Los recuerdos o adquisición de información en los perros, constituyen la memoria y se archivan al parecer en la glándula pineal, una minúscula glándula en forma de piña, aislada, situada debajo y en el centro del cerebro medio, oculta por los hemisferios cerebrales. Es una especie de superordenador, al que le llega todo a través del nervio simpático y desde el que todo parte.
Este órgano enigmático en el que los antiguos situaban la sede del alma y las estructuras nerviosas vinculadas con él, parecen ser los vestigios de un par de ojos que desempeñaban un papel funcional en los primeros vertebrados.
Esta glándula pineal ha cambiado de función y evolucionado en los mamíferos actuales. Posee dos hormonas, que por un proceso muy complejo, regulan tanto los ciclos reproductivos como la totalidad de las actividades del animal.
Un electroencefalograma revela que durante el período de los sueños, en la fase paradójica, el cerebro trabaja organizando conceptos y sobre todo “descartando” mucha información que de forma consciente e inconsciente recopila la mente y que no sirve para nada, mientras que el perro carece de tono muscular y es insensible a los estímulos exteriores.
La memoria y el aprendizaje
El Dr. en Psicología Stanley Coren dice que la memoria está relacionada con las distintas dimensiones del aprendizaje y difieren en su corta y larga duración. Se empieza por la “memoria a corto plazo” y si el perro puede retenerla durante más de cinco minutos, entonces pasa a “largo plazo”.
Coren medía la retención de memoria con sus perros con el siguiente ejercicio:
- Primero condicionaba al perro a que comiera en un punto, con una señal.
- Luego mantener al perro detrás de una reja para que no pueda acceder al punto, pero darle la señal igualmente.
- El tiempo que tarde en perder interés es igual al de la retención de memoria. Descubrió que cada perro tiene un tiempo distinto, y hay que tener eso en cuanta a la hora de enseñar.
Según Rom Harré, catedrático de Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Oxford, y Roger Lamb, investigador de Psicología Experimental en la misma Universidad, opinan que la memoria es la retención de una nueva percepción o conducta adquirida durante el curso de la vida del animal y no por retención de las conductas innatas. La memoria implica aprendizaje, almacenamiento y retención de información.
El aprendizaje del animal no es perfecto, pues no retiene todo lo aprendido, porque los recuerdos simplemente se borran con el tiempo si la conducta en cuestión no se practica y porque otros nuevos ocupan su lugar.
Los psicólogos reconocen tres tipos de memoria:
- La memoria de corto plazo, que dura unos minutos,
- la inmediata y
- la larga.
Los animales parecen tener memoria corta deficiente para cierto tipo de prueba, pero buenas para otros. Son aptos para encontrar huesos escondidos en el campo, pero su rendimiento es pobre cuando son sometidos al mismo tipo de prueba en condiciones de laboratorio. Una vez que un animal ha dominado un problema de laboratorio, puede recordarlo durante muchos meses. Algunos psicólogos estiman que el organismo joven se olvida con más facilidad, porque está expuesto a estímulos nuevos en virtud de su relativa inexperiencia…”
Dr. León F Whitney añade que el perro puede conservar una imagen solo escasas horas. Las siguientes horas van alejando sus recuerdos cada vez más hasta olvidarlo.
Es probable que estos animales sean incapaces de recordar y de reflexionar acerca de su amo cuando este se halla ausente. Sin embargo, son capaces de conocerle por sus movimientos, en la distancia, o por medio de determinadas asociaciones. Los perros recuerdan los olores mucho mejor que la apariencia.
Los perros tienen memoria episódica
Las personas tienen una capacidad notable para recordar y recordar eventos del pasado, incluso cuando esos eventos no tenían ninguna importancia particular en el momento en que ocurrieron. Un estudio publicado en la revista Current Biology en 2016 muestra que los perros tienen evidencia de que los perros también tienen ese tipo de «memoria episódica».
El estudio demostró que los perros pueden recordar las acciones complejas de una persona incluso cuando no esperan que se les evalúe la memoria. Los resultados de este estudio, según los investigadores, pueden considerarse como un paso más para romper las barreras erigidas artificialmente entre los animales no humanos y los humanos, ya que los perros se encuentran entre las pocas especies que la gente considera ‘inteligentes’ y, sin embargo, «nos sorprende cada vez que un estudio revela que los perros y sus dueños pueden compartir algunas habilidades mentales a pesar de nuestra relación evolutiva distante
La evidencia de que los animales no humanos usan la memoria epis1ódica ha sido difícil de conseguir porque no se puede simplemente preguntarle a un perro qué recuerda. En este estudio, los investigadores aprovecharon un truco llamado «Do as I Do» (haz lo que yo hago). Los perros entrenados para «Hacer lo que yo hago» pueden observar a una persona realizar una acción y luego hacerla ellos mismos. Por ejemplo, si su dueño salta en el aire y luego dice «¡Hazlo!» -o un comando similar- el perro también saltaría en el aire.
El hecho de que los perros puedan ser entrenados de esta manera por sí solo no fue suficiente para demostrar la memoria episódica. Esto se debe a que era necesario demostrar que los perros recuerdan lo que acaban de ver hacer a una persona, incluso cuando no esperaban que se les preguntara o recompensara.
Para solucionar este problema, los investigadores entrenaron primero a 17 perros para que imitaran las acciones humanas con el método de entrenamiento «Do as I Do». A continuación, hicieron otra ronda de entrenamiento en la que se entrenaba a los perros para que se tumbaran después de observar la acción humana, sin importar cuál fuera.
Después de que los perros aprendieron a acostarse de manera confiable, los investigadores los sorprendieron diciendo «Hazlo» y los perros lo hicieron. En otras palabras, los perros recordaron lo que habían visto hacer a la persona a pesar de que no tenían ninguna razón en particular para pensar que necesitarían recordar. Mostraron una memoria episódica.
Los perros se probaron de esa manera después de un minuto y después de una hora. Los resultados muestran que fueron capaces de recordar las acciones demostradas después de intervalos de tiempo tanto cortos como largos. Sin embargo, su memoria se desvaneció un poco con el tiempo.
No sólo los perros
Los investigadores dicen que lo más probable es que el mismo enfoque se pueda utilizar y adaptar en una amplia gama de especies animales, para comprender mejor cómo las mentes de los animales procesan sus propias acciones y las de los que los rodean.
Según opinión de los investigadores, desde una perspectiva evolutiva amplia, esto implica que la memoria episódica no es única y no evolucionó solo en primates, sino que es una habilidad más extendida en el reino animal. «Sugerimos que los perros pueden proporcionar un buen modelo para estudiar la complejidad de la memoria episódica en un entorno natural, especialmente porque esta especie tiene la ventaja evolutiva y de desarrollo para vivir en grupos sociales humanos», dicen.
Lo interesante de esto para todos los dueños de perros es que sus perros están prestando atención y lo recordarán.