Valoración de dismetrías en los miembros inferiores

Un motivo habitual de visita a la consulta del profesional de las terapias manuales es el dolor y, entre ellos, uno de los dolores más frecuentes es el de espalda. Diversas y variadas causas pueden provocar la aparición de éste síntoma y, una de ellas es la deformidad de la columna vertebral.

Para mantener todo el complejo ostoarticular vertebral en buen estado es imprescindible que la longitud de las extremidades inferiores sea idéntica, dado que una dismetría provocará una basculación pélvica que desarrollará a su vez, una readaptación de la columna en el plano frontal, determinando la aparición de la deformidad denominada escoliosis. De esta manera, la columna vertebral pasará de ser recta a tener un aspecto sinuoso.

Para hacer una evaluación de las extremidades inferiores, situaremos a la persona un par de metros delante de nosotros. Esta debe estar descalza, en ropa interior, con las extremidades extendidas y los talones juntos.

Cómo medir la dismetría en las piernas

Podemos comenzar observando el plano frontal en una imagen anterior. Trazaremos una línea media y compararemos los dos hemicuerpos, nos fijaremos en la posición del ombligo, ya que, un ombligo lateralizado nos puede sugerir rotación vertebral, y ésta, una escoliosis estructurada.

También miraremos si la cabeza está lateralizada.

Compararemos los posibles desniveles de los hombros, la línea pectoral y las crestas ilíacas. Continuaremos con una visión posterior, volviendo a colocar la línea media imaginaria y, ahora, fijándonos en el surco que se hace en la espalda y que corresponde a la situación de la columna.

Volvemos a evaluar los distintos niveles. Hombros, ángulo inferior de la escápula, crestas iliacas, posible aparición de pliegues dorso lumbares.

Otra observación a tener en cuenta, sería la distancia entre las extremidades superiores y los costados, ya que, de existir asimetría, nos haría sospechar de la presencia de escoliosis.

Complementaríamos con la observación en el plano sagital. Nos fijaríamos en la posición de la cabeza, los hombros, los ilíacos, las rodillas, la columna.

El dato más importante con respecto al problema que estamos tratando, sería el nivel asimétrico de los ilíacos, ya que, podría estar provocado por una dismetría de las extremidades inferiores.

Y, si este dato se constata, pasaríamos a realizar otro test.

Sobre la camilla en posición decúbito supino

Relajaremos mediante unas oscilaciones y tracciones realizadas con nuestras manos haciendo presa en los tobillos.

Compararemos los maléolos internos. En caso de no coincidencia, estaríamos ante una posible dismetría de extremidades.

El siguiente paso será flexionar las rodillas y caderas, de manera que podamos medir visualmente las longitudes de las tibias desde una posición caudal o craneal y, la de los fémures desde una lateral.

Como resultado del test, podemos encontrar que, realmente una tibia sea más larga que la otra o, bien, lo sea un fémur o, los dos huesos. En tal caso, recomendaríamos la visita al traumatólogo para que comprobara la longitud de las extremidades mediante una radiografía de las mismas y recomendara el tratamiento pertinente que podría ser, la utilización de una plantilla o alza en la extremidad corta.

Otro resultado podría ser que las tibias y fémures aparecieran iguales en nuestra observación, y tal caso, podría significar la presencia de una falsa dismetría por alteración de la articulación sacro ilíaca, siendo las más frecuentes las provocadas por el bloqueo del hueso ilíaco rotado hacia delante o hacia atrás. Sobre esta posibilidad, os hablaremos y ampliaremos en un artículo posterior.