Uno de los trabajos más importantes para un auxiliar veterinario y de cualquier miembro del equipo veterinario que conteste el teléfono es determinar cómo manejar las llamadas de los dueños de mascotas ante urgencias veterinarias.
¿Es realmente necesario que el veterinario vea a la mascota? ¿Cuándo? ¿Es una emergencia? Todas estas preguntas deben responderse en una sola conversación telefónica.
Qué es el triaje
La palabra ‘triaje’ es la palabra francesa para ‘ordenar’. El triaje se volvió vital durante la primera Guerra Mundial, cuando los soldados heridos se organizaran de acuerdo con la gravedad de las lesiones en el campo de batalla.
Desde entonces, es muy importante en el entorno de las salas de emergencias organizar a los pacientes que necesitan ser atendidos inmediatamente por los pacientes que pueden esperar, evaluando los tres sistemas principales del cuerpo: respiratorio, cardiovascular y neurológico.
El triaje, en la práctica de emergencia ocurre por teléfono, en la sala de espera y también en pacientes hospitalizados. El objetivo del triaje es proporcionar una evaluación rápida del paciente en función de sus parámetros físicos, para garantizar que los signos potencialmente mortales se identifiquen temprano, para garantizar el mejor tratamiento y el mejor resultado.
Esto se puede aplicar también a los animales, en la clínica veterinaria.
Reconocimiento de emergencias y triaje veterinario
Puede haber días en lo que haya poco jaleo en la clínica veterinaria y no haya problema para que el veterinario examine al animal. Pero ¿qué pasa si hay mucha lista de espera y la cita se demora varios días? ¿Cómo diferenciar una urgencia?
Poder realizar esta evaluación con precisión es una habilidad esencial. Las emergencias percibidas por el cliente pueden no ser más que enfermedades leves, mientras que los casos que los clientes consideran mínimamente preocupantes pueden ser una situación potencialmente mortal. Por lo tanto, es importante saber determinar si un caso es una emergencia o no.
Primero hay que saber la edad, el sexo, el estado reproductivo, las especies y la raza del paciente que pueden ayudar a aclarar hasta qué punto hay una urgencia. Luego hay que conocer las preocupaciones del cliente y la información que pueda aportar este, como cuándo empezó el problema, que síntomas ha observado o cuánto tiempo lleva el animal así. Las preguntas abiertas facilitan que el cliente comente algo que, a lo mejor, no se le pregunta y se pasa por alto.
Para determinar el estado de salud del perro hay tres fases:
- Diagnóstico: es un juicio clínico sobre el estado de salud de un perro. Para elaborar un diagnóstico el veterinario clínico utiliza la síntesis y el análisis a través de tres herramientas esenciales:
- Anamnesis: es el conjunto de preguntas específicas realizadas al propietario (heteroanamnesis) a fin de obtener información importante para el diagnóstico. Son preguntas lógicas, sistematizadas y ordenadas que se trasladarán luego a la Historia Clínica.
- Exploración física o general
- Pruebas complementarias
- Pronóstico: es el conjunto de datos que se poseen sobre determinadas enfermedades. Los datos estadísticos junto a la experiencia del veterinario clínico respecto a una enfermedad concreta es lo que determina cómo progresará un paciente y si éste se recuperará o no.
- Tratamiento
Cuestiones urgentes y no urgentes
Para realizar la valoración del estado de salud del perro se tienen en cuenta los siguientes aspectos:
- Reconocer aspecto (si esta bien o está enfermo o algún tipo de alteración) y/o comportamiento (posturas) normal o anormal.
- Revisión de orina y heces.
- Interés por la comida.
- Considerar las condiciones normales de un paciente.
- Reflejos rápidos y respuestas a estímulos.
- Ojos limpios, brillantes, sin descarga o epífora.
- Orificios nasales limpios y sin descarga.
- Conductos auditivos sin excesiva descarga, limpios y sin mal olor.
- Pelo brillante, lustroso, piel sana, sin seborrea, sin costras, sin heridas, sin parásitos, sin alopecias (generalizada o local), piel y pelo sin olor a rancio.
- Peso ideal/óptimo.
- Valoración de la temperatura.
- Valoración de la frecuencia pulso.
- Valoración de la frecuencia respiratoria.
- Valoración de las mucosas.
Si el cliente menciona alguno de los siguientes problemas, es probable que el caso sea una verdadera emergencia y debería verse al animal lo antes posible:
- Sangrado que no se detiene.
- Respiración dificultosa.
- Vómitos severos / diarrea.
- Exposición a toxinas conocidas.
- Ataques persistentes o cambios en el estado mental.
- Intentos fallidos de orinar.
- Dolor severo.
Otras preocupaciones pueden ser percibidas como emergencias por el cliente, pero no son verdaderas emergencias. Estas condiciones incluyen picazón, cojera, infecciones del oído y otras condiciones crónicas.
En general, las condiciones que han estado sucediendo durante algún tiempo tienen menos probabilidades de ser una emergencia que los problemas que se han desarrollado o empeorado de manera aguda. No obstante, las condiciones crónicas también pueden tener cambios agudas.
Cómo responder a las preguntas del cliente
En algunos casos, los dueños de mascotas no quieren acudir al veterinario, sino que solicitan asesoramiento sobre cómo manejar una emergencia en casa. Esta puede ser una situación difícil, especialmente si parece ser una verdadera emergencia. Por ello es importante evitar hacer recomendaciones por teléfono.
Aunque puede parecer simple e inofensivo recomendar un medicamento ante una reacción alérgica o para inducir el vómito si el perro ha ingerido algo que no debía, esto puede interpretarse como una prescripción de tratamiento. Esta mascota podría enfermar o empeorar después de recibir tratamientos en el hogar recomendados por teléfono, lo que supone una responsabilidad importante.
Si un cliente llama por una posible ingestión de toxinas y no quiere llevar a la mascota a la clínica, lo mejor que puede hacer ese cliente es ponerse en contacto con el Centro Nacional de Toxicología.
Cómo actuar ante emergencias severas
Si un cliente llama por una mascota que tiene una emergencia grave y se dirige a la clínica, hay que avisar al equipo veterinario para que se preparen para la llegada del paciente. Esto facilita que se pueda reunir todo lo necesario para que el tratamiento pueda iniciarse de inmediato.
En algunos casos, los clientes pueden llamar por emergencias graves que la clínica no pueda manejar, debido a la dotación de personal, la disponibilidad de equipos u otros factores. En estas situaciones, lo mejor para la mascota es dirigir al cliente a la clínica de emergencia más cercana.
Por ejemplo, si el equipo veterinario está ocupado con otra urgencia, es mejor dirigir al paciente a otra clínica que pueda garantizar la mejor atención posible.
En casos de emergencia, cuando el triaje se da por superado, las tareas del auxiliar veterinario son:
Determinar los signos vitales
Los signos vitales de una mascota incluyen temperatura, pulso y frecuencia respiratoria. Debido a que las mascotas no pueden hablar, el signo vital de una mascota indica estabilidad y nivel de estrés. Una lectura anormal ofrece pistas sobre la gravedad y la posible causa de la enfermedad.
Los auxiliares veterinarios también intentan pesar a los animales en el momento del registro. Si una mascota necesita medicamentos con dosis basadas en el peso, la actuación del auxiliar acelera el proceso de atención.
Reunir información
Un auxiliar veterinario revisa los archivos médicos sobre la salud general, las alergias y la lista de medicamentos de los dueños de mascotas. Cuanta más información obtengan los técnicos veterinarios, mejor cuidado pueden brindar al animal.
Los auxiliares veterinarios también ayudan a interpretar los síntomas. A través de observaciones y entrevistas, los auxiliares veterinarios pueden ayudar a reducir las posibles causas de la enfermedad. Eso les ayuda a comprender mejor qué está pasando con el animal y qué tipos de equipos y medicamentos deben estar listos antes del examen.
Ayudar al veterinario
Después de compartir la información de la mascota, los auxiliares veterinarios ayudan al veterinario.
Si una mascota necesita cirugía, un auxiliar veterinario puede preparar el quirófano. Específicamente, el auxiliar veterinario verifica que el equipo esté en buen estado de funcionamiento y que los instrumentos quirúrgicos estén estériles y listos para usar. Durante el procedimiento, los auxiliares veterinarios controlan los signos vitales y la anestesia.
Diagnósticos
Cuando una mascota necesita pruebas de laboratorio, los auxiliares veterinarios ayudan a obtener muestras de sangre. También pueden hacer otros diagnósticos, como rayos X, bajo la supervisión del veterinario.
Tratamiento
Los animales ingresados en el hospital para recibir tratamiento necesitan atención y monitoreo constantes. Los auxiliares veterinarios administran medicamentos y tratamientos según lo ordenado, aplican yesos y férulas, cambian vendajes, realizan un seguimiento de los signos vitales, controlan los síntomas de dolor y mantienen al veterinario informado de los cambios en la condición. También ayudan a alimentar a las mascotas y a mantenerlas limpias.
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