El embarazo psicológico en perras
Perra con embarazo psicológico
Foto: Josh Hild en Unsplash

El embarazo psicológico en perras

La pseudogestación, también conocida como embarazo falso, pseudociesis o popularmente como embarazo psicológico, es una condición fisiológica que puede desarrollarse en varias especies, incluidos los perros. Ocurre como consecuencia de una alteración hormonal después del celo y tiene una alta incidencia entre las hembras que no han sido esterilizadas.

El embarazo psicológico en perras o pseudoembarazo se presenta en casi un 60% de las perras no esterilizadas. Realmente no se trata de una enfermedad al uso, sino que se  clasifica como un desajuste hormonal posterior al celo.

Se trata de un desajuste de un instinto que permanece activo en los cánidos que viven en manada, como los lobos. De esta manera, el grupo se asegura de que aunque las hembras no sean fecundadas, participen de manera eficaz y efectiva en la crianza de los cachorros y si su madre sufre un desgraciado accidente durante la caza, la cría será “adoptada” y sacada adelante por otra hembra del grupo.

Como consecuencia, es posible comenzar a notar alteraciones en el comportamiento de la perra y cambios corporales de la gestación, a las seis semanas del celo. En estos casos, es conveniente llevar al animal a una consulta veterinaria, para confirmar que no se trata de una gestación real.

Los síntomas de un embarazo psicológico en las perras incluyen aumento de senos, producción de leche y abdomen inflado, como sucedería en un embarazo normal. Por tanto, la clave está en atender los síntomas psicológicos y conductuales, que van desde el nerviosismo, la inquietud y la tristeza, hasta tratar sus juguetes como si fuera su cachorro, crear un nido, negarse a salir a pasear o perder el apetito. Por lo general, estos signos desaparecen en unos 10 días y la perra vuelve a su estado natural, lo que no significa que no debas acudir al veterinario ante la menor señal de alarma.

En qué consiste el embarazo psicológico

La sintomatología del embarazo psicológico en perras o pseudoembarazo suele producirse unos dos meses después del celo (ciclo estral) en la fase denominada diestro. Actualmente se desconoce la causa que hace que en unas perras esta fase presente unas manifestaciones llamativas y en otras no.

Algunos de los signos y síntomas que observamos son:

  • Intranquilidad.
  • Irritabilidad.
  • Pérdida de apetito.
  • Ganancia de peso.
  • Aumento de las mamas y hasta puede darse una secreción acuosa y/o sanguinolenta semejante a la leche.
  • Cambios en su comportamiento habitual.
  • En casos muy extremos pueden presentarse hasta contracciones uterinas similares a las de los partos.

Si en esta fase realizamos una analítica hormonal, los niveles de prolactina estarán por las nubes. Esta elevación es la responsable de la mayoría de los síntomas.

Las consecuencias físicas para nuestra amiga perruna no suelen ser importantes. La más destacable suele ser la mastitis, que es la inflamación e infección de las mamas por acúmulo de fluidos. Actualmente se están realizando estudios sobre la posible relación entre la prolactina, la mastitis y el cáncer de mama sin resultados concluyentes.

Cómo actuar

Uno de los problemas más delicados en los casos de pseudogestación en las perras es la producción excesiva de leche o líquido seroso. Si surge esta condición, es necesario evitar en la medida de lo posible que el animal se lama los pechos, ya que comenzará a sacar leche, hecho que ayuda a que los pechos se vuelvan a llenar de leche.

En estos casos, el tratamiento que realiza el veterinario incluye la prescripción de un grupo de medicamentos específicos denominados antiprolactina, que actúan disminuyendo la hormona prolactina.

Por otro lado, las perras en esta situación necesitan estar distraídas, por lo que es muy importante realizar cualquier actividad que logre distraer al animal, como sacarlo a pasear o aumentar la frecuencia de ejercicio físico.

Durante el desarrollo de estas actividades, también es conveniente retirar al perro aquellos objetos del entorno que decidió adoptar como cachorros. Esto es importante, ya que te permitirá distraer tu mente y disminuir la producción de hormonas típicas de la pseudogestación.

Si comenzamos a observar comportamientos extraños en la mascota, lo primero que descartaremos es que sea un embarazo real. Una vez diagnosticado el embarazo psicológico procederemos a evitar las conductas maternales: nada de “adoptar” muñecos, ni acumular ropas en forma de nido, e impediremos, de manera radical, la autoestimulación de las mamas mediante sus propios lamidos (si fuese necesario le pondremos un collar isabelino para obstaculizarlo).

Suele ser recomendable aumentar durante estos días el ejercicio físico, para que le sirva de distracción. Y aumentaremos la ración de carantoñas y mimos, pues su sensibilidad está a flor de piel.

Normalmente, esos comportamientos erráticos desaparecen a las dos o tres semanas de su inicio. Si no fuese así, el veterinario prescribirá el tratamiento medicamentoso adecuado, como por ejemplo antiprolactínicos y/o ansiolíticos, si así lo considera.

Actualmente no existe otra manera de erradicar esta situación que la castración quirúrgica de la perra afectada. Los profesionales de la asistencia veterinaria podemos formar e informar, pero, nunca coaccionar. La última decisión siempre será del dueño del animal.

Complicaciones asociadas con la pseudogestación

La mastitis es uno de los principales problemas asociados con la pseudogestación y se debe tener el cuidado necesario para evitar esta condición. Consiste en una inflamación de las glándulas mamarias, que puede ocurrir con o sin infección en una o varias glándulas, y cuyo grado de afectación en el animal es variable.

Si es necesario y dependiendo del estado del perro, el especialista hará el diagnóstico adecuado mediante análisis de sangre, donde los leucocitos indicarán si hay inflamación. En función de eso determinará el tratamiento adecuado. Este comienza normalmente con medicamentos, pero que en determinadas ocasiones puede incluir cirugía.

Otro de los estudios que puede realizar el veterinario para un diagnóstico adecuado es un cultivo microbiológico de la leche que está produciendo el animal. Además, puede solicitar una ecografía de las glándulas mamarias. Estos estudios ayudarán a dar un diagnóstico seguro.

Además de la mastitis, otra complicación asociada con la pseudogestación es la piometra, una infección del útero causada por la acumulación de bacterias en el cuello uterino.

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