Podemos diferenciar tres movimientos de las vísceras en la cavidad torácica. Estos son movilidad voluntaria, movilidad involuntaria y motilidad. El movimiento de movilidad voluntario está originado por la musculatura estriada y dirigido por el sistema nervioso central, mientras que el movimiento de movilidad involuntaria está originado por el impulso diafragmático, el movimiento cardíaco y los peristaltismos y dirigido por sistema nervioso autónomo.
Por su parte, la motilidad visceral son movimientos de las vísceras inherente de cada órgano que, según algunas teorías proviene a la época embrionaria, cuando se producen los movimientos de crecimiento y adaptación que quedan impregnados en la memoria celular.
Movilidad de las vísceras
Los pulmones están en movimiento bajo el efecto de la motricidad, de la respiración y de la motilidad. Cada pulmón sigue el movimiento de su hemitórax, de modo que se desliza a través de las pleuras, realizando su expansión en direcciones y ejes idénticos a los movimientos del tórax. Así, la expansión del hemitorax y, por lo tanto, del pulmón, se realiza gracias al descenso del diafragma y al ensanchamiento costal, mientras que la pared pleuromediastinal está fija.
De este modo, el pulmón, que es elástico para aumentar su volumen, está sometido a una fuerza ejercida sobre su pleura costal, pero también a una tensión sobre su pleura mediastinal, para evitar ser desplazado en bloque hacia afuera.
El movimiento del tórax es la suma de los movimientos de cada unidad costovertebral. Como los pulmones siguen estos movimientos, antes de pasar a un tratamiento visceral, es necesario restablecer en primer lugar las lesiones vertebrales y después las costales.
El mediastino está compuesto del corazón y del conjunto de tubos por los que circula el aire, la sangre y el bolo alimenticio. En la inspiración, los ligamentos de los pulmones y de los bronquios ejercen una tensión isométrica sobre los pulmones para evitar que se desplacen en bloque lateralmente.
En la fuerza de expansión torácica y pulmonar, el ligamento del pulmón derecho e izquierdo y sus bronquios responden por una tensión isométrica sobre la pleura visceral de los pulmones en sentido opuesto, de forma que se anulan. Las dos pleuras parietales mediastinales están unidas por el ligamento interpleural. Las dos fuerzas se equilibran.
Motilidad de las vísceras
La motilidad es la actividad que tiene cada víscera. La movilidad tiene su origen en una actividad muscular rítmica involuntaria y automática, bajo la dependencia
del sistema nervioso autónomo.
Cabe destacar que en el corazón no es posible hacer el diagnóstico por palpación de su motilidad, ya que esta queda solapada por su gran movilidad. Por eso se habla de la motilidad del mediastino, con el esternón como referencia. Así, la motilidad del mediastino es la del esternón. Los desplazamientos producidos por la respiración permiten comprobar en inspiración la parte alta del mediastino que, al igual que el esternón, van a bascular hacia adelante.
El tratamiento visceral en la parte superior del tronco va dirigido a su sistema suspensor, ligamentos y zonas de fijación para restablecer el movimiento a las serosas de forma indirecta. Las fijaciones se van a transmitir a la zona abdominal a través del diafragma. Es por eso que se considera el músculo como centro importante de diagnóstico y tratamiento en las fijaciones asociadas