Los peligros que amenazan la vida marina
Vista del océano
Foto: Marek Okon en Unsplash

Los peligros que amenazan la vida marina

El océano es un hermoso lugar que sirve de hogar a cientos de miles de especies de gran variedad. Muchas de estas especies son bien conocidas por los seres humanos, de otras se sabe más bien poco y se sabe que todavía quedan muchas por descubrir, ya que todavía queda parte del océano por explorar.

Sin embargo, los océanos están en peligro desde que los seres humanos comenzamos a utilizarlos como vía de transporte, almacén de alimentos y vertedero mundial. La pérdida de la vida en el mar podría provocar una situación de inestabilidad a nivel global.

Actividades que amenazan la vida marina

Los peligros que amenazan la vida marina 1

Durante miles de años, los océanos han reducido los efectos del calentamiento global mediante la absorción de dióxido de carbono. Ahora la química básica de las aguas está cambiando debido a las actividades humanas, produciéndose la acidificación de los océanos, con consecuencias devastadoras para la vida marina.

El dióxido de carbono

Hasta hace poco, los océanos absorbían el exceso de dióxido de carbono. De hecho, durante los últimos dos siglos, los oceános han absorbido casi la mitad de las emisiones de combustibles fósiles que hemos generado. Pero ahora ya no pueden más.

Cuando absorben el dióxido de carbono, la reacción del agua del océano es formar ácido carbónico. Este proceso se conoce como acidificación del océano. Con el tiempo, este ácido hace que el pH de los océanos disminuya, por lo que el agua del océano más ácida. Esto puede tener consecuencias drásticas sobre los corales y otras especies marinas, con impactos en cascada en las industrias de la pesca y el turismo.

La acidificación del océano

El término pH es la forma de medir la acidez o la basicidad de una solución acuosa. El océano tiene un pH óptimo. A medida que el océano se vuelve más ácido, se hace más difícil que los corales y otros organismos puedan construir esqueletos y conchas utilizando carbonato de calcio.

Además, el proceso de la acidosis, o acumulación de ácido carbónico en los fluidos corporales, puede afectar a los peces y otras especies marinas, lo que puede comprometer su capacidad para reproducirse, respirar y luchar contra las enfermedades.

En laa escala de pH, el 7 indica una medida neutral, el 0 es el más ácido y 14 el más básico. El pH histórico de agua de mar es de aproximadamente 8,16, pero desde el comienzo de la revolución industrial el pH de los océanos ha caído a 8,05 en este proceso de acidificación de los océanos. Aunque esto no parezca gran cosa, lo cierto es que supone el cambio de mayor magnitud en los 650.000 años anteriores de la revolución industrial. La escala de pH también es logarítmica, de modo que un ligero cambio en los resultados de pH supone un aumento del 30 por ciento en la acidez.

Otro problema es que una vez que los océanos tienen un tope de dióxido de carbono que pueden absorber, los científicos creen que los océanos podrían convertirse en una fuente de dióxido de carbono, en lugar de un depurador. Esto significa que el océano contribuirá al problema del calentamiento global mediante la adición de más dióxido de carbono a la atmósfera.

Cambio climático

Cuando quemamos combustibles fósiles como petróleo, carbón y gas natural, bombeamos dióxido de carbono a la atmósfera y esto también acaba repercutiendo sobre la vida marina.

La acumulación de CO2 crea un efecto de manta que atrapa el calor en todo el mundo. Esto puede dar lugar a cambios de temperatura y diversas amenazas con las que ya estamos familiarizados, como el derretimiento del hielo polar y el aumento del nivel del mar.

El cambio climático ya está afectando a especies oceánicas. Un ejemplo es el efecto que está causando en peces como la merluza, que está cambiando su distribución más al norte, ya que sus aguas se calientan.

Además, especies estacionarias, como los corales, se ven todavía más afectadas, ya que no pueden moverse fácilmente a nuevas ubicaciones. Las aguas más cálidas pueden causar un aumento en los eventos de blanqueamiento de coral, en la que los corales arrojan las zooxantelas que les dan sus colores brillantes.

La sobrepesca

La sobrepesca se produce cuando se pescan demasiados peces y mariscos. El problema de pescar demasiado es que a las especies no les da tiempo a reproducirse y pueden llegar a desaparecer. De hecho, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) estima que más del 75% de las especies de peces del mundo están plenamente explotadas o agotadas.

La pesca furtiva

La pesca furtiva o ilegal afecta a muchas especies desde hace décadas. De hecho, si la ley prohíbe pescar y cazar determinadas especies marinas es para proteger su supervivencia, que se ve afectada por la sobrepesca de las misma.

Además de la captura ilegal de especies protegidas, los métodos de pesca ilegales, como el uso de cianuro (para capturar peces de acuario o mariscos) o la dinamita (para aturdir o matar a los peces) destruyen el hábitat y pueden afectar a la salud de los peces capturados.

Captura accidental

Desde pequeños invertebrados hasta grandes ballenas pueden verse afectados por la captura accidental. Los animales no viven en grupos separados en el océano. Debido a la complejidad de la distribución de las especies, puede ser difícil para los pescadores capturar sólo las especies que tienen la intención de atrapar.

La pesca accidental se produce cuando una especie que no se pretende capturar es atrapada. Además, se produce otro problema adicional, que es el enredo de algunos animales en las redes.

Muchas especies diferentes se ven afectados por la captura accidental y el enredo. Aunque no siempre estén necesariamente en peligro de extinción, algunas especies que ya están amenazadas se ven afectadas por estas capturas accidentales o enredo, lo que puede puede causar un mayor descenso de la especie.

Contaminación y desechos marinos

La contaminación puede incluir desechos marinos, derrames de aceite, petróleo, y sustancias químicas al océano. Muchos perecerán. Otros sobrevivirán, pero transmitirán los tóxicos a los animales que los ingieran, incluidos los humanos.

Desarrollo costero

A medida que aumenta la población mundial, más se amplia el desarrollo de la costa y de las actividades comerciales, causando impacto en áreas como humedales, praderas de pastos marinos, manglares, playas, costas rocosas y arrecifes de coral. La pérdida de hábitat puede significar que algunas especies no tengan un lugar para vivir, lo que resulta en una disminución drástica o en la extinción de poblaciones.

Las especies también pueden perder el alimento y refugio si disminuye el tamaño de su hábitat. El aumento del desarrollo costero también puede afectar a la salud del propio hábitat y las aguas adyacentes a través de un aumento de nutrientes o contaminantes y de sus vías de agua a través de las actividades de construcción, desagües pluviales y escurrimientos de céspedes y granjas.

La pérdida de hábitat también puede ocurrir en alta mar a través del desarrollo de actividades energéticas, como estaciones petroleras, parques eólicos offshore o extracción de arena y la grava.

Ruido

En el océano hay mucho ruido natural. Pero los seres humanos hacen mucho ruido también. El ruido humano debido a los barcos, la extracción de petróleo o las explosiones, el sonar de los buques militares, etc., causa efectos negativos en la vida marina.

Cualquier animal que utiliza el sonido para comunicarse puede verse afectado por el ruido del océano. Por ejemplo, el ruido de los buques puede afectar a la capacidad de las ballenas para comunicarse y encontrar presas.

Muchas ballenas o los delfines se comunican a través de largas distancias, y el ruido humano puede afectar su capacidad para encontrar compañeros y alimentos y para desplazarse. Peces e invertebrados también pueden verse afectados por el ruido humano.

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