazón, sino que está formado por los vasos linfáticos y unas estructuras especiales, los ganglios linfáticos.
Otros órganos muy relacionados con el sistema linfático son el timo, el bazo, las amígdalas y el apéndice vermiforme del intestino.
Vasos linfáticos
Los vasos linfáticos se originan en la mayoría de los espacios intercelulares como pequeños capilares terminales de extremos cerrados. Estos capilares están formados por una sola capa de células que permite la reabsorción, son un sistema de drenaje de las zonas de tejido conjuntivo de los órganos.
Los capilares se unen para formar los vasos linfáticos, los cuales poseen válvulas en su interior para evitar el retroceso de la linfa. Al tramo comprendido entre dos válvulas se le denomina angión.
Los vasos linfáticos se reúnen y desembocan en un ganglio linfático que recoge la linfa de una región. De cada ganglio sale un vaso que se va a reunir con otros en un ganglio superior.
Los vasos procedentes de las extremidades inferiores junto con los de los órganos internos desembocan en un gran ganglio abdominal, la cisterna de Pecquet. De este ganglio parte un gran vaso, el canal torácico, que se sitúa por delante de la columna vertebral y desemboca en la vena subclavia izquierda por detrás de la clavícula. Aquí se recoge la linfa procedente del brazo izquierdo y de la mitad izquierda de la cabeza.
Los vasos procedentes del brazo y lado derecho de la cabeza vierten la linfa que transportan en otro gran vaso, la gran vena linfática o conducto torácico derecho, que desemboca en la vena subclavia derecha.