La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) publicó en 2016 una nota informativa para dar a conocer al consumidor el alto nivel de garantías sanitarias de los productos cosméticos proporcionado por la reglamentación cosmética y su aplicación por las autoridades sanitarias españolas.
Los puntos más importantes que trata esta nota respecto a las garantías sanitarias de los productos cosméticos son estos:
Uso de los cosméticos en humanos
Los productos cosméticos se utilizan sobre las partes superficiales del cuerpo humano. Por lo tanto existe contacto del producto con el organismo, aunque sea externo.
Esto puede dar lugar a interacciones por presencia, cesión o absorción de componentes. En ello se basan las acciones del cosmético sobre la piel, el cabello, los dientes o las mucosas bucales. Este contacto podría dar lugar a efectos no deseados como toxicidad, irritación o sensibilización.
Por este motivo se ha elaborado una legislación a la que deben someterse los productos cosméticos y las empresas que los comercializan. El objetivo principal de dicha legislación es garantizar la ausencia de riesgos para la salud con el uso de estos productos.
Esta legislación se encuentra armonizada en la Unión Europea mediante el Reglamento (CE) Nº 1223/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo de 30 de noviembre de 2009 sobre los productos cosméticos.
Además, en España también se aplica el Real Decreto 1599/1997, de 17 de octubre, sobre productos cosméticos , y el Real Decreto Legislativo 1/2015, de 24 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos regulan aspectos adicionales aplicables a los productos cosméticos a nivel nacional.
Requisitos de los productos y las empresas
El objetivo fundamental de la regulación cosmética es la protección de la salud humana, garantizando que los productos cosméticos que se comercialicen sean seguros cuando se utilicen en las condiciones normales o razonablemente previsibles de uso.
Para ello, establece que estos productos y sus empresas responsables, deban cumplir con los siguientes requisitos:
Buenas prácticas de fabricación y Declaración Responsable
La fabricación de los productos cosméticos debe llevarse a cabo en instalaciones que tengan establecido un sistema de calidad conforme a las Buenas Prácticas de Fabricación.
Además, en las empresas que fabriquen o importen productos cosméticos están sometidas a un régimen de declaración responsable, declarando bajo su responsabilidad que cumplen con los requisitos establecidos en la normativa vigente para iniciar su actividad.
Ingredientes y composición
La composición de los productos cosméticos está sometida a una serie de restricciones que se indican en los correspondientes anexos del Reglamento 1223/2009 donde se indican las sustancias prohibidas, las que solo pueden utilizarse con unas concentraciones y condiciones determinadas y los colorantes, conservantes y filtros ultra-violeta aceptados y sus condiciones de uso.
Además, no se pueden utilizar para la fabricación de productos cosméticos sustancias carcinógenas, mutágenas o tóxicas para la reproducción.
Etiquetado
En el etiquetado de los productos cosméticos deben figurar al menos los siguientes datos:
- El nombre o la razón social y la dirección de la empresa responsable del producto.
- El contenido nominal en el momento del acondicionamiento (si es > de 5 g o ml).
- La fecha de duración mínima cuando sea inferior a de 30 meses, si es mayor se especificará el plazo después de su apertura (PAO) durante el que mantienen su seguridad (el símbolo del tarrito abierto).
- Las precauciones particulares de empleo, en caso de haberlas.
- El número de lote de fabricación.
- El país de origen, cuando se trate de cosméticos no comunitarios.
- La función del producto, salvo si se desprende de su presentación.
- La lista de ingredientes expresados con su denominación europea INCI.
Publicidad
Los mensajes publicitarios no deben atribuir a los cosméticos propiedades o características que no posean o que excedan de las funciones propias de los cosméticos.
La empresa responsable debe velar por que las propiedades reivindicadas por el producto cosmético cumplan con la reglamentación y hayan quedado demostradas mediante las correspondientes pruebas de eficacia.
Evaluación de la seguridad y Expediente de información
La empresa responsable tiene la obligación de velar por que se lleve a cabo una evaluación de la seguridad para la salud humana de cada producto cosmético previamente a su comercialización.
En esta evaluación deberá tener en cuenta el perfil toxicológico de cada uno de los ingredientes, su estructura química, el nivel de exposición al producto y la población a la que va dirigido.
Las empresas responsables tendrán a disposición de las autoridades un expediente de información que incluya una descripción del producto, la evaluación de la seguridad, su método de fabricación y una declaración de conformidad con las Buenas Prácticas de Fabricación entre otros muchos documentos.
Experimentación en animales
Quedan prohibidos todos los ensayos en animales, tanto en el producto final como en sus ingredientes.
Notificación al Portal Europeo de Notificación de Productos Cosméticos (CPNP). Hay que notificar cierta información sobre la composición, el etiquetado y comercialización, de cada producto que introduzcan en el mercado. A esta información tienen acceso los centros toxicológicos de todos los Estados miembros.
Gestión de los efectos no deseados
Las empresas responsables deben registrar y evaluar los efectos no deseados relacionados con el uso de sus cosméticos que le sean comunicados.
El documento hace además hincapié en las labores y campañas que realizan las autoridades competentes (en España son la AEMPS y las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas)
Exposición a agentes químicos
Los productos utilizados en manicura y pedicura pueden contener productos químicos que pueden afectar la salud de los esteticistas. El uso de estos productos puede exponerlos a químicos, ya que pueden respirar los vapores, polvos o nieblas nocivos, llevar el producto a la piel o los ojos o incluso ingerir el producto si se transfiere accidentalmente a alimentos o cigarrillos.
De hecho, trabajar en un salón de belleza expone a los trabajadores a muchos químicos diferentes cada día. Estas exposiciones pueden «acumularse», especialmente cuando se usan muchos productos al mismo tiempo, cuando los productos se usan día tras día o cuando hay poca ventilación en el salón. Cuando esto sucede, los trabajadores pueden enfermar.
En este sentido, en España se considera que trabajar con productos químicos cosméticos como los utilizados en manicura y pedicura constituye una situación peligrosa de trabajo por exposición a agentes químicos.
Productos cosméticos en manicura y pedicura
En la actualidad existen diferentes técnicas para la belleza de las uñas, como puede ser el esmaltado y la escultura de uñas. En algunas de las técnicas utilizadas se necesita que, tras la aplicación del producto en la uña, esta se introduzca durante un tiempo en la lámpara ultravioleta (UV) para el fijado o secado de los productos aplicados
Entre las tareas más habituales se encuentran la retirada del esmalte existente en la uñas, el corte y limado de los bordes de las uñas y la retirada de las cutículas, así como la aplicación de esmalte, deshidratador, brillo, reforzante, aceites, pegamento u otras bases cosméticas en las uñas. También se realiza la aplicación de aceites o cremas en manos o pies y la limpieza y desinfección del material utilizado.
En los salones de belleza se utiliza una gran variedad de productos cosméticos, todos ellos con formulaciones complejas. Precisamente debido a que el etiquetado no lo advierte claramente, los profesionales pueden no tener claro la posibilidad de estar expuestos a sustancias químicas peligrosas.
Dicha exposición se puede dar por contacto directo de la piel con los cosméticos durante su aplicación y por inhalación de aerosoles y de componentes volátiles que se pueden generar. También se puede producir el contacto de la piel o mucosas con los productos por salpicaduras o derrames.
Algunos de los agentes químicos peligrosos que pueden estar presentes en los distintos productos cosméticos en manicura y pedicura son los siguientes:
- Quitaesmaltes: acetona, acetonitrilo, acetato de butilo, acetato de isopropílico, tolueno, ciclometicona, hidroquinona, etc.
- Esmalte: acetato de etilo, acetato de butilo, alcohol isopropilico, ftalato de dibutilo (DBP), tolueno, diclorometano, etc.
- Base de esmalte: ácido metacrílico, metacrilato de metilo (MMA), metacrilato de etilo (EMA), hidroquinona, etc.
- Endurecedor o fortalecedor: metil acetona (MEK), acetato de butilo, acetato de etilo, alcohol isopropílico, alcanfor, etc.
- Disolvente de adhesivos: acetonitrilo, etil acetato, alcohol isopropilico, isobutanol, metil acetona (MEK), etc
Prevención
Para prevenir posibles problemas derivados del uso de agentes químico en manicura y pedicura, se pueden tomar algunas medidas.
Por ejemplo, se pueden tomar medidas de eliminación del riesgo, como selección de productos más seguros, libres de agentes químicos en la medida de lo posible, sin ácido metacrílico, etc.
También se pueden tomar medidas de reducción y control del riesgo sobre los productos químicos, como consultar al distribuidor de los productos cosméticos cuáles son las fórmulas menos peligrosas para la salud solicitar a los distribuidores información complementaria para poder realizar una correcta evaluación de riesgos.
Otras medidas que se pueden tomar incluyen la aplicación de medidas de extracción localizada para reducir la exposición a vapores y polvo en el foco de generación.
Además, es importante tomar medidas de higiene personal y la utilización de equipos de protección individual apropiados.