¿Por qué se le corta la cola a los perros?
Perro sin cola tumbado
Foto: Brandon Hoogenboom en Unsplash

¿Por qué se le corta la cola a los perros?

El corte de cola de perros o caudectomía estética consiste en la extirpación quirúrgica de una buena parte de este apéndice, normalmente con instrumental especial para ello.

Si se realiza a los pocos meses, o incluso en edad adulta, es imprescindible realizarlo como una cirugía convencional con anestesia general y sutura, ya que los vasos sanguíneos y las vértebras caudales están ya muy desarrollados. Algunos criadores optan por hacerlo ellos mismos antes de la primera semana de vida.

Para cortar la cola a un perro el procedimiento incluye usar una cinta o banda elástica que se coloca en el punto adecuado y estrangula el aporte sanguíneo para que en pocos días caiga por sí misma.

Actualidad del corte de cola en perros

El corte de cola aún hoy tiene defensores, y sus argumentos se pueden resumir en:

  • Se evitan lesiones y traumatismos en perros de trabajo.
  • Se evitan daños importantes en caso de peleas.
  • Se mejora la conducta estereotipada de perseguirse la cola.
  • Se mejora la higiene anal en razas de pelo largo y espeso.

Los inconvenientes más importantes respecto a la caudectomía son:

  • La eliminación de un apéndice esencial en la comunicación.
  • Posibilidad de infecciones secundarias.
  • Aumento de la agresividad, según un estudio de la Universidad de Victoria (Canadá).
  • Crueldad innecesaria por motivación estética.

De todas formas hay que resaltar que en la actualidad el motivo de esta práctica es puramente estético (exceptuando los auténticos perros de trabajo), y ya hay algunos clubes de raza que prohíben la presentación de ejemplares con la cola cortada.

En algunos países como Alemania, Australia, Dinamarca, Francia, Finlandia, Reino Unido… está prohibida, a excepción de los motivos terapéuticos o profilácticos aceptables, y en España la legislación depende de las CCAA, estando prohibida la caudectomía por razones estéticas en Aragón, Andalucía, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia y Navarra.

No se corta la cola a todos los perros

Pembroke sin cola
Pembroke sin cola

Sin embargo, no a todos los perros con la cola corta o aparentemente cortada se les ha practicado una caudectomía, algunas razas presentan de forma natural colas cortas e incluso muy cortas debido a la mutación del gen C189G detectada en 17 razas, entre ellas, el pastor croata, el mudi húngaro, el schipperke, el Jack Rusell terrier, el corgi galés y el pastor de los Pirineos.

A menudo se oyen distintas versiones para justificar que a algunas razas caninas se les corte la cola. En perros de granja y pastores (como el pastor australiano, botail, corgi galés de Pembroke…) por el riesgo de traumatismo al pillarse la cola con una puerta o cerca, e incluso en los de pelaje largo, para mantener limpia la región anal; en perros de caza (algunos terriers, bracos, cocker inglés y americano…) por las posibles lesiones que causan espinos, matojos y zarzas durante la actividad cinegética; en mastines y perros de guarda (cane corso, bulldog inglés, rottweiler…) porque ofrecen mayor dificultad para poder ser agarrados y heridos, y en otras razas, por una simple cuestión estética (Boston terrier, Yorkshire terrier…).

Una intervención muy antigua

Aunque todos estos motivos para defender la mutilación de la cola son ciertos, la pregunta que surge a menudo es ¿pero desde cuándo y por qué se corta la cola a los perros? Para poderla responder debemos retroceder hasta el año 40 d.C. cuando Lucio Junio Moderato, más conocido como Columela (Cádiz,  4 d.C. – Tarento, 70 d.C.), escribió De Re Rustica (traducido en 1824 como Los Doce Libros de Agricultura), el mayor y más moderno tratado de agricultura, producción y sanidad animal que se había escrito hasta ese momento.

Columela describe cómo deben ser seleccionados los perros destinados a la guarda de fincas y ganado, normas básicas de alimentación equilibrada, manejo de heridas y ciertos tratamientos frente a enfermedades (algunos vigentes hasta mediados del siglo XX) y también, por primera vez, se describe cómo debe amputarse una cola y por qué razón.

Además en dicho tratado sale por primera vez el término veterinarius, que definía al pastor especializado en curar a los animales.

Escribía Columela: “Las colas de los cachorros convendrá cortarlas a los cuarenta días de vida (…) La cola no toma una extensión desagradable en longitud y, como aseguran muchísimos pastores se previene la rabia, enfermedad mortal para esta especie de animales”.

Los motivos que justificaban la caudectomía eran pues dos, uno sanitario, al creer que se prevenía de la rabia, y otro estético al afirmar que “no toma una extensión desagradable en longitud”.

El corte de cola en la cultura popular

Pasan muchos años en los que no hay ningún documento que hable de la caudectomía, incluso en varios tratados de caza de la edad media en los que se diferencian los tipos de perros para cazar, no se detalla esta práctica.

Pero en la tradición cristiana aparece San Roque (siglo XIV), peregrino occitano y protector de la peste y otras infecciones. Cuenta la leyenda popular que enfermó de peste y se escondió en un bosque cercano a Piacenza y cada día recibía la visita de Melampo, un perrito que le traía un panecillo para que saciara el hambre. Algunos cuentan que San Roque, lleno de heridas producidas por la peste, sanó gracias a los lamidos de este perro.

En la tradición española, el perro de San Roque siempre se ha destacado por no tener cola, tal y como reza el trabalenguas: “El perro de San Roque no tiene rabo, porque Ramón Ramírez se lo ha cortado”. Hay quien dice que tras cortarle el rabo, arrojó al mar el fragmento amputado y éste, gracias a los poderes del santo, se transformó en pez.

Otra tradición popular hace referencia al brote de cólera que sufrieron algunas áreas andaluzas a finales del siglo XIX y que los enfermos para curarse peregrinaban hasta la Ermita de San Roque para rezar y obtener unos polvos que allí se vendían. Este producto casi mágico consistiría en una mezcla bien trabajada de hierbas en la que se añadían raspaduras del rabo del perro. ¡Tan fructífero negocio, fue dejando al perrito sin rabo!

También Diego Velázquez en Las Meninas (1656), pinta a un manso mastín español en el que se puede observar que le falta la cola.

Mastín sin cola en el cuadro de Las Meninas

En la época georgiana, a principios del siglo XVIII, el gobierno británico necesitó recaudar más impuestos y buscó distintas alternativas para gravar los bienes personales. Desde el número de ventanas que tenía una casa hasta aplicar impuestos sobre los perros.

Debido al revuelo que generó esta medida quedaron exentos del impuesto los perros de trabajo. Para demostrar que eran auténticos perros de granja solamente se podía pedir la exención del impuesto si se les había cortado la cola y así ser identificados por el recaudador.

De ahí que al pastor inglés se le conozca como bobtail, que significa literalmente «cola cortada». Aunque dicha ley se derogó en 1796, la práctica de cortar la cola siguió en uso.

Es evidente pues que se trata de una costumbre plenamente arraigada y ya fuese por cuestiones estéticas, sanitarias, económicas o incluso religiosas, las colas de los perros se han cortado durante siglos. No es pues una tendencia que hayan puesto de moda los criadores o los clubes de raza.

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1 comentario
  • Artículo muy interesante! No tenía ni idea de que la caudetemía fuese algo tan antiguo.
    Y la historia del perro de San Roque me a encantado!