Puede que alguna ocasión hayas oído crujir tus articulaciones. Por poner algún ejemplo, en algunos movimientos de estiramiento de espalda a veces se oye un chasquido que, sin ser doloroso, nos indica que algo ha vuelto a su sitio.
También es posible que hayas hecho crujir tus nudillos o que hayas oído crujir articulaciones como las rodillas. Estos ruidos no tienen nada que ver con el chasquido articular, pero tienen algo en común, ya que se producen debido al aire acumulado en las articulaciones.
El chasquido articular es un término muy conocido en quiropraxia, y está íntimamente ligado a la manipulación vertebral y al fenómeno de cavitación creado por la descompresión intraarticular realizada de forma brusca y creada por el impulso manipulativo.
Pero el chasquido articular es mucho más que un fenómeno acústico, apreciado tanto por el manipulador como por el manipulado.
Mecanismo de producción del chasquido articular
En 1932, Thomas Marlin habló de la formación de un vacío al separarse las superficies articulares, explicando que el chasquido que se oía provenía de la irrupción súbita de gas en este vacío. A esta explicación añadió que se necesitaba para la reproducción del ruido un considerable tiempo hasta que el gas intraarticular se hubiese reabsorbido por los tejidos.
Unos años más tarde, en 1947, Roston y Wheller Haines, tras un estudio riguroso sobre los fenómenos observados en el curso de una manipulación sobre las articulaciones metacarpofalangicas, también se dieron cuenta de que este ruido no era reproducible inmediatamente y debían de esperar al menos 20 minutos para volverlo a crear.
En este espacio de tiempo las articulaciones no reaccionaban de la misma forma y las superficies articulares se separaban sin resistencia a la tracción.
Más adelante, en 1971 Unworth, Dowson y Wright reprodujeron las mismas conclusiones que sus antecesores referente a los fenómenos mecánicos observados a nivel articular. En esta ocasión, añadieron que la aparición de un chasquido no tenía lugar en el momento de la formación de la burbuja de gas en el interior de la articulación sino que era debida a su explosión: una centésima de segundo más tarde.
Qué implica el chasquido articular
A nivel vertebral, el chasquido que se escucha durante una manipulación vertebral proviene de las articulaciones interapofisarias posteriores. Su producción no es sinónimo de calidad o de eficacia de la maniobra.
Es el simple testimonio de que el acto manipulativo ha sido suficiente para actuar en alguna parte. Es decir, el chasquido articular no garantiza que la maniobra se haya realizado en el nivel adecuado o haya sido realizada en la dirección correcta.
En cualquier caso, el chasquido se puede producir tres o cuatro niveles por encima o por debajo de la región lesionada. Cuando esto ocurre y se observa un efecto beneficioso es conveniente atribuirlo a un factor exclusivamente psicológico.
Además, hay que tener en cuenta que la ausencia de chasquido en el momento de una manipulación no es únicamente el testimonio de una mala técnica. Es necesario tener presente que algunas articulaciones no suenan. Esto es así a causa de sus propiedades mecánicas particulares o, sobre todo, debido a que sufren fenómenos inflamatorios.
Por lo tanto, la ausencia de chasquido articular no es únicamente presagio de fracaso del tratamiento manipulativo, ya que, en algunos casos, es suficiente con movilizar la articulación para obtener un efecto de relajación muscular y una liberación de la movilidad.