Como era de esperar de la increíble diversidad de colores y diseños exhibidos en más de 9000 especies de aves en el mundo, los pájaros son capaces de discriminar una mayor variedad de colores que los seres humanos y algunas aves también ven la gama de los ultravioletas.
La coloración del plumaje de un ave se forma de dos maneras diferentes, ya sea por la acumulación de pigmentos como por la refracción de la luz causada por la estructura de las propias plumas. El color verde de algunos loros es el resultado de pigmentos amarillos que se sobreponen a la característica de reflejar el color azul de sus plumas.
Los pigmentos de las aves
Los pigmentos son sustancias de color que se obtienen por herencia, a partir de la dieta de cada especie o, en algún caso, pueden ser producto de baños (por ejemplo de barro). Principalmente se encuentran en los alimentos tanto de origen vegetal como animal y la coloración obtenida por los pigmentos es independiente de la estructura de la pluma.
Hay tres grupos de pigmentos:
- Las melaninas pueden producir colores que van desde el negro a los marrones rojizos y amarillos pálidos y ocres. Las manchas negras suelen indicar dominancia y agresividad cuando el pájaro deba defenderse.
- Los carotenoides son producidos por las plantas y se adquieren por el consumo de vegetales o bien insectos (orugas por ejemplo) que se alimenten de dichos vegetales. Son los pigmentos responsables del amarillo brillante y anaranjados que delatan la capacidad de encontrar alimentos.
- Las porfirinas son producidas por la modificación de aminoácidos y aunque químicamente difieren entre sí poseen un rasgo común: emiten fluorescencia de color rojo brillante cuando se exponen a la luz ultravioleta. Producen una gama de colores que incluye rosas, marrones, rojos y verde brillante. Se encuentran en lechuzas, palomas y gallináceas.
Los colores debidos a la estructura de las plumas amplían la gama producida por los pigmentos. El ejemplo más conocido son las plumas de la garganta de muchas especies de pájaros (colibríes) en que éstas son iridiscentes como resultado de la refracción de la luz incidente en la estructura microscópica de las plumas, del mismo modo que la luz se dispersa al atravesar un prisma.
En ciertos ángulos, poca o ninguna luz se refleja hacia el espectador y el plumaje se ve negro pero a medida que cambia el ángulo de visión, la luz refractada se hace visible con colores brillantes.
No todos los colores debidos a la estructura microscópica de las plumas proporcionan tonos irisados. Las minúsculas bolsas de aire atrapadas en las barbas de las plumas pueden dispersar la luz produciendo colores azules no irisados (como el azul del arrendajo).
Las estructuras de las plumas de muchas especies también reflejan la luz en el rango ultravioleta. Algunas aves pueden ver en el rango ultravioleta por lo que pueden parecer muy diferentes de cómo las percibimos nosotros.
Esta forma de comunicación secreta entre las aves cantoras evita la detección por parte de sus depredadores mamíferos, incapaces de ver en la banda de los ultravioletas y en menor medida, por parte de las aves depredadoras, que anunque son capaces de ver la luz ultravioleta no poseen el mismo patron de conos receptores en su retina que las paseriformes (cantoras) por lo que las aves deprepadoras no son tan buenas en discriminar los colores en el rango de los ultravioletas.
Variaciones de color
Las variaciones en el plumaje se pueden basar en el sexo del ave, su edad, o los cambios estacionales causados por la muda. El proceso de muda puede ser muy obvio o difícil de detectar, dependiendo de la especie y su patrón de plumaje.
Las aves jóvenes pasan a través de uno o más plumajes subadultos antes de alcanzar el plumaje adulto completo, conocido como plumaje definitivo. El número de años requeridos para una especie en alcanzar su plumaje definitivo varía ampliamente. Muchos pájaros llegan al plumaje adulto después de un año. Algunas gaviotas tardan hasta cuatro años en alcanzarlo, y algunas águilas pueden necesitar hasta cinco.
En las aves adultas, el caso más simple es que tanto machos y hembras se parezcan y conserven su plumaje definitivo durante todo el año. El arrendajo entra en esta categoría. Las aves con este patrón de plumaje no cambiante, las nuevas plumas tienen la misma coloración y patrón del plumaje anterior.
Algunas aves adultas (por lo general los machos) exhiben un plumaje de colores brillantes en la primavera, que se sustituye por colores más apagados durante la muda post-anidación. El jilguero es un buen ejemplo de este patrón plumaje con variación estacional. En su plumaje básico el jilguero macho es similar en apariencia a la hembra.
Existe el tercer caso en que los machos y las hembras adultos de algunas especies tienen plumajes tan diferentes que sería fácil pensar que fueran dos especies diferentes. El canario mariposa es un buen ejemplo de ellos. En muchas especies que exhiben fuerte dimorfismo sexual, los machos jóvenes se parecen a las hembras hasta que tienen uno o dos años de edad.
La seducción de las plumas coloridas
En el mundo de los lúganos el negro es sinónimo de dominancia. No es una simple convención, si no que tiene una explicación biológica: se debe a la melanina. Para sintetizarla hace falta testosterona, por ello los pájaros con una mancha negra más grande tienen niveles més altos de esta hormona y son más agresivos.
¿Los más respetados son los más ligones? No siempre. Sólo pasa en especies con este tipo de plumaje y que además son muy territoriales. En realidad la mayoría de hembras prefieren machos que demuestran que son capaces de encontrar más alimento porque nutrirán mejor a sus crías.
Los pájaros más seductores
Rojo, naranja y amarillo son los colores que gastan los más seductores. “Indican que es muy espabilado a la hora de obtener alimento. Son más rápidos para solucionar problemas y encontrar comida, y por ello a la hembra le interesa como pareja”, concluye Senar.
Los estudios con estos colores se han hecho con carboneros. “Son colores basados en el consumo de carotenoides. Son pigmentos vegetales que no sintetizan ni ellos ni los humanos, se obtienen de las plantas que consumen”, apunta Senar. Por lo tanto, los pájaros que comen más vegetales y además más variados, son los que lucen mejores colores.
«Los pájaros que han ingerido muchos también son los más fuertes, ya que estos compuestos están ligados a la metabolización de las vitaminas, tienen propiedades antioxidantes y contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmune”, añade Senar.
Para demostrar si esta condición es hereditaria, los investigadores pusieron a prueba el paladar de los individuos más coloreados. Les ofrecieron gusanos que habían sido alimentados con harina blanca y gusanos que se habían alimentado con maíz, que tiene más carotenoides. Demostraron mayor predilección por estos últimos.
Azules y blancos en los Herrerillos
En otros estudios con herrerillos comunes se ha demostrado que los más azules y blancos también son los más seductores. Son colores estructurales, en este caso no se deben a los pigmentos.
Dependen de la estructura del plumaje, que hace que la luz se refleje de una determinada manera. “Estos colores dan información sobre la calidad genética del individuo: si la pluma crece bien tiene mejor estructura y refleja más luz, de forma que genera más colores azules y blancos”, explica Senar.
Las buenas plumas también reflejan los UV, unos colores que los humanos no vemos. En cambio los pájaros sí que los perciben porque tienen cuatro tipos de conos en la retina, mientras que los humanos tenemos tres.
Como ves, el color de las aves no es algo aleatorio. Si quieres profundizar tus conocimientos, puedes aprender más con el curso de Técnico en aves exóticas en Valencia, Murcia, Barcelona y Alicante. Te ayudará en introducirte en esta especialización.