¿Por qué gruñen los perros?
Perro gruñendo
Foto: Bonsales en Shutterstock

¿Por qué gruñen los perros?

Oír a un perro gruñir puede ser realmente atemorizante. De hecho, el gruñido de los perros puede llegar a alertar de una agresión inminente. Puede ser un aviso de que puede atacar si sigue sintiéndose amenazado.

Por eso es muy importante saber interpretar estos gruñidos para actuar en consecuencia y evitar un ataque.

El gruñido de los perros es una forma de comunicación y, como tal, a través de él los perros envían un mensaje. Además de ser una alarma que indica que está llegando a su umbral de tolerancia, es una de las señales «inhibidoras» más potentes para frenar la agresividad.

Curiosamente, cuando un perro gruñe por amenaza, no quiere morder, quiere evitar el enfrentamiento, la huida o el ataque. Si un perro quiere morderte, no te gruñe, muerde sin previo aviso. Y ahí es donde muchos propietarios y adiestradores cometen el error de castigar el gruñido, cuando el perro en realidad quiere evitar morder o atacar. Como indicamos, el gruñido de los perros es una forma de manifestar diversos estados que le incomodan, como son el miedo, la posesión, la territorialidad y el dolor.

Motivos por los que gruñen los perros

Más allá de la agresividad, los perros pueden gruñir por causas emocionales, físicas y territoriales.

Miedo

Cuando los perros tienen miedo gruñen como forma de defensa. Gruñir es la forma de decirle a otro, humano o animal, que se aparte, que se vaya.

Posesión

Proteger sus cosas es otro motivo por el que los perros gruñen. Es su forma de proteger su comida o sus juguetes. Es su forma de decir que eso es suyo y que no tiene intención de dejar que nadie lo coja.

El gruñido «social» lo utilizan cuando juegan entre ellos o contigo. La emoción de la rivalidad por el calcetín o por el juguete, hace que gruñan, y mientras el juego no suba demasiado de tono, es totalmente inofensivo. La mayoría de perros que lo utilizan son precisamente los más sumisos (labradores o goldens).

Territorialidad

Los perros también gruñen (o realmente, ladran) para defender su territorio si piensan que alguien quiere invadirlo, especialmente si se trata de extraños u otros animales. Realmente no defiende territorio (espacio), defiende  los recursos que hay dentro del territorio.

Si nos fijamos, lo que en verdad está «defendiendo» es una frontera física (el vallado); sin barrera desaparece la conducta. En estos casos, el gruñido (o ladrido) es una forma de recordarle al otro que ese no es su sitio y que está dispuesto a protegerlo.

Dolor

El dolor y la enfermedad pueden provocar que un perro gruña, sobre todo cuando se ve sometido a manipulaciones en las que elementos extraños entran en contacto con su cuerpo o experimenta más dolor debido a pinchazos y otras acciones.

El perro puede terminar asociando determinados lugares, elementos y personas con dolor añadido y gruñir antes de nada. Este gruñido es su forma de decir que está dolorido y que no quiere que le hagan más daño. Las personas entendemos que ese dolor extra es necesario para superar la enfermedad o la lesión, pero los perros no.

Qué hacer ante un perro que gruñe

Lo primero que hay que hacer ante el gruñido de un perro es detenerse y dejar de hacer lo que se esté haciendo, sin hacer movimientos bruscos. A continuación es necesario evaluar y analizar la situación, intentando averiguar por qué gruñe el perro. Una vez que sabemos esto, es posible buscar otra manera de lograr nuestro objetivo o incluso averiguar cómo calmar al perro.

Si el perro gruñe con mucha frecuencia sería necesario analizar y evaluar los factores de estrés que hacen que el perro sienta esta necesidad de gruñir para intentar reducirlos. Esto es especialmente importante cuando se trata del factor miedo, o incluso la territorialidad ante extraños que no lo son para el dueño, pero sí para el perro.

No podemos olvidar que los ruidos también pueden ser un factor muy estresante para los perros. El estrés se va acumulando y cualquier estímulo puede desencadenar el gruñido.

Si queremos saber cuando un gruñido es peligroso, las encías lo indican. Cuantas más encías enseñan, más miedo hay, luego más eminente es la reacción del perro. Si no levanta los belfos cuando gruñe, es que está «jugando» o simplemente está utilizando un lenguaje más exigente para que le dejen tranquilo. Esto lo suelen hacer con los cachorros.

La mejor respuesta ante una gruñido de amenaza es «desconectar» del perro. Si el perro está delante, gira la cara hacia la derecha y muestra el lado izquierdo, ocultando tu lado derecho (donde se reflejan las emociones humanas) y ponte a hacer algo tan simple como hablar por el móvil o repasarte las uñas de las manos.

El perro entenderá que no quieres nada con él y que estás ocupado. Lo entenderá y se calmará, dejará de gruñir y te ofrecerá su mejilla derecha. Señal que indica que puedes seguir tu camino con calma y pasando del perro.

Según el protocolo social canino, es de «mala educación» morder a quien no te atiende. Lo respetan como si fuera un código de honor.

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