La osteopatía visceral hay que enfocarla desde un plano unitario, incluyendo problemas reflejos, mecánicos, infecciosos, procesos psicosomáticos, etc. Cualquier manifestación de afectación
visceral termina afectando al aparato musculoesquelético a través de mecanismos de compensación.
Hay que tener en cuenta que el conjunto visceral tiene su propia movilidad, del mismo modo que ocurre con el aparato musculoesquelético. En este sentido, el conjunto visceral se puede ver alterado por innumerables causas. El osteópata se ocupará de restablecer estas pérdidas de movilidad de origen mecánico.
Al comparar las restricciones articulares con las viscerales, se ve que en el plano musculoesquelético la motricidad resulta de una actividad voluntaria, en donde entran en juego músculos, huesos y el sistema nervioso central. Por una parte, los músculos movilizan las estructuras óseas contiguas, dando lugar a movimientos voluntarios.
En el plano visceral la motricidad, los automatismos y la motilidad modifican las relaciones de las vísceras entre sí permitiendo una amplitud de movimiento cuyo punto en común con la articulación ósea son unas superficies de deslizamiento y sus propias leyes de movimiento, que se diferencias de la articulación ósea debido a la falta de músculo motor.
Es importante tener en cuenta que antes de acceder al plano profundo visceral hay que comenzar por realizar una relajación muscular. De esto se encargará el profesional especialista en osteopatía visceral.
Las superficies de deslizamiento
Las superficies de deslizamiento de la articulación visceral están constituidas de serosas, las cuales pueden estar en relación con una pared muscular (como el hígado o el diafragma), con
el esqueleto (como el pulmón o el tórax), o con otra víscera. Estas serosas son meninges (para el cerebro y la médula), pleuras (para las serosas pulmonares), peritoneo (para las serosas de la cavidad abdominal) y pericardio (para las serosas cardíacas).
Las vísceras están cubiertas por la serosa visceral, una membrana fina y tapizada por un mesotelium de células aplastadas. Esta serosa continúa con la serosa parietal, la cual tapiza la pared de la cavidad. Entre la serosa visceral y la parietal hay una hendidura capilar que contiene una líquido seroso, cuya función es de tipo lubricante, equivalente a la que realiza el líquido sinovial entre los cartílagos articulares.
Toda víscera está cubierta de una serosa, de modo que las vísceras no pueden estar en contacto entre ellas, sino con otra serosa, por medio de ese líquido lubricante natural. Por lo tanto, una falta de serosidad o de viscerosidad, desencadenaría una fibrosis, del mismo modo que la falta de líquido sinovial termina provocando artrosis. Es por eso que en las lesiones viscerales se habla de adherencias.
Osteopatía visceral para la salud general
Todas las vísceras tienen un fuerte papel fisiológico en nuestra salud. Absorbemos las vitaminas en los intestinos. El hígado desintoxica el cuerpo. El páncreas produce la insulina que reduce el nivel de azúcar en nuestro cuerpo, etc. Su buena función es necesaria para el bienestar del ser humano.
Además, los órganos internos están expuestos y son vulnerables a las emociones y la salud mental. El corazón late más rápido cuando tenemos miedo. El estrés de la entrevista o del examen puede hacer que tus evacuaciones sean más frecuentes. Un trauma emocional también puede dejar marcas en las vísceras y afectar la biomecánica que las rodea. Ignorar estos aspectos sería ignorar de qué está hecho el ser humano: una unidad completamente simple con sus lados emocional y físico.
Para el dolor de espalda
Un buen ejemplo de lo anterior lo vemos cuando el paciente se enfrenta a situaciones estresantes. A menudo, en esos casos, se desarrolla un patrón de respiración superficial. Si el diafragma no se mueve correctamente, el estómago, el hígado, el páncreas y los intestinos se verán afectados. A largo plazo, podría causar acidez estomacal, hernia de hiato, dolores de estómago o problemas digestivos. Y más adelante, también podría provocar dolor de espalda crónico.
El estómago, el hígado, los intestinos y otras vísceras están inervados en parte por los nervios que salen de la médula espinal (alojados en la columna vertebral). Pero el tráfico de nervios se produce de dos maneras: va al estómago, pero el estómago también envía mensajes a la médula espinal (y al cerebro) si no es feliz. Si el dolor es constante y crónico, el estómago «bombardeará» el nivel de la médula espinal de mensajes que el cerebro podría interpretar como dolor muscular en el centro de la espalda.
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