María Espinosa, quiromasaje y osteopatía en Murcia
María Espinosa

María Espinosa, quiromasaje y osteopatía en Murcia

Por las aulas de CIM Formación han pasado todo tipo de personas. Algunas de ellas buscaban cumplir con su vocación, otras dar un giro a su vida, simplemente aprender o mejorar sus conocimientos sobre alguna materia en concreto. Son muchas las que han dado un vuelco su vida tras pasar por nuestras aulas y ahora son un ejemplo que nos enorgullece destacar.

Todos estos son casos de éxito que, a partir de ahora, vamos a empezar a comunicar. Os vamos a contar más casos similares, en los que alumnos y alumnas de CIM consiguen alcanzar su objetivo, superando dificultades, procesos de selección y crisis económicas.

Nuestra primera historia es la de María Espinosa. Ella es de Molina del Segura, en Murcia. Se matriculó en CIM Formación en el año 2014, poco después de terminar la carrera de Comunicación Audiovisual. No tenía trabajo, así que buscó en Internet y, según cuenta, lo primero que le salió fue CIM. Por aquel entonces, nuestra escuela acaba de abrir en Murcia. María fue una de nuestras primeras alumnas, así que le tenemos especial cariño.

María Espinosa

Ahora, 8 años después, María es quiromasajista y osteópata. Nuestras instalaciones, como María, también han cambiado y ella ha podido ver todo el proceso, porque nunca ha dejado de estudiar y ha hecho con nosotros unos cuantos cursos de especialización, drenaje linfático manual, auriculoterapia y reflexología podal, entre otros.

¿Cómo empezó a trabajar?

En cuanto terminó el curso de quiromasaje, María cogió la camilla que le regalamos al empezar el curso y se empezó a hacer masajes a domicilio. Evidentemente, no todo es tan fácil como sacar la camilla y esperar que lleguen los clientes. Cuenta que consiguió sus primeros clientes a través del fútbol, deporte al que ha jugado durante toda su vida. Pero luego fueron llegando otros gracias al boca a boca. Lo repite varias veces e insiste que el boca a boca le ha funcionado mejor que cualquiera campaña de publicidad que pudiese haber hecho.

Pasaron unos meses y poco después de empezar con los masajes a domicilio encontró un hueco en el gabinete de estética de un familiar. No era algo fijo, pero le sirvió para seguir ganando confianza y experiencia, y recoger más clientes. Lamentablemente, el local cerró y tuvo que buscar una alternativa nuevamente.

Empezó a buscar un local donde poder ubicarse para consolidar su negocio. Pronto apareció la suerte y una nueva oportunidad. Encontró un local pequeño en el centro de Murcia, donde hasta entonces había un gabinete de psicología. Era perfecto, pequeño, no tenía que hacer obras y estaba listo para entrar.

Se quedó con el local, lo preparó para recibir visitas y se aseguró de tenerlo todo atado. Sacó un seguro de responsabilidad civil y se asoció a Cofenat.

Todo parecía ir bien hasta que llegó la Covid-19. La pandemia obligó a cerrarlo todo. Otras profesiones pudieron continuar, pero las terapias manuales desaparecieron. Fueron meses sin trabajar y a la gente le costó mucho volver a confiar. Durante meses no pudo ejercer, pero pudo aguantar gracias a las ayudas estatales y a que la dueña del local la eximió del pago del alquiler durante los peores meses de la pandemia.

María cuenta que cuando las cosas fueron mejorando, algunos clientes seguían con miedo, así que empezó a ir a las casas a petición de sus clientes, porque se sentían más cómodos. Actualmente sigue compaginando esas visitas a domicilio con masajes en su local de la calle Villaleal.

¿Qué clientes atiende?

Al preguntarle acerca del tipo de clientela que pasa por sus manos, la respuesta es muy clara y no necesita pensarla. María atiende, sobre todo a personas mayores, a quienes aplica técnicas para activar y mover la musculatura; y a personas de mediana edad que practican deporte, a quienes aplica maniobras de descarga y relajación de la musculatura.

Además de terapeuta manual, los fines de semana María trabaja como fotógrafa en bodas, comuniones y bautizos. Y ahora ha empezado a estudiar el ciclo de FP de Técnico Superior en Dietética.

Sobre las dificultades que ha encontrado durante el proceso para convertirse en quiromasaje, dice que lo más complicado ha sido cumplir con la legislación. Asegura que algunas compañeras de formación no se han atrevido a dar el salto porque les cuesta entender qué deben hacer para darse de alta como trabajadoras autónomas.

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