Criterios para la puesta en libertad de un animal en cautiverio
Ciervos corriendo libres
Foto: Zyanya BMO en Unsplash

Criterios para la puesta en libertad de un animal en cautiverio

Todos los animales que llegan a los centros de recuperación de fauna salvaje, ya sean decomisados o rescatados, han de tener una finalidad. Pese a que el fin deseado para un animal es siempre la reintroducción en su hábitat natural, esto no es siempre viable.

Tras los primeros cuidados para la mejora de su salud, los cuidadores deben tomar decisiones sobre su futuro. Lo primero a valorar es su evolución sanitaria y si su estado físico es correcto para una posible puesta en libertad. Debemos pensar que la vida salvaje es una continua lucha por la supervivencia y el más leve hándicap físico pondría al animal en un peligro constante en su medio.

Actividades como cazar, escapar o buscar pareja, son realmente costosas y los animales deben estar en condiciones apropiadas para realizarlas con normalidad.

Un animal con una extremidad amputada, por ejemplo, no podría desenvolverse correctamente en el ecosistema, con lo cual se descartaría de inmediato la opción de liberarlo.

Preparación para volver al entorno natural

En el caso de que el estado físico y anímico del animal sea óptimo, los cuidadores observan otras actitudes. El miedo natural de los animales al ser humano es una de las reseñas más utilizadas para valorar el carácter del animal.

En esta evaluación, los animales decomisados tienen todas las de perder. Estos han estado posiblemente muy cerca de personas y por largos períodos, con lo cual han modificado sus conductas naturales y perdido el miedo necesario a posibles depredadores. Estos animales no realizarían las maniobras de evasión y escape típicas ante un furtivo, un depredador, un automóvil…

Con todos estos aspectos valorados, y unas pautas naturales para la especie que se está considerando, se plantea la posibilidad de su reintroducción. Los cuidados son modificados en muchos aspectos.

La alimentación se hace más concreta y similar a la que obtendrán en su medio y la forma en la que se le ofrece también. Así, para un animal depredador, el alimento se le ofrece vivo, y debe cazarlo con sus propios medios, tal y como tendrá que hacer en su hábitat.

Si los cuidadores consideran al animal listo para su puesta en libertad, no esperan para hacerlo. Si es posible se anilla o se marca al individuo, mediante métodos poco estresantes, y se traslada al lugar más apropiado, que será (en el caso de los animales accidentados) el lugar seguro más cercano a donde fue rescatado.

Legislación aplicable

El artículo 30 del Real Decreto 53/2013, de 1 de febrero, por el que se establecen las normas básicas aplicables para la protección de los animales utilizados en experimentación y otros fines científicos,  incluyendo la docencia, regula la puesta en libertad y realojamiento de animales.

Según dicho artículo, el órgano competente podrá autorizar que un animal pueda ser dado en adopción, realojado o devuelto a un hábitat, explotación u otro medio que sea adecuado para la especie de que se trate. Para ello deberán cumplirse las siguientes condiciones:

  1. Que su estado de salud lo permita.
  2. Que no suponga un peligro para la salud pública, la sanidad animal ni el medio ambiente.
  3. Que se hayan tomado las medidas adecuadas para salvaguardar el buen estado del animal.
  4. Que en el caso de realojamiento o adopción, los criadores, suministradores y usuarios tengan un programa adecuado que garantice su socialización.
  5. Que en el caso de liberación de animales silvestres en su hábitat, se disponga de un programa de adaptación adecuado.

Programando la liberación

Cuando los animales salvajes están listos para ser liberados después de recibir cuidados en un centro de recuperación, no es tan simple como dejarlos ir. Hay que asegurarse de que tengan la mejor oportunidad posible de sobrevivir en la naturaleza. Para ello hay que considerar varias cuestiones.

En primer lugar, devolver un animal salvaje a la naturaleza no solo depende de cuándo se considera que el animal está en forma y saludable para su liberación, sino que también depende del clima, la temporada e incluso la hora del día.

Las condiciones climáticas extremas pueden dificultar que la vida silvestre se reajuste a su entorno natural y las aves jóvenes podrían encontrar una lucha para volar en un día ventoso.

La comida debe ser abundante para esa especie y la liberación de los huérfanos criados a mano debe coincidir con el momento en que naturalmente dejarían el cuidado de sus padres.

Los animales nocturnos solo deben ser liberados al anochecer o más tarde y los animales diurnos (activos durante el día) deben liberarse temprano, lo que permite que haya mucha luz del día para que se acostumbren a su entorno.

Además, hay que considerar cuál es el lugar adecuado para la liberación de animales salvajes. Cuando es posible, es mejor devolver a los animales salvajes al lugar donde se encontraron lo más rápido posible, ya que pueden ocupar un territorio en el área o ser parte de un grupo familiar. También conocerán los mejores lugares para buscar comida y lugares para protegerse del clima o esconderse de los depredadores.

Los peligros de la liberación

Para algunos huérfanos, los sitios de liberación se eligen cuidadosamente para brindar las mejores posibilidades de supervivencia, donde existe la oportunidad de encontrar una pareja o un rebaño, abundante comida, agua y sitios adecuados para nidos o guaridas.

Debemos considerar los peligros que plantean los humanos. Las carreteras, en particular, pueden causar problemas a un animal salvaje que intenta adaptarse a una nueva zona y establecer límites territoriales.

Siempre estamos buscando sitios de liberación para diferentes especies. Si cree que puede ayudar, háganoslo saber a través de Mi RSPCA.

Nosotros controlamos algunos animales después de la liberación mediante el seguimiento de ellos, lo que nos permite comprobar que estamos dando a la vida salvaje que nos importa para la mejor oportunidad de supervivencia.

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