La nutrición se enfoca en las necesidades de las personas para determinar qué tipo de alimentación es la idónea. La nutrición geriátrica es una rama que se dedica exclusivamente a las necesidades alimentarias de las personas mayores.
Cuando envejecemos, nuestro organismo cambia, pierde capacidades y esto puede afectar a nuestra salud. Por ello, es esencial que las personas mayores tengan a su disposición las necesidades nutricionales que requieren. La malnutrición es común entre este colectivo, especialmente entre las que viven en hogares de ancianos o que tienen problemas de salud crónicos.
¿Por qué es importante la nutrición en la tercera edad?
En la tercera edad, la nutrición pasa a ser una parte importante ya que el cuerpo experimenta cambios que afectan la forma en que procesamos y utilizamos los nutrientes. Por ejemplo, la capacidad del cuerpo para absorber nutrientes disminuye con la edad, lo que significa que los adultos mayores necesitan consumir más nutrientes para obtener la misma cantidad de beneficios que una persona más joven.
Además, la función del sistema inmunológico también se ve afectada por el envejecimiento, lo que hace que las personas mayores sean más susceptibles a enfermedades e infecciones. Una nutrición adecuada es esencial para ayudar al cuerpo a combatir enfermedades y mantener una buena salud.
Los adultos mayores también pueden tener dificultades para masticar y tragar alimentos debido a problemas dentales o de deglución, lo que puede dificultar la obtención de los nutrientes que necesitan de los alimentos enteros. En estos casos, los suplementos nutricionales pueden ser una forma útil de asegurarse de que los adultos mayores obtengan los nutrientes que necesitan.
Cambios nutricionales en la tercera edad
A medida que envejecemos, nuestro cuerpo cambia y nuestras necesidades nutricionales también cambian. Los adultos mayores tienden a necesitar menos calorías que los adultos jóvenes debido a que su metabolismo disminuye con la edad. Además, la actividad física también disminuye, lo que puede contribuir a la pérdida de masa muscular y a la disminución del apetito.
Sin embargo, a pesar de necesitar menos calorías, los adultos mayores necesitan la misma cantidad o más de ciertos nutrientes, como proteínas, fibra, vitaminas y minerales. La disminución de la absorción de nutrientes y la capacidad del cuerpo para utilizarlos de manera eficiente también puede contribuir a la malnutrición en la tercera edad.
Para mejorar la nutrición geriátrica y garantizar que los adultos mayores reciban los nutrientes que necesitan para mantener su salud y bienestar, es importante mantener comidas regulares a lo largo del día para mantener un nivel constante de energía y asegurarse de que están recibiendo suficientes nutrientes. Planificar las comidas con anticipación puede ayudar a garantizar que se está siguiendo una dieta equilibrada y que se están obteniendo todos los nutrientes necesarios.
Los adultos mayores deben asegurarse de beber suficientes líquidos para mantenerse hidratados y prevenir la deshidratación. Masticar los alimentos lentamente y tomar pequeños bocados puede ayudar a prevenir problemas de deglución y garantizar que se estén obteniendo todos los nutrientes necesarios de los alimentos.
También pueden incorporarse suplementos nutricionales para asegurar de que se está obteniendo la cantidad adecuada de nutrientes, especialmente si hay dificultades para masticar o tragar alimentos enteros.
La actividad física también ayuda a mantener la salud cardiovascular, mantener la masa muscular y mejorar la movilidad en los adultos mayores. Todo esto debe consultarse con un profesional de la medicina.
Riesgos de malnutrición en la tercera edad
La malnutrición en la tercera edad puede tener graves consecuencias para la salud y la calidad de vida de los adultos mayores. La desnutrición puede causar debilidad muscular, fatiga, disminución de la función cognitiva y un mayor riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión y la osteoporosis. También puede contribuir a una mayor vulnerabilidad a las infecciones y un mayor riesgo de hospitalización.
La desnutrición también puede contribuir a la fragilidad y la pérdida de independencia. Los adultos mayores que están malnutridos pueden tener dificultades para realizar actividades diarias, como vestirse, cocinar o limpiar, lo que puede aumentar la necesidad de asistencia y disminuir su calidad de vida.
Algunos de los riesgos de la malnutrición en la tercera edad incluyen:
- Pérdida de masa muscular y fuerza, lo que puede llevar a una mayor fragilidad y caídas.
- Mayor riesgo de infecciones y enfermedades, debido a un sistema inmunológico debilitado.
- Mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y osteoporosis.
- Mayor riesgo de depresión y ansiedad, que pueden afectar la calidad de vida.
Nutrientes necesarios en la tercera edad
Las necesidades nutricionales cambian en la tercera edad debido a varios factores, incluyendo cambios en la composición corporal, disminución de la actividad física y cambios en el sistema digestivo.
En general, los adultos mayores necesitan menos calorías que las personas más jóvenes debido a una disminución en la tasa metabólica y una disminución en la masa muscular. Sin embargo, aún necesitan una dieta equilibrada que contenga todos los nutrientes necesarios para mantener una buena salud.
Los adultos mayores también pueden necesitar más proteínas en su dieta para mantener la masa muscular y la fuerza. La proteína también es importante para la salud ósea, la reparación de tejidos y la función inmunológica.
Además, los adultos mayores pueden necesitar más fibra para ayudar a prevenir el estreñimiento y otros problemas digestivos. También pueden necesitar más líquidos para mantener una hidratación adecuada, ya que el cuerpo pierde la capacidad de regular el equilibrio de agua y electrolitos a medida que envejece.
Alimentos importantes para la nutrición geriátrica
Dentro de una dieta equilibrada y variada, algunos de los alimentos más importantes para la nutrición geriátrica son:
- Frutas y verduras: ricas en vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. Se recomienda que los adultos mayores consuman al menos 5 porciones de frutas y verduras al día.
- Proteína: la carne, el pescado, los huevos, los lácteos y las legumbres son fuentes importantes de proteína. Los adultos mayores deben asegurarse de consumir suficiente proteína para mantener la masa muscular y la fuerza.
- Grasas saludables: las grasas saludables, como las que se encuentran en el aceite de oliva, el aguacate y los frutos secos, son importantes para la salud del corazón y el cerebro.
- Hidratos de carbono: los hidratos de carbono son una fuente importante de energía y se pueden encontrar en alimentos como el pan, los cereales y las patatas. Sin embargo, es importante elegir hidratos de carbono complejos, como los que se encuentran en los granos enteros, en lugar de hidratos de carbono refinados.
- Líquidos: los adultos mayores deben asegurarse de mantenerse bien hidratados bebiendo suficientes líquidos durante todo el día. El agua, las infusiones, los zumos naturales y la leche son excelentes opciones.
En conclusión, la nutrición geriátrica es esencial para el bienestar y la salud de los adultos mayores. Es importante consumir una dieta equilibrada y variada que contenga una amplia variedad de alimentos, y también es fundamental seguir consejos nutricionales específicos para esta etapa de la vida.
Si deseas profundizar sus conocimientos en nutrición geriátrica y aprender a proporcionar una atención nutricional adecuada a los adultos mayores, es recomendable realizar un curso de nutrición geriátrica. Un curso de este tipo puede proporcionar herramientas y estrategias útiles para mejorar la nutrición y la salud de los adultos mayores.