La mayoría de los gatos disfrutan de las alturas. De hecho, suelen sentirse más cómodos en la mitad superior de la habitación, desde donde pueden vigilar lo que les rodea y ver lo que pasa bajo sus pies con mayor seguridad.
El instinto juega un papel importante en este hábito felino. Los gatos son mamíferos trepadores de árboles que descienden del Proailurus lemanensis, un carnívoro prehistórico que vivió en Europa y Asia hace aproximadamente 25 millones de años, el cual se considera el primer gato verdadero.
Una cuestión de instinto
Los primeros gatos eran cazadores y muchos de ellos vivían en los bosques tropicales. Sus garras les permitieron trepar hábilmente, escabullirse entre las ramas de los árboles o subir a lo alto para acechar a alguna presa.
En otras palabras, para ellos la escalada tiene un valor de supervivencia y se convirtió en una forma de vida para ellos.
Los gatos de hoy en día escalan por seguridad, pero sobre todo por diversión. Corren de arriba a abajo de un árbol, trepan por las cortinas y los muebles, e incluso por edificios y muros, con la misma habilidad que sus antepasados mostraron en el bosque.
El sistema musculoesquelético flexible de un gato les proporciona una coordinación y equilibrio excepcionales, lo que les permite saltar alto. Los músculos fuertes en los cuartos traseros y la espalda les permite saltar varias veces su propia longitud, ya sea horizontal o verticalmente.
Las garras de un gato son tan importantes para el anclaje y el agarre como las grapas y los crampones para el escalador.
La jerarquía de los gatos
Otra razón por la que los gatos aman las alturas es porque la posición elevada establece una jerarquía superior. Los gatos, literalmente, prefieren estar en la parte alta de la escala social.
Este caso se da sobre todo si hay más de un gato. Es entonces cuando buscar lugares altos les ayuda a establecer su rol en el hogar. Al igual que los humanos, los gatos buscan maneras de mostrar su posición en el orden jerárquico, y la altura es una de las principales formas de lograrlo.
La altura también otorga al felino más espacio, o sensación de ello. A diferencia de los perros, los gatos disfrutan de la calidad del tiempo a solas, rehúsan el bullicio y buscan refugio en lugares altos.