De todos los primates que existen sobre el planeta, tan sólo un grupo de ellos es venenoso. Este grupo está constituido por animales pequeños, poco conocidos, de hábitos nocturnos y movimientos lentos llamados comúnmente Loris perezosos.
Las especies de este grupo pueden diferenciarse por sus marcas faciales, mediante parches que rodean los ojos, marcas que bajan hasta la barbilla o líneas en las orejas.
El primate venenoso
El Loris Pigmeo es el primer primate venenoso en ser descubierto en el mundo, que vive en China, Vietnam y Laos. Posteriormente se descubrió en la selva de Borneo el Loris de Kayan (Nycticebus kayan), que poseía las mismas glándulas y las usaba tal que el primero.
Esto puso de manifiesto que los primates del género Nycticebus presentan glándulas de veneno en los codos, convirtiéndose en el único grupo de primates venenosos existentes.
Los Loris perezosos poseen una mordedura venenosa gracias a una glándula braquial ubicada en el centro del codo que produce un polipéptido tóxico.
Características del veneno
Los animales lamen la zona, pasando así el veneno a los dientes o untándoselas por el resto del cuerpo. El veneno, inoculado en la mordida de una presa o un depredador por medio del peine dental, puede causar en el animal (o en la persona) una gran inflamación, necrosis de la zona afectada o incluso un shock anafiláctico que podría causarle la muerte.
El veneno puede servir para otros usos, como la protección de las crías. Las madres impregnan de veneno la piel de sus crías para evitar que los depredadores se les acerquen.
A primera vista, puede parecer extraño que en un grupo tan grande como los primates, aparezca un rasgo tan especial como el veneno en unas especies concretas. Parece que la evolución de estas glándulas tiene lugar por la necesidad de defenderse de los depredadores que son mucho más rápidos de movimientos.
Los perezosos son muy apreciados en el comercio ilegal, tanto como mascotas exóticas como para uso en la medicina tradicional china, hasta el punto que algunas especies se encuentran catalogadas como vulnerables amenazadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
La destrucción de su hábitat agrava aún más la situación. Por suerte, existen Programas de especies en peligro aunando esfuerzos para evitar la desaparición total de especies tan especiales como estas.
