Cuando practicamos deporte se sufren muchas lesiones musculares o articulares que hay veces que no las tomamos en cuenta y las dejamos pasar pensando que son debidas a no calentar lo suficiente o que pueden ser leves y ya se pasará. Pero la mayoría de las veces estas lesiones son más serias de lo que creemos. Uno de los problemas más frecuentes que se producen al practicar deporte son los desgarros musculares o roturas fibrilares.
En este artículo vamos a explicar qué son estos desgarros musculares y cómo se producen. También veremos cómo podemos trabajar sobre ellos para no agravar el problema.
Qué son los desgarros musculares
Los desgarros musculares, como su propio nombre indica, son lesiones producidas en el tejido muscular por rotura parcial o completa ocasionada por un fuerte impacto. Hay veces que no solo se ven afectadas las fibras musculares, también pueden lesionarse el tejido conjuntivo.
Los desgarros músculos pueden ocurrir en cualquier momento que el músculo se tense o se estire demasiado. Esto puede ocurrir como resultado del agotamiento y la fatiga, el uso inadecuado o el uso excesivo. Si bien cualquier músculo puede verse afectado, los músculos desgarrados ocurren con mayor frecuencia en la parte inferior de la espalda, el cuello, los hombros y los isquiotibiales.
Los músculos desgarrados se clasifican según la gravedad de la lesión:
- Grado I – Leve: afecta a unas pocas fibras musculares. Aunque el músculo lesionado está sensible y doloroso, tiene una fuerza normal.
- Grado II – Moderado. Afecta a una cantidad significativa de fibras muscular y va acompañado de hinchazón, disminución del rango de movimiento y dolor. Puede aparece hematoma.
- Grado II – Grave: El músculo se desgarra por completo. A veces causando una sensación de «estallido» cuando el músculo se rompe en dos partes separadas o se separa de su tendón. Como resultado se produce la pérdida completa de la función muscular, así como un dolor considerable, hinchazón, sensibilidad y decoloración. Puede aparecer una especie de «brecha» obvia debajo de la piel donde las piezas desgarradas del músculo se han separado. Esto también se conoce como «hachazo muscular».
Síntomas de un desgarro muscular
Lo primero que notaremos será un dolor repentino, agudo y muy intenso en una zona concreta. Desde ese momento será muy doloroso cualquier movimiento con ese músculo. Otro síntoma importante a destacar cuando se produce un desgarro muscular es la aparición de un hematoma en la zona dolorosa debido a la hemorragia interna del músculo.
Los síntomas de desgarro muscular incluyen:
- Hinchazón, moretones o enrojecimiento debido a la lesión.
- Dolor en reposo.
- Dolor cuando se usa el músculo específico o la articulación en relación con ese músculo.
- Debilidad de los músculos o tendones.
- Incapacidad para usar el músculo en absoluto.
Qué hacer cuando ocurre un desgarro muscular
- Lo primero es aplicar hielo en la zona donde se produce el dolor, si en ese momento no tenemos hielo a mano utilizaremos duchas frías o toallas empapadas de agua fría. Debemos mantener la zona lo más fría posible durante unos 15 minutos.
- Intentar mantener la zona inmovilizada con ayuda de un vendaje compresivo hasta llegar al hospital más cercano.
- Nunca debemos aplicar calor en la zona dolorida pues con ello aumentaríamos la hemorragia del desgarro muscular.
Si seguimos estas indicaciones y acudimos a un hospital al poco tiempo no tendremos problemas de posibles secuelas en el músculo.
Recuperación
La recuperación de un desgarro muscular leve puede beneficiarse del protocolo RICE (descanso, hielo, compresión, elevación) para las lesiones. El médico también puede recomendar antiinflamatorios para ayudar a reducir la hinchazón.
Un desgarro muscular moderado generalmente se puede trabajar de manera similar, pero durante un período de tiempo más prolongado. Las actividades normales se pueden reanudar cuando se recupera un rango completo de movimiento sin dolor. Los desgarros moderados pueden requerir intervención terapéutica manual.
Los desgarros musculares graves requieren evaluación médica y seguimiento mucho más específico.
¿Cuándo se puede volver a hacer deporte después de un desgarro muscular?
El retorno a la actividad completa generalmente se permite cuando el paciente no siente dolor, tiene un rango completo de movimiento y ha recuperado fuerza completa. Si un deportista intenta volver a su deporte antes de que se cumplan estos criterios, existe una alta probabilidad de volver a lesionarse el músculo.
Las lesiones leves de grado 1 pueden requerir solo dos o tres semanas antes de que un atleta pueda regresar. Las lesiones más graves pueden requerir mucho más tiempo
Prevención
En la mayoría de los casos, los desgarros musculares se pueden prevenir con un buen calentamiento y nunca forzando a un músculo frío. Usar la técnica adecuada en cualquier actividad también es fundamental para mantener los músculos sanos.
También es importante conocer y respetar los límites del propio cuerpo. Cuando se trata de llevar tu cuerpo al extremo. El dolor suele ser la primera señal de que un músculo se ha lesionado. Por lo tanto, debes conocer tu cuerpo, y atender, escuchar y comprender sus señales.