El auxiliar veterinario en el servicio de ortopedia y traumatología
Tareas de traumatología del auxiliar veterinario

El auxiliar veterinario en el servicio de ortopedia y traumatología

El papel del auxiliar en el servicio de traumatología y ortopedia es esencial desde el momento de recepción del paciente, pasando por la exploración y manejo del mismo, hasta la comunicación con el propietario. Para ello será imprescindible la adquisición de ciertos conocimientos básicos, así como el adiestramiento adecuado con ciertas técnicas y procedimientos.

Deberemos considerar que en la inmensa mayoría de ocasiones el paciente que se recibe en la consulta de traumatología, se trata de un animal politraumatizado, exigiendo por ello una atención especializada y a menudo urgente. El auxiliar será el encargado de recoger inicialmente la información básica del paciente, la aceptación del mismo, así como de determinar en primera instancia el estado de gravedad.

Atención de traumatología veterinaria

Recepción

Como ya se ha citado, será el auxiliar quien se encargue de recibir al paciente, valorar de forma general el estado de gravedad de éste, así como de realizar una anamnesis preliminar.

Durante ésta, se deberá determinar si se trata de un paciente que haya sufrido un traumatismo (el cual precisa de una atención inicial de urgencia, y en el que primará la estabilización general del mismo frente al problema musculoesquelético u ortopédico); o bien, de un problema puramente ortopédico, reciente o no, en cuyo caso la consulta podrá programarse en un horario convencional.

Anamnesis veterinaria

Esta debería de incluir una reseña completa donde se especifique el nombre, especie, raza, edad, sexo (posible esterilización), peso, alimentación, hábitat, convivencia con otros animales, y estado de vacunaciones y desparasitaciones, del paciente.

A continuación, se deberá indagar acerca de la naturaleza del problema (“¿qué le pasa?”), preguntando que es lo que ha detectado el propietario exactamente, y desde cuando, lo cual nos permitirá reconocer si se trata de una afección aguda o crónica.

En tercer lugar se deberá consultar al propietario si relaciona la aparición del problema con algún hecho (“¿a qué lo atribuye?”). Habitualmente, existe historia de traumatismo, siendo los atropellos y las caídas las causas más comunes. Se deberá investigar todos los detalles posibles.

Igual de importante será investigar acerca de la evolución (“¿cómo ha evolucionado?”) de la afección, determinando si ha existido algún tipo de cambio o no, en la sintomatología clínica desde la presentación inicial. En los casos agudos no es posible valorar evolución alguna.

Nos interesaremos a su vez sobre la existencia previa de episodios de cojera o debilidad, en la/s extremidad/es implicadas o en otras.

Consultaremos si el paciente tiene instaurado algún tratamiento médico. Deberá registrarse el principio activo, la dosis, la frecuencia, y el periodo de tiempo que lleva administrándose cada fármaco, en el caso que así sea. Del mismo modo, habrá que indagar acerca de la existencia de enfermedades anteriores, ya sean de tipo ortopédico o de otra naturaleza.

Por último, y de forma independiente a la afección traumatológica u ortopédica, habrá que revisar el estado general del paciente, en busca de otras alteraciones fisiológicas que puedan estar presentes. En este punto comprobaremos la existencia, o no, de analíticas sanguíneas recientes (hemograma, análisis bioquímico, perfiles parasitarios hemáticos), así como los resultados de las mismas en el caso que las haya.

Asistencia en consulta

En este punto abordaremos la principal función del auxiliar durante la exploración del paciente. La principal acción será la de participar en la inmovilización del animal, intentando mantener una actitud firme sin realizar movimientos bruscos ni forzar mas de lo necesario al paciente.

El primer paso consistirá en mantener al paciente en la estación mientras el veterinario procede a la palpación tanto de los miembros torácicos como de los pelvianos. En segundo lugar, se colocará al individuo en decúbito lateral (en este paso será primordial inmovilizar las extremidades anterior y posterior del lado que queda en contacto con la mesa de exploración, para impedir que el paciente se levante) y a continuación se cambiará de lado, procediendo del mismo modo.

Pruebas complementarias

Tras la asistencia en la exploración, y quizás siendo este punto mas importante, la función del auxiliar veterinario será participar en la realización de las numerosas pruebas diagnósticas disponibles, así como llevar a cabo diferentes técnicas de inmovilización (vendajes) y programas de fisioterapia – rehabilitación.

Dentro de las pruebas complementarias en las cuales participará el auxiliar, las principales serían las que engloban el diagnóstico por imagen, como son la radiología, la ecografía, la tomografía computerizada y la resonancia magnética.

La radiología, consiste en la técnica de imagen por excelencia, la cual se encuentra disponible en la gran mayoría de centros veterinarios. El auxiliar veterinario deberá conocer el funcionamiento de la máquina de rayos X (selección de parámetros según región anatómica y características del paciente), así como los distintos métodos de revelado de imagen (tradicional, automático, digital). Será de igual importancia el adiestramiento del técnico en el posicionamiento radiológico.

Por su lado, la ecografía, aunque utilizada en menor medida que la radiología, tiene un importante valor diagnóstico en lesiones musculares, tendinosas y/o ligamentosas. La participación del auxiliar durante esta técnica se centrará en la preparación (rasurado y limpieza de la región a ecografiar) e inmovilización del paciente durante el procedimiento.

En último lugar, tanto la tomografía computerizada (CT) como la resonancia magnética (MRI), suponen unas de las técnicas por imagen más sensibles que existen a disposición del veterinario. Si bien es cierto que su presencia se limita a centros veterinarios especializados, cada vez se encuentran más accesibles.

Asistencia pre, intra y postquirúrgica

La participación del auxiliar en el área quirúrgica será una de sus principales funciones.

Asistencia prequirúrgica

En esta fase los puntos clave son, la venoclisis (normalmente vía periférica, vena cefálica o safena), extracción y procesado de muestra sanguínea para evaluación preanestésica, premedicación anestésica (indicada por el veterinario), control de constantes vitales, preparación del campo quirúrgico (rasurado, limpieza, desinfección), inducción y sondaje endotraqueal.

Otra función a desempeñar por el auxiliar en este punto, es la de preparación de todo el material quirúrgico esterilizado necesario para el acto quirúrgico, colocación en lugar accesible y limpio la vestimenta quirúrgica (batas, guantes, cepillo, etc.) del cirujano y sus asistentes, así como la colaboración con éstos últimos durante su preparación.

Asistencia intraquirúrgica

Dentro de este punto podemos diferenciar dos grandes funciones del auxiliar, una de ellas como asistente del cirujano, o por otro lado como instrumentista. Si la misión es asistir al cirujano, el trabajo del auxiliar consistirá en la preparación del campo quirúrgico (colocación de paños, normalmente se utilizan tres campos, uno con paños de tela, un segundo con paños de papel, y un tercero con campo adhesivo impregnado de antiséptico), y posteriormente en facilitar el trabajo del cirujano, contribuyendo a la manipulación de los tejidos bajo la indicación del mismo.

En caso de actuar como instrumentista las funciones principales serán, en primer lugar colocar la mesa de instrumental en un lugar (normalmente indicado por el cirujano) adecuado que no interfiera los movimientos del cirujano y su asistente. Esta siempre deberá permanecer por encima o al menos al mismo nivel que la mesa quirúrgica.

A continuación y tras haber dispuesto un paño estéril sobre la mesa de instrumental, se procederá a la colocación de forma ordenada el instrumental quirúrgico. De izquierda a derecha se colocará el material de corte, disección, hemostasia, separadores varios, y en el espacio restante se distribuirá el resto de material (osteosíntesis). Una vez finalizada la intervención, el instrumentista será quien se encargue de limpiar, clasificar, esterilizar y volver a almacenar en el lugar apropiado todo el material utilizado.

Asistencia postquirúrgica

Finalizada la cirugía, la misión del auxiliar pasará a ser la de aplicar un sistema de inmovilización (vendaje) si lo requiere la situación, la realización del estudio radiológico si procede, y posteriormente la supervisión de la recuperación anestésica (extubación, tranquilización, etc.).

Vendajes

Los principales usos de un vendaje son la inmovilización y la contención de la inflamación en una región que ha sufrido una lesión, bien sea primaria o derivada de un acto quirúrgico. Existen numerosos materiales y tipos de vendaje, debiendo adecuar cada uno de ellos a las circunstancias. En la gran mayoría de ocasiones será el auxiliar veterinario el encargado tanto de realizarlos como de supervisarlos.

Este último punto será crítico. Sea cual sea el tipo de vendaje utilizado deberá revisarse diariamente, y en caso de deterioro o alteración del mismo, ser sustituido por uno nuevo.

En cuanto a tipos de vendajes debemos destacar los destinados a contener la inflamación e inmovilizar al mismo tiempo, tipo Robert Jones. En segundo lugar, tenemos los vendajes ferulados utilizados normalmente para inmovilizar de forma mas consistente una vez ha desaparecido el componente inflamatorio.

Existe un tercer grupo de vendajes, utilizados de forma mas específica para ciertas condiciones ortopédicas como pueden ser el vendaje de Ehmer para la luxación de la cadera, el vendaje de Velpau en casos de luxación de hombro, o los vendajes intertarsianos entre otros.

En cualquier caso, y de forma independiente al tipo de vendaje, es imperativa la supervisión de los mismos diariamente, procediendo a la retirada y sustitución del mismo cuando éste se deteriore, se desplace, se humedezca, se rompa, u ocasione alguna alteración en el paciente (edematización de la región digital, dolor o molestias, hipo o hipertermia en la región distal de la extremidad, etc.).

Rehabilitación / fisioterapia

Se trata de una de las actividades que deberá llevar a cabo también el auxiliar en el servicio de traumatología y ortopedia, normalmente asesorado por el propio traumatólogo o bien por un rehabilitador veterinario. Prácticamente la totalidad de los pacientes que sufren un problema musculoesquelético, bien sea derivado de un traumatismo, bien de un acto quirúrgico, requieren de un programa de rehabilitación.

Durante el mismo, el auxiliar llevará a cabo una serie de ejercicios de fisioterapia, mediante los cuales se perseguirá un retorno precoz de la funcionalidad de la región afectada. Alguna de las principales técnicas empleadas serían: aplicación de frío/calor, masaje de los vientres musculares, ejercicios pasivos y activos a nivel articular, hidroterapia y magnetoterapia, entre otras.

Hospitalización veterinaria

Tanto un paciente que acaba de sufrir un traumatismo de cualquier tipo, como el que se ha sometido a un acto quirúrgico precisa de una atención hospitalaria minuciosa. En el primer caso, el objetivo consiste en estabilizar las funciones vitales (vía aérea permeable, control de respiración, estado sistema circulatorio) del animal y proceder a la inmovilización de la región anatómica lesionada si lo requiere (por ejemplo, en caso de fracturas). Igual de importante será el administrar correctamente el protocolo terapéutico de soporte (antibioterapia, AINE, analgésicos, etc.) establecido por el veterinario.

En la hospitalización postquirúrgica el auxiliar deberá controlar la fase de reversión anestésica atendiendo del mismo modo las constantes vitales y a la terapia médica. También se vigilará de cerca el estado de los vendajes, heridas y, en el caso pertinente de los sistemas de fijación (fijación externa principalmente).

En animales que a consecuencia de su afección, vayan a tener limitada o impedida su autonomía de movimiento, será imprescindible cambiarlos de decúbito cada 2 horas así como estimular su recuperación mediante los programas de fisioterapia y rehabilitación ya citados.

Comunicación con el propietario

En la gran mayoría de ocasiones será el auxiliar veterinario el encargado de trasladar, o al menos recordar al propietario el listado de cuidados que deberá recibir el paciente, desde que medicación debe recibir, hasta que tipo de restricciones deben de tenerse en cuenta (formas de conseguir el reposo del paciente).

Es importante que esta información se transmita de una forma clara y ordenada, a poder ser por escrito.

Como se ha podido ir viendo a lo largo del texto, la función del auxiliar veterinario en el servicio de traumatología y ortopedia es muy importante, desempeñando éste multitud de tareas, todas ellas de gran importancia.

Cada día mas, con la creación de nuevos centros clínicos especializados (hospitales, centros de referencia, etc.), la demanda de personal cualificado en este aspecto debe de ir en aumento. La formación es indispensable pero debe ir acompañada de unas prácticas laborales acordes con lo que se exige.

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