Los dueños llevan a sus perros a la peluquería canina por diferentes motivos. Debemos tener claro que no todos quieren un perro de exposición. Hay una cantidad ingente de tipos de arreglos que se pueden hacer a un perro en función de su estilo de vida o de los deseos de su propietario, siempre, claro está, dentro de un orden.
Para conocer más y mejor tanto a la mascota como al propietario disponemos de una etapa dentro de la atención a nuestros clientes que los profesionales americanos denominan “Pre-work”. Este nombre se lo damos al conjunto de acciones que realizamos antes de adentrarnos en los procedimientos habituales.
El pre-work en peluquería canina
Dentro de este “Pre-work” se engloba la mejor forma que tenemos los peluqueros caninos para conocer un poco más a nuestro cliente de cuatro patas. Se trata de una evaluación del estado general fundamental en peluquería canina. Sería interesante que esta evaluación sea minuciosa y si fuese posible en presencia del dueño:
- ¿Aparece la piel roja o inflamada? Si es así, deberemos confirmar con el dueño si tenía conocimiento de ello y derivarlo al veterinario si fuese necesario.
- Si presenta mal olor y, en caso afirmativo, a qué es debido. En ocasiones, los perros pueden haberse ensuciado recientemente o el mal olor puede provenir de una acumulación de sarro en sus dientes.
- Verificaremos si la piel y el manto parecen saludables. Suele ser un indicador infalible tanto de la ingestión de una dieta correcta como de un muy buen estado de salud.
- Rasguños o picores, incluso erosiones por rascado. Pueden provocar dolor y molestias al perro durante todo el proceso de arreglo de peluquería.
- ¿Hay parásitos? Pulgas, garrapatas… o cualquier estadío de sus larvas.
- ¿Es un perro activo, que vive en el exterior de la casa gran parte del tiempo o por el contrario es un perrito hogareño y supermimado?
- ¿Lo bañan y/o lo cepillan semanalmente o nadie se ha ocupado del manto desde la última visita al peluquero hace seis meses?
Cualquier tipo de lesión que presentase el perro al entrar en nuestro establecimiento quedará registrada y puesta en conocimiento del propietario antes de empezar nuestro trabajo, pues no sabemos cuál puede ser la reacción del propietario.
Puede ocurrir que nos culpase a nosotros de haber dañado a nuestro cliente canino, cosa que aún no siendo verdad puede tener nefastas consecuencias tanto para nuestro negocio, como para nosotros como amantes de los perros.