La cosmetología es una parte importante dentro del estudio de la estética. Concretamente, la cosmetología es la ciencia que apunta hacia el embellecimiento del cuerpo y la salud de la piel y comprende el estudio y la aplicación de tratamientos de belleza, que incluyen peinado, cuidado de la piel, cosméticos, manicuras/pedicuras y depilación permanente o no permanente.
El Real Decreto de abril/1988 para la Reglamentación Técnico-Sanitaria de los productos cosméticos considera producto cosmético: “Toda sustancia o preparado destinado a ser puesto en contacto con las diversas partes superficiales del cuerpo humano (epidermis, sistema capilar y piloso, labios, uñas, órganos genitales externos, o con los dientes y mucosas de la cavidad bucal), con el fin exclusivo o propósito principal de limpiarlas, perfumarlas o protegerlas para mantenerlas en buen estado, modificar su aspecto y corregir los olores corporales”.
Teniendo en cuenta la definición anterior, podemos decir que las funciones más importantes que cumplen los cosméticos se pueden extraer de la definición anterior y se clasifican en:
- Limpieza o higiene del cuerpo humano.
- La protección para evitar, sobre todo que el medio ambiente altere el aspecto de la piel.
- Los cuidados estéticos para modificar o mantener un aspecto agradable.
- El perfumado para corregir los olores.
Características farmacológicas de los cosméticos
Un cosmético está formado por principios fundamentales o sustancias activas y por excipientes o vehículos. Estos componentes pueden estar incluidos en su totalidad o solo una parte de ellos.
Principios fundamentales
Los principios fundamentales son los componentes del cosmético cuya actividad farmacológica define su función. Son principios fundamentales o sustancias activas de los preparados para los cuidados estéticos los colorantes de los maquillajes, las barras de labios y lacas de uñas, las vitaminas que se incluyen en ciertos cosméticos de tratamiento y las sustancias detergentes de una emulsión limpiadora, entre otros.
Excipientes
El excipiente o vehículo dermatológico es aquel componente del cosmético en el cual se incluyen el resto de los componentes excepto las sustancias activas. Su función es ayudar a ejercer la acción del cosmético sobre la zona de aplicación, donde llevan todos los componentes de una forma útil y agradable.
El excipiente debe elegirse con atención y debe reunir el máximo de condiciones que se requieren en un excipiente ideal. Esto se debe a que la mayoría de los cosméticos no llevan principios activos y es el vehículo el que realiza la acción del cosmético.
El uso continuado de cosméticos durante largo tiempo, e incluso a veces con varias aplicaciones diarias, obliga a adecuar la fórmula para evitar efectos secundarios desagradables. Por este motivo, en la actualidad, las investigaciones sobre cosméticos van dirigidas principalmente al estudio y búsqueda de un excipiente ideal.
Cuando se mezclan los componentes del vehículo estos pueden formar una o varias fases por lo que se pueden clasificar en:
- Sistema monofásico: Como su nombre indica solo tiene una fase. Generalmente son los líquidos en los que se disuelve perfectamente un sólido, de tal forma que su aspecto es de una sola fase. Ejemplo: Soluciones alcohólicas, aguas aromáticas, etc.
- Sistema polifásico: Se forma más de una fase. Puede ser una mezcla de una fase líquida y otra sólida: suspensiones, o bien de dos fases líquidas: emulsiones.
- Suspensiones: La fase dispersa está constituida por partículas sólidas, insolubles, que generalmente son pigmentos y polvos. Como ejemplo de suspensiones en los preparados cosméticos tenemos: los lápices o barras para los labios, dentífricos, coloretes… Se denominan suspensiones coloidales aquellas en que la fase dispersa es hidrófila (absorbe el agua con gran facilidad) y la fase dispersante es el agua.
Emulsiones
Las emulsiones son sistemas bifásicos constituidos por mezclas de dos líquidos no miscibles, donde uno está disperso en el otro en forma de pequeñas gotas. De este modo se forma la fase dispersa y la fase dispersante. Para que ambas partes o se separen, se necesita la presencia de un emulsionante o emulgente.
Las emulsiones pueden ser naturales como la leche, o artificiales como las cremas y leches de belleza.
Componente de una emulsión
Una emulsión consta principalmente de tres partes: fase acuosa, fase oleosa o grasa y emulsionante.
Fase acuosa
En la fase acuosa se incluyen todos los productos solubles en agua (hidrosolubles). Se emplean sobre todo sustancias con gran poder de humectación sobre la piel, como los polialcoholes: glicoles, glicerina y sorbitol.
Otro componente importante de la fase acuosa es el agua que para su empleo en cosmética debe estar esterilizada y no debe contener electrólitos ni restos de ciertos minerales pesados. Generalmente se utiliza el agua destilada que no contiene metales pesados ni materia orgánica o bien el agua desionizada o desmineralizada, parecida a la anterior, pero con materia orgánica que tiene el inconveniente de aumentar las posibilidades de contaminación.
Fase grasa
La fase grasa está formada por todos los productos solubles en grasas (liposolubles).
La fase grasa u oleosa puede estar constituida por:
- Grasas minerales. Son hidrocarburos que se obtienen, generalmente, por destilación del petróleo. Entre ellas se puede citar:
- Vaselinas purificadas.
- Parafinas.
- Aceites de vaselina y parafina.
- Ceras minerales: Ozoqueritas.
- Emulsionante o emulgente
- Grasas animales, entre las que destacan las siguientes:
- Lanolina o grasa de la lana: se obtiene de la lana de carnero y está constituida por ésteres de ácidos grasos y colesterol.
- Ácido esteárico: se obtiene por saponificación de las grasas animales.
- Cera de abejas: se obtiene refinando la cera de los panales de las abejas.
- Aceites animales: esperma de ballena, aceite de visón, de tortuga, etc.
- Grasas vegetales, entre los que sobresalen:
- Aceites: los más empleados son los de oliva, almendras dulces, cacahuete, aguacate, etc.
- Ceras: las más empleadas son las de carnauba y candelilla.
Las grasas animales y vegetales son absorbidas con cierta facilidad por la epidermis al contrario de las grasas minerales que tienen una acción externa exclusivamente, formando una especie de película.