La piel, al estar en contacto con el exterior, permanentemente protegiendo al organismo, está continuamente sometida a agresiones que modifican su apariencia.
También los trastornos internos del individuo se van a manifestar en la piel por ser este un órgano muy relacionado con el resto del organismo. Teniendo esto en cuenta, en este artículo vamos a ver cuáles son las principales alteraciones estéticas de la piel.
La piel: fisiología y funciones
La piel es el revestimiento externo de nuestro organismo. Está formada por dos capas fundamentales: la dermis (la más profunda) y la epidermis (capa superficial).
La dermis es la capa más gruesa. Está formada por tejido conjuntivo elástico. En este tejido terminan los vasos sanguíneos, los linfáticos de la nutrición cutánea y también nervios periféricos de la sensibilidad superficial.
La epidermis, a pesar de ser mucho más fina, tiene cuatro capas para proteger la piel del exterior.
Las principales funciones de la piel incluyen:
- Proteger mecánicamente al cuerpo.
- Dispersar el exceso de calor interno a través de los procesos de eliminación del líquido sudoroso.
- Segregar el sudor para eliminar calor y desintoxicar al organismo de sustancias nocivas.
- Segregar sebo para impermeabilizar la piel.
Tipos de piel
Antes de planificar un tratamiento de medicina estética hay que saber cuál es el tipo de piel del paciente para poder abordar el objetivo que se quiera lograr, teniendo en cuenta los cuidados necesarios para saber cómo hay que llevar a cabo el procedimiento.
- Piel normal. La piel normal se caracteriza por tener un buen equilibrio: no tienen demasiada grasa ni están demasiado secas. Sin embargo, este tipo de piel también puede sufrir, de forma puntual, problemas de sequedad o de exceso de grasa.
- Piel seca. La piel seca se caracteriza por no tener tanto sebo como en el que se considera normal. Al no tener la cantidad suficiente de sebo, este tipo de piel estará más seco y no retendrá tanto la humedad. Debido a ello, aparecerán zonas más agrietadas o pequeñas escamitas de piel.
- Piel grasa. La piel grasa se caracteriza por tener exceso de sebo. Debido a ello, la piel grasa muestra los poros muy visibles y un exceso de brillo.
- Piel mixta. La piel mixta muestra diferentes tipos de piel según la zona que se analice.
Los productos para el cuidado de la piel deben seleccionarse teniendo en cuenta al tipo de piel. La determinación del tipo y su estado se realiza teniendo en cuenta los siguientes factores:
- Signos de envejecimiento
- Color y fototipo
- Producción de sebo y sudor
- Sensibilidad
- Factores hidratantes naturales
- Alteraciones de la piel
Alteraciones y enfermedades de la piel
La piel es el órgano de nuestro cuerpo que sufre mayor número y variedad de alteraciones. La predisposición a sufrir estas alteración varía de unos individuos a otros y en un mismo individuo hay zonas cutáneas más susceptibles de alterarse que otras.
En cualquier caso, estas alteraciones van a afectar a las diferentes estructuras del órgano cutáneo.
A las enfermedades de la piel se les denomina dermatosis. El estudio de la patología de la piel y su tratamiento constituye una especialidad médica denominada dermatología.
Sin embargo, la especialista en estética debe tener conocimiento de las principales dermatosis y anormalidades de la piel con las que se puede encontrar, para evitar agravar las lesiones de las mismas durante los tratamientos estéticos, pudiendo colaborar incluso con el dermatólogo en los tratamientos de ciertas alteraciones benignas y no infecciosas.
Principales patologías de la piel
Entre las principales patologías que puede sufrir la piel y que resultan de interés para el auxiliar de medicina estética destacan las siguientes:
- Dermatitis. Incluye de forma genérica todas las inflamaciones de la piel.
- Urticaria. Es un dermatitis con picor y aparición de habones.
- Acné. Es la lesión elemental es el comedón. Consiste en la acumulación de materia sebácea que, al obstruir el conducto de una glándula, principalmente sebácea, se infecta.)
- Quiste sebáceo. Es un acumulo de sebo localizado.
- Efelides. Conocidas coloquialmente como pecas.
- Herpes. Es una lesión de la piel que pasa por varias fases hasta formar una costra.
- Folicolitis. Es una inflamación del folículo piloso.
- Eccema. Es una intolerancia alérgica de la piel hacia ciertos estímulos internos y externos.
- Soriasis. Son manchas rojas recubiertas de escamas blancas.
- Verrugas. Se trata de una lesión epidérmica excrecente de origen vírico.
- Dermatomicosis. Es un enfermedad de la piel causada por hongos.
- Piodermitis. Es un proceso inflamatorio de la piel.
- Tumores de la piel.
Las alteraciones cutáneas se manifiestan de diferente forma, de modo que pueden presentarse una gran variedad de lesiones:
- Abscesos. Es una acumulación de pus situado en la zona profunda de la piel teniendo tendencia a abrirse al exterior.
- Ampolla. Es una prominencia circunscrita de la epidermis constituida por una cavidad llena de líquido seroso y con forma redondeada u ovalada.
- Cicatriz. Consiste en tejido que se forma tras una lesión de la piel al reparase los tegumentos, en su base tiene por lo general tejido fibroso más o menos abundante.
- Comedón. Es un grano sebáceo conteniendo en su interior un filamento seborreico endurecido. Presenta al exterior un punto negro en el vértice del folículo constituido por un tapón de queratina.
- Costra. Consiste en una masa sólida adherida a la piel y que acaba desprendiéndose, resultante de la coagulación de la sangre sobre una herida
- Escama. Es una laminilla córnea que se desprende de la epidermis formada por agrupaciones de células querantinizadas.
- Excoriación. Consiste en una erosión epidérmica producida por efecto de un roce o rascado que elimina el epitelio.
- Fístula. Es una abertura ulcerada por la que se expulsa pus. Suele ser la forma en que se evacuan abscesos.
- Fisura. Es una agrietamiento lineal de la piel.
- Flemón. Es una inflamación aguda del tejido conjuntivo con tendencia a la formación de pus.
- Liquenificación. Se trata de una lesión en placa con la piel espesada, inflamada y de color rojizo, de superficie y descamativa, acompañada de picor.
- Mácula. Es una mancha producida por un cambio de color en la piel de naturaleza vascular o pigmentaria.
- Nevo. Se trata de una neoformación circunscrita de tipo benigno inicialmente, en forma de mancha o tumor que se origina a partir de células embrionarias (nevocitos) localizadas en la piel.
- Nódulo. Es una concreción sólida de pequeño tamaño originada por un infiltrado y que se localiza en la dermis e hipodermis.
- Pústula. Es una formación vesicular producida por la acumulación de pus en la epidermis, transparentándose en la superficie de la misma su contenido purulento.
- Roncha o habón. Es una lesión de consistencia elástica que aparece y desaparece rápidamente. Se debe a un edema localizado en la dermis causado por ciertas sustancias químicas como el veneno de insectos, etc.
- Pápula. Es una lesión sólida de color rojizo generalmente elevada del plano superficial de la piel. Su dimensión no supera el tamaño de una lenteja.
- Queloide. Se trata de una elevación de la piel de coloración variada, de consistencia dura, firma y elástica con gran cantidad de tejido fibroso en su base. Una de sus causas es la hipertrofia de una cicatriz.
- Quiste. Es una cavidad de forma globular, rodeada de pared membranosa propia, que contiene en su interior materiales líquidos semifluidos alterados, generalmente de tipo graso.
- Tumor. Se trata de una neoformación abultada de aspecto variable que se origina anormalmente y suele persistir indefinidamente.
- Úlcera. Es la destrucción de la piel más o menos profunda con gran pérdida de sustancia, de color rojo violáceo, y con gran posibilidad de servir como foco infeccioso.
- Vesícula. Es una lesión elevada de la epidermis de contenido líquido de tamaño inferior a medio centímetro.
Tratamientos
Antes las diferentes patologías de la piel se puede actuar de varias formas, de forma individual o combinada. Em las diferentes formas de actuación destacan las siguientes:
- Acción tópica. Implica la aplicación externamente pomadas, cremas y lociones, entre otros producto. Con este tipo de tratamiento se pueden tratar picores, infecciones, inflamaciones o alergias.
- Acción interna. Implica la administración de medicamentos que combaten la enfermedad que ataca la piel.
- Cirugía. Para la extirpación de tumores o con propósitos reparadores y estéticos.
Factores causantes de las alteraciones cutáneas
Los factores causantes de las alteraciones cutáneas podemos agruparlos en intrínsecos y factores extrínsecos.
Factores intrínsecos
Los factores intrínsecos son los inherentes al propio individuo. No están bien delimitados, y en la mayoría de las ocasiones son una mezcla de varios factores los que causan una alteración. Entre ellos podemos destacar los siguientes:
- Desequilibrios hormonales. Alteran el metabolismo de la piel, como el acné, la hipertricosis, etc.
- Trastornos nerviosos: La piel es un órgano muy relacionado con el sistema nervioso, tanto por su origen embrionario como por las múltiples terminaciones nerviosas existentes en ella. Por ello las alteraciones psicológicas se van a manifestar a menudo como alteraciones cutáneas. Entre las alteraciones en las que intervienen factores nerviosos están la neurodermitis, los dermografismos, las secreciones excesivas, etc.
- La herencia genética. Algunas de las alteraciones se presentan con mayor frecuencia en un grupo de individuos, existe una predisposición clara a padecerlas si se pertenece a una familia o raza determinada. Así por ejemplo las pecas o efélides aparecen con mayor frecuencia en los nórdicos. También existen factores hereditarios dependiendo del género.
- Edad. Con el desarrollo, a lo largo de nuestra vida, la piel se va transformando.
- Alimentación. La nutrición inadecuada es causa a la larga de trastornos digestivos y metabólicos que se pueden manifestar en la piel, haciendo que esta pierda su aspecto saludable.
Factores extrínsecos
Los factores extrínsecos son los que proceden del ambiente externo que nos rodea. El que puedan causar alteración dependerá de la intensidad del agente, de la exposición de las zonas cutáneas al mismo y de la predisposición particular del individuo. Atendiendo a su origen los podemos clasificar en:
- Factores mecánicos, como traumatismos, desgarros, roces, presiones, pueden ser causa de hematomas, heridas, cicatrices, callosidades, etc.
- Factores físicos, como el frío, el calor, la humedad, etc.
- Factores químicos, como los detergentes, algunos medicamentos, ciertos productos cosméticos, etc.
- Factores biológicos, como algunos microorganismos.