El masaje sueco es, junto al Quiromasaje, uno de los tipos de masaje más comunes en Occidente. Es un tipo de masaje terapéutico que se lleva a cabo por personal especializado que puede ser lento y suave y también o vigoroso, dependiendo del especialista y del objetivo que se busque.
Consiste en la aplicación del masaje en todas las zonas del cuerpo con movimiento en contra del sentido de la circulación centrados en la mejora de la circulación sanguínea y para mejorar la actividad cardiovascular y hacer trabajar mejor al corazón.
El origen del masaje sueco
El masaje sueco fue iniciado por el fisiólogo sueco Pehr Henrik Ling (1776-1839) en la Universidad de Estocolmo. A principios del siglo XIX este fisiólogo desarrolló un sistema conocido como «gimnasia sueca».
Tras un viaje a China, Ling importó diversas técnicas de masaje con las que desarrolló el «masaje sueco». En 1813 fundó el Instituto Central Real de Gimnasia con un programa que contemplaba lo que denominaba como “gimnasia médica” o “cura sueca por el movimiento”.
Más tarde, la combinación de ambas técnicas adquirió su actual denominación: «gimnasia sueca» o «sistema sueco de ejercicio y masaje». Ling concebía la gimnasia como medio para la corrección de los vicios posturales. Por eso incluyó ejercicios de higiene postural y sus técnicas de masaje con el objetivo de mejorar la salud y la calidad de vida.
El masaje sueco y el quiromasaje son disciplinas diferentes. Si quieres aprender más, puedes informarte sobre nuestro curso de Quiromasaje, esta técnica toma algunas maniobras del masaje sueco, que es más antiguo.
Técnica del masaje sueco
En todo el masaje sueco el terapeuta lubrica la piel con aceite de masaje y realiza diferentes movimientos que calientan el tejido muscular, liberando la tensión y rompiendo gradualmente los «nudos» musculares o tejidos adheridos (adherencias). Por eso, entre otros beneficios, el masaje sueco promueve la relajación.
Antes de empezar con el masaje, el terapeuta pregunta acerca de cualquier lesión u otras condiciones que deba conocer, como cuáles son las áreas de tensión o dolor, alergias o embarazo, entre otras.
Durante un masaje sueco, la persona está generalmente desnuda o semidesnuda debajo de una toalla o sábana. El terapeuta descubre sólo la parte del cuerpo que está trabajando.
Normalmente el terapeuta comienza colocando la cabeza boca abajo sobre un soporte en forma de U para que la columna vertebral se mantenga neutral. Suele comenzar por la espalda, utilizando diversos movimientos del masaje. Cuando termina empieza a trabajar la parte posterior de cada pierna. A continuación el terapeuta masajea la parte frontal de cada pierna, ambos brazos, y generalmente termina con el cuello y los hombros.
Algunos terapeutas trabajan en un orden diferente, y todos tienen su propio estilo y técnicas. Si se dispone de un tiempo limitado se suele trabajar solo una zona determinada.
Beneficios del masaje sueco
El uso del masaje sueco se asocia con algunas dolencias como la artritis, contracturas y calambres musculares. También aporta resultados efectivos ante problemas circulatorios, retención de líquidos y agujetas.
Como suele ser habitual con cualquier tipo de masaje, el sueco también muestra resultados positivos a la hora de aliviar la depresión, el estrés y el insomnio, así como para mejorar la salud general.