Los dueños de perros se encuentran con una amplia variedad de problemas de comportamiento de su mascota en algún momento. Aunque los cachorros jóvenes no suelen mostrar problemas graves de comportamiento si son educados adecuadamente, parece que en algún momento algunas complicaciones parecen surgir de la nada.
Lo que ocurre muchas veces es que el cachorro está desarrollando comportamientos caninos completamente normales que sus dueños suelen percibir como problemáticos. No siempre es fácil ver o reconocer que ciertos comportamientos son innatos y, a menudo, incluso están relacionados con la supervivencia.
En realidad, muchos de esos problemas son con frecuencia comportamientos naturales que, simplemente, resultan inaceptables en la sociedad humana. El resto son, en su mayor parte, causados por la falta de dirección y orientación de los propietarios.
Otro factor que hay que tener en cuenta es el aburrimiento. Por lo tanto, es importante valorar este aspecto y darle al perro más opciones de entretenimiento.
Problemas más comunes de comportamiento
Hay que entender es que a veces puede ser difícil comprender por qué los perros hacen algunas de las cosas. Debemos tener en cuenta que no son seres humanos y que todos tienen instintos y hábitos que son contrarios a la coexistencia pacífica con nosotros. Sin embargo, con paciencia, la estrategia correcta y la persistencia, cualquier mal comportamiento de los perros se puede modificar a un nivel más aceptable o desaparecer por completo.
Ladrido excesivo
La mayoría de los perros vocalizan de una manera u otra: pueden ladrar, aullar, gemir… Pero el ladrido excesivo se considera un problema de comportamiento. En primer lugar hay que averiguar por qué el perro empieza a ladrar. Puede ser para advertir, porque tiene ganas de jugar, porque siente ansiedad, por está aburrido, porque responde a otros perro o porque busca atención, entre otros motivos. En muchas ocasiones se puede poner remedio solucionando el motivo que le lleva a ladrar. Pero no siempre es posible.
En cualquier caso, a un perro que ladra no hay que hablarle a voces. Eso puede ser percibido como un ladrido y puede que el perro reciba el mensaje de que él debería ladrar más fuerte para hacer entender, o que debe seguir ladrando para seguir con la interacción. En vez de eso, es más recomendable enseñarle un comando para que aprenda a callarse o a comunicarse sin tanto estruendo.
Masticación de cualquier cosa que encuentra
Masticar es una acción natural para todos los perros. De hecho, masticar es una actividad importante para la mayoría de ellos. Sin embargo, la masticación excesiva puede convertirse rápidamente en un problema de comportamiento cuando el perro coge cualquier cosa que encuentra y causa destrucción.
Para corregir esto es importante actuar en el momento en que el perro coja algo que no debe, reemplazando el objeto por un juguete masticable. Además, es importante garantizar que el perro hace suficiente ejercicio y tiene modos de entretenimiento y estimulación, para que así no sienta la necesidad de estar masticando todo el día, cualquier cosa.
Excavación
La mayoría de los perros excavan si tienen la oportunidad. Es algo instintivo. Además, algunas razas son más propensas que otras. En cualquier caso, el aburrimiento, el exceso de enrgía, la ansiedad, el miedo o el deseo de ocultar cosas o escapar pueden exacerbar este comportamiento y convertirlo en algo problemático.
La buena noticia es que este comportamiento es entrenable. En cualquier caso, se le puede dar al perro un lugar en el que pueda excavar. Si necesita hacer, adelante, pero donde no resulte un problema. Esto hay que entrenarlo, para que el perro sepa dónde puede hacerlo.
Agresión
La agresión no es siempre un ataque total. Generalmente es un comportamiento más sutil, pero igualmente peligroso. Lo que parecen manifestaciones de tendencias agresivas puede que algún día den lugar a una mordida.
Establecer límites, recompensar solo el comportamiento positivo y no responder emocionalmente son algunas cosas que se deben implementar de inmediato. Por supuesto, reforzar los límites con un perro agresivo puede hacer que la agresión se intensifique. En estos casos, y siempre que no se noten modificaciones de comportamiento al realizar cambios, es importante acudir a un profesional.
Micción o defecación inadecuada
La micción y la defecación inadecuada son alguno de los comportamientos más frustrantes de los perros. En estos casos, es muy importante hablar del tema con el veterinario primero para descartar problemas de salud. Si no se encuentra una causa médica, hay que determinar si el comportamiento puede esta relacionado con cuestiones como el marcado territorial, la ansiedad, la búsqueda de atención y otros motivos.
La cuestión es que muchos perros requieren una modificación seria de la conducta para eliminarlos del hábito, ya que a menudo hay alterar la percepción que tienen de sí mismos. En estos casos es recomendable acudir a un educador canino.
Trastornos de conducta relacionados con la dieta
La mayoría de los adiestradores y educadores profesionales en conducta canina destacan el papel de las proteínas en algunos de los problemas o trastornos de conducta en perros, como la agresión territorial.
Esto es debido a que las dietas ricas en proteína cárnica dan niveles reducidos del neurotransmisor llamado serotonina pues los aminoácidos derivados de las proteínas compiten con el triptófano (precursor de la serotonina) por el portador que transporta dichos aminoácidos a través de la barrera hematoencefálica.
Esta disminución de la serotonina se asocia en muchos canes, como ya hemos comentado con la agresión. Sin embargo, la disminución de estas proteínas en la dieta, no tuvo efectos directos en el comportamiento de los perros hiperactivos o dominantes.
Otros profesionales del adiestramiento son más partidarios del alimento enlatado que del pienso seco. Sus sospechas se basan en la influencia que los distintos conservantes pueden tener en la conducta de los perros. El alimento húmedo se somete a un proceso de esterilización por calor, mientras que a los piensos secos se les debe añadir una serie de conservantes de origen químico para que permanezcan estables durante meses. Entre estos conservantes se encuentran los antioxidantes o los realzadores del sabor.
Dado el escaso número de estudios científicos que a este respecto existen, es importante que, como profesionales, nos formemos bien en este campo e incluso que contemos con la colaboración de un profesional de la salud canina.
Hemos de ser conscientes de que cualquier variación en la dieta de un perro, puede tener consecuencias inmediatas en la salud animal. Por ejemplo, las dietas hiperproteicas pueden provocar insuficiencia renal, las hipersódicas desencadenar hipertensión y/o patologías cardiacas diversas.